El pensamiento se manifiesta como la palabra; la palabra se manifiesta como el hecho; y el hecho se convierte en un hábito;
y el hábito se endurece hasta convertirse en caracter; de modo que observa el pensamiento y sus formas con cuidado,
y deja que surja el amor, y que nazca de la preocupación por todos los seres…
Del mismo modo que la sombra sigue al cuerpo, conforme a lo que pensamos, en eso nos convertimos.