¿Qué es la Bioenergética?

Se trata de una psicoterapia integral que parte del enfoque corporal, para integrar lo físico y lo psicológico como una unidad. En ella se combina el trabajo de la mente con el cuerpo, para ayudarnos a resolver problemas emocionales y desarrollar más nuestro potencial, y, de esta forma, poder disfrutar la vida con plenitud. El objetivo terapéutico final es la recuperación plena de la salud.
Se basa en la concepción del cuerpo y de la mente como funcionalmente idénticos, y que, por tanto, lo que ocurre en la mente, refleja lo que está ocurriendo en el cuerpo, y viceversa.

Detalles del Curso (Diciembre 2023 - Junio 2024)

Dirigido a profesionales que desarrollen su labor en psicología, educación, trabajo social, asistencia sanitaria, y profesionales de la relación de ayuda en general, así como a alumnos actuales de la formación en Gestalt, como propio desarrollo personal y para la aplicación en su campo profesional.
Esta formación presencial es una continuación de los dos talleres de lectura corporal que se llevan a cabo durante la Formación en Terapia Gestalt en el Instituto, y pretende profundizar en el conocimiento de la terapia corporal contemplada desde las enseñanzas de Wilhelm Reich y Alexander Lowen. Son siete talleres que van desde DICIEMBRE del 2023 hasta JUNIO del 2024.
Curso teórico-práctico-vivencial, desarrollado en siete sábados, con una duración de 70 horas y la siguiente distribución:
  • TALLER 1 – 2 de DICIEMBRE 2023. Carácter ESQUIZOIDE. Dirige Juan Carlos Egurzegui.
  • TALLER 2 – 13 de ENERO 2024. Carácter ORAL. Dirige Miguel Albiñana.
  • TALLER 3 – 24 DE FEBRERO 2024. Carácter PSICOPÁTICO. Dirige Francis Elizalde.
  • TALLER 4 – 16  de MARZO 2024. Carácter MASOQUISTA. Dirige Juan Carlos Egurzegui.
  • TALLER 5 –13 de ABRIL 2024. Carácter RÍGIDO 1. Dirige Ana Berruete.
  • TALLER 6 – 18 de MAYO 2024. Carácter RÍGIDO 2.- Dirige Ana Berruete
  • TALLER 7 –15 de JUNIO 2024. Recopilación y cierre del curso. Dirige Francis Elizalde.
Horario: SÁBADOS de 10h a 14h y de 16h a 20:30h.
Precio: 110 euros/ encuentro.
Organización y dirección del curso:
Instituto Ananda (Pamplona).
INSCRIPCIONES: INSTITUTO ANANDA
Teléfono: 948 25 15 52. Mail: info@institutoananda.es (La inscripción se realiza para el curso entero, no para talleres sueltos).
El grupo estará formado por un número de participantes de 16 a 20 personas.
El curso tiene como objetivo el desarrollo de técnicas basadas en la bioenergética, simples pero potentes. Se trata de herramientas que devuelven a la persona la fe en sí misma, desde la propia observación. La idea primordial es que el grupo aprenda a manejarse con estas herramientas. Veremos para qué estamos haciendo cada trabajo (para qué se usa, cuándo se usa, cómo se usa), cómo influye la intensidad en el ejercicio, la activación y la relajación, y esto nos va a dar cercanía con las otras personas.
En el curso también veremos cuáles pueden ser los miedos como terapeuta a la hora de trabajar con el paciente.
  1. Etiología e historia.
  2. Estructura del carácter (Estudio Bioenergético).
  3. Lectura del Cuerpo: Ejercicios Bioenergéticos y trabajo con los segmentos.
  4. Estructura Psicológica:
    a.- Cómo se conduce cada rasgo en su necesidad de amar, de intimidad y acercamiento y en su esfuerzo por encontrar placer.
    b.- Ilusiones (fantasías) o metas ideales.
  5. Abordaje terapéutico:
    a.- Aspectos Generales.
    b.- Puntos clave.
    c.- Proceso terapéutico.

Marco Teórico - Contenidos del Curso

La bioenergética realiza una división del impulso en dos componentes:
  • El impulso agresivo, situado en la parte posterior del cuerpo.
  • El impulso tierno, situado en la parte anterior del cuerpo.
Además de esta división, realiza una división horizontal del cuerpo en siete segmentos o anillos (de forma similar a los anélidos). Cada segmento tiene una serie de músculos dominantes que facilitan su apertura o cierre y que por lo tanto facilitan o bloquean el flujo energético. Hagamos referencia aquí al trabajo de Reich tal como la contempla Francis Elizalde en sus apuntes de formación:
Reich estudió la estructura de la coraza y la comparó a un hilo – que correspondería a nuestra estructura tubular – donde aparecen ensartados los siete segmentos:
Afecta a los músculos de los ojos, párpados y frente. La tensión se manifiesta en este anillo con inmovilidad de la frente y párpados, ojos alterados, y expresión ocular de máscara.
Comprende los músculos de la barbilla y la garganta, y su extensión hacia el costado, así como el músculo anular de la boca. Puede causar inhibición del llanto, falta de expresión facial, problemas con la succión y la mordida.
Musculatura profunda del cuello y músculos anexos. También está relacionado el músculo de la lengua. Aparecen espasmos y tensiones que dificultan el tragar y vomitar.
Intercostales, músculos de los hombros y pectorales. Puede producirse: tensión crónica en los hombros, tracción de clavícula, y dilatación crónica del tórax. Es el segmento donde se alojan el corazón y los pulmones, y puede dar lugar en disfunción a problemas clínicos severos.
Abarca la zona del diafragma y los órganos bajo este. Es llamativa la lordosis columnar que produce la tensión en este anillo. La manifestación más clara de bloqueo a este nivel es una fuerte lordosis en la parte inferior de la columna.
Localizados en los grandes músculos abdominales, la musculatura del costado y los músculos dorsales de la sacro-espinal. Son perceptibles tensiones a lo largo de todos estos músculos que se presentan tensos y vibrantes.
Comprende toda la zona pélvica, incluidos el ano y los tendones de los músculos en su cara interna. La pelvis queda desplazada de su lugar natural, proyectándose hacia adelante o hacia atrás; está asociado al funcionamiento sexual genital.
La energía circula como una pulsión que atraviesa esos anillos recorriéndolos como vibraciones que se alojan hacia adelante y atrás por movimientos plasmáticos. El rígido acorazamiento de cualquiera de los segmentos corta el flujo (ascendente y descendente), dividiendo el cuerpo en partes no integradas.
El trabajo bioenergético se centra en diluir todas las resistencias y permitir que se restablezca la normalidad del cuerpo. A la disolución de una estructura muscular tensa se asocia la expresión del conflicto latente, afectando de paso a la retención del intelecto que ve así inútiles sus anteriores justificaciones. Se trata pues del restablecimiento de la salud integral y natural.

Carácter Esquizoide

Esta forma caracterial viene definida por una actitud de autismo, una sensación de alienación y de aislamiento, y una falta de satisfacción emocional en la vida, traducido todo ello en un sentimiento de inutilidad y vacío que hace que el sujeto evoque fantasías de exaltación y grandeza con la consiguiente huida de la realidad. Podríamos resumirlo diciendo que la persona esquizoide se aísla, existiendo una fuerte desconexión con su cuerpo.
El esquizoide se encuentra en un estado de permanente intento de emplear su energía en reunir su cuerpo para lograr darle integridad. Y ello es así porque siente miedo a fragmentarse, tiene una falta de sentido de sí mismo. Mantiene una división básica de su personalidad, producida por la exposición esencial a un rechazo materno que le conduce a una distorsión de su vida emocional.
Son personas hipersensibles, pero esa hipersensibilidad no proviene de una agudeza sensorial real -ya hemos indicado que tiene un bajo nivel de contacto con el exterior-, si no que es, más bien, una función de su defensa, algo que le permite aislarse, evitar el tener relaciones íntimas o sentimentales. Al mismo tiempo presenta una gran capacidad para estar solo.

Carácter Oral

El derecho a estar seguro deriva del apoyo y de la función nutriente de la madre durante los primeros años de vida. Una inseguridad básica a este nivel conduce a una estructura oral. Existe pues una falta de contacto con la realidad con la que se sustenta psicológicamente, una falta de contacto con la tierra, el oral no está sobre sus pies.
Los factores que puedan ocasionar un contacto deficiente entre la madre y el niño pueden tener su origen en circunstancias externas, o en las propias características de la afectividad de la madre. Sea como sea, en el niño arraiga el sentimiento de que “no había nadie ahí para él”, y ese sentimiento crece junto con la propia sensación de inseguridad, dando lugar a la sensación de pérdida y abandono. El niño intenta encubrir esta privación dirigiendo su búsqueda hacia el afecto del padre o de los hermanos, pero al no hallar allí el consuelo a su falta básica, se ve embargado por sensaciones de desilusión, frustración o amargura.
Así, la dependencia natural y necesaria del niño hacia la madre, persevera en la edad adulta. Esta perseverancia que va más allá del plazo natural, está sostenida por una experiencia traumática de privación: privación de estímulos positivos, de aquellos estímulos necesarios para el crecimiento en la primera etapa de la vida.

Carácter Masoquista

Un derecho natural básico del niño es ser independiente, y este lo establece el niño defendiendo su razón y oponiéndose al progenitor. Si esta defensa y oposición son sofocadas, se podrá desarrollar una estructura masoquista. Este pronunciamiento de sí mismo y de sus derechos comienza a los 18 meses, cuando aprende a decir “NO” y dura todo el tercer año. Este periodo coincide con el de entrenamiento para controlar los esfínteres, y los problemas creados por un entrenamiento forzado se asocian con la cuestión de autoafirmación y la oposición. La balanza desequilibrada entre los padres, más una atención exagerada en las conductas orales y anales del niño, son un buen pilar para garantizar una estructura masoquista.
El masoquista retiene dentro, temiendo explotar si se suelta. Es una persona que padece y se queja, pero continúa siendo sumisa. Esta contención nos indica su temor a la autoafirmación. La ambivalencia entre su conducta exterior, que es sumisa, y sus sentimientos interiorizados, teñidos de rencor, negativismo y superioridad, está sostenida por un patrón muscular de retención. Ante la posibilidad atemorizante de explotar en forma violenta, se concede el permiso para manifestarse solamente a través de pequeñas quejas y lamentaciones.

Carácter Psicopático

En el origen del carácter psicopático existe una relación con un padre o una madre seductores. Esta seducción está dirigida a ganarse al niño, a que tome el partido del progenitor que seduce. A partir de ahí se forma un conflicto de doble dirección: por un lado, el niño se apega a la parte seductora, pero de ella no recibe aquello que necesita, sino los actos de seducción con los que el otro le mantiene atrapado. Por otra parte, aparece como hostil la figura del tercero, del padre o la madre no-seductores. Este doble estado de seducción-amenaza a que está expuesto, le obliga a refugiarse en una conducta controlada y sobre todo dominante.
Cuando existe una negación de la personalidad provocada por el miedo a fracasar, a caer en el desamparo o a ser manipulado, podemos hablar de una condición psicológica que corresponde a la psicopatología, caracterizada por un desplazamiento energético hacia la parte superior del cuerpo. Se trata de personas que mantienen un intenso conflicto con sus sentimientos, que no quiere ser dominado por sus sentimientos. En su intento por lograr ese control, terminan por negar sus emociones.
En el carácter psicopático, las energías, en vez de ser utilizadas para la búsqueda de placer, lo son para intentar ejercer control, poder, dominación sobre el entorno. Esta ansiedad por el control sobre su vida y su medio revela un rasgo fundamental en él: el miedo a ser manipulado, la falta de espontaneidad. Establece relaciones con los demás a través de una manipulación que puede adoptar dos formas típicas: imposición o rechazo.

Carácter Rígido

El derecho natural básico del niño, que no ha sido respetado en el carácter rígido, es el derecho a desear y a procurarse la satisfacción de una manera directa y explícita. Este derecho encierra un enorme factor de ego y es el último de los derechos naturales que se establecen, y está fuertemente vinculado con los sentimientos sexuales primarios del niño. El niño que forma un carácter rígido alcanza una autonomía del medio familiar en edades muy tempranas, y esta autonomía hace que sea considerado responsable demasiado pronto.
El rígido mantiene la estructura derivada de esa autonomía a base de control (rigidez). Impone su voluntad por encima de los posibles procesos espontáneos de su cuerpo. Por lo demás, el carácter rígido es el más conforme con la vida, y posiblemente el que más satisfacciones extrae de ella. Es afectivo, eficaz y expansivo, y transmite esta sensación el medio que le rodea. El sistema locomotor y el sensitivo ha madurado ampliamente, el niño dispone de mucha energía adicional. El organismo tiene mecanismos para satisfacer la necesidad que surge, cuando aparece el carácter es por la frustración de las necesidades.
Hay seis tipos de rígidos: Histérico, Fálico-narcisista, Pasivo-femenino, Obsesivo-Compulsivo y Mujer agresiva masculina.