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La Estructura Grupal

El Grupo Terapéutico Estructura. Melchor Alzueta

Estructura Grupal.
La estructura es la organización interna y los propios procedimientos grupales. El grupo es necesario que afronte el problema de su estructura, sus propias reglas, sus propios límites, y sus propios procedimientos. Los grupos más estructurados dan más importancia a la tarea que al proceso, establecen una comunicación más superficial y tienen un mayor respeto a la autoridad. Los grupos menos estructurados trabajan más los procesos, las dinámicas, se ayudan mas y captan con mayor profundidad lo emocional que aparezca en el grupo, por el contrario están menos dispuestos a la tarea.
Dentro de la estructura grupal hay tres elementos característicos:
-La posición. El lugar que una persona ocupa en un grupo.
-El estatus: El prestigio que tiene un miembro del grupo, la apreciación o admiración que siente el resto de miembros del grupo. Un mayor estatus confiere un mayor impacto en las opiniones y decisiones grupales, otorga dominio de la situación.
-El rol: Conjunto de conductas asociadas a una posición particular dentro del grupo.

-La Posición.

En todas las organizaciones es bien sabido que los diferentes miembros del colectivo son asociados con una posición determinada. La conducta que el grupo espera de una persona situada en una posición determinada es la correspondiente a la función que cumple dentro del grupo. Así pues, posición es el lugar social que una persona ocupa dentro del grupo. En los grupos terapéuticos suele ser habitual que esta posición esté íntimamente relacionada con el lugar afectivo de cada miembro en el seno grupal. Es decir, la posición está relacionada con la polaridad atracción-rechazo, independiente del prestigio que un miembro pueda tener, mas asociado a su cualidad de liderazgo, o del rol o roles que pueda llegar a desempeñar, en función de sus cualidades determinadas en un momento dado.
La capacidad de empatizar con la cultura grupal, es la fuerza de atracción y la capacidad de atraer a los miembros del grupo. En física es la que ejercen entre sí las moléculas de un cuerpo, y la que ejercen entre sí los cuerpos que componen el universo, principalmente los astros, y que depende de sus masas y distancias respectivas. Este lugar social, afectivo, está relacionado con los límites que cada miembro establece con los demás.
La persona que vincula con el grupo desde una posición de respeto y armonía, diferenciando con claridad, y sin agresividad, donde termina lo propio y comienza lo del otro propicia un ambiente de entendimiento y mutua comprensión. El rechazo es una vuelta o retroceso que hace un cuerpo por encontrarse con alguna resistencia, en biología es un fenómeno inmunológico por el que un organismo reconoce como extraño a un órgano o tejido procedente de otro individuo, aunque sea de la misma especie.
Así, ante un miembro del grupo que se resiste a la realización de tareas, o bien que no comparte la expresividad emocional del grupo, o con un distinto conjunto de valores y creencias, se produce un efecto de rechazo al mismo, que hace que el grupo sitúe a este miembro en una baja posición en el escalafón grupal, dado que no corresponde su presencia con la cultura existente en el grupo.
La posición la encuadramos con el lugar afectivo que ocupa cada miembro, dado que en sí el afecto es la inclinación hacia alguien, o hacia algo de ese alguien, y está vinculado a cada una de las pasiones del ánimo, como la ira, el amor, el odio, etc., y especialmente el amor o el cariño. Siendo en la posición en la que el grupo coloca a sus miembros donde queda reflejado el afecto, en el ser mas allá de en el hacer, actuar, pertenecer o representar, la posición implica una mayor valoración en lo afectivo, más allá de una valoración por las decisiones grupales.

-El Estatus.

Si relacionamos la posición con lo afectivo, de la misma forma relacionamos el estatus con la polaridad dominio y sumisión, con el poder que pueda tener cada miembro en el seno grupal.
Un mayor estatus confiere un mayor impacto en las decisiones grupales y una valoración más alta por parte de los otros miembros. Está referido al prestigio que tiene una persona dentro del grupo. Cuanto más apreciada o admirada es adquiere un mayor estatus, y el grupo considera que cualquier contribución por su parte resulta decisoria para el éxito del mismo.
Si hablamos de poder de gobierno estamos hablando del conjunto de las autoridades que gobiernan un Estado. Si hablamos de poder individual es el dominio, imperio, facultad y jurisdicción que alguien tiene para mandar o ejecutar algo. En el grupo el poder está validado a través del prestigio de cada miembro, poder resolutorio en el sentido de la facultad que el grupo da a un miembro del mismo para que en lugar suyo y representándole pueda ejecutar algo, y ayude a resolver, o a hacer perceptibles imágenes o señales de sucesos y fenómenos que emanan del seno grupal.
Así el estatus es conferido a nivel grupal a los miembros con capacidad resolutoria, feedbacks retro alimentadores, ayuda en la interrelación e interacción, desde el propio poder que tiene un miembro en usar y disponer de lo suyo y hacerlo del grupo, y el poder o ascendiente que puede ejercer sobre otros miembros o el grupo en sí. Lo relacionamos con la polaridad dominio- sumisión, ya que el dominio corresponde con lo ya mencionado, y la sumisión con el sometimiento de alguien a otro u otras personas, al juicio de estos y al acatamiento, o subordinación manifiesto con palabras u acciones.
El grupo prima la participación en momentos de silencio y duda, cuando la dinámica entra en un impasse y se torna espesa y parece que no va a haber una salida posible a la situación. Es en esos momentos cuando los miembros con un mayor estatus van a hacer valer su voz y su posición.
No hablamos de la cualidad posicional, ya que los miembros que ostentan la representatividad en estas situaciones, corresponden a los que en la etapa de contra dependencia y lucha no toleran bien su frustración, y tienen un mayor problema en aceptar la autoridad, manifestando su rebeldía y atrayendo para su causa a los miembros más dependientes, lo que no origina en sí un afecto, sino un reconocimiento hacia ellos de la capacidad resolutoria en los momentos de impasse.
Esta capacidad puede estar asociada a la falta en el control del impulso y el mal manejo de la agresividad, lo que hace que a veces este prestigio no esté fortalecido por un vínculo afectivo, y no corresponda que, a mayor prestigio social existe un mejor posicionamiento de estos miembros en el grupo.

-El Rol.

Al estudiar este elemento de los grupos y de las organizaciones, es usual distinguir entre los que son propios o de las estructuras formales (director, jefe de estudios, supervisor, maestro, bedel, etc.) y los que tienen la condición de informales (el “recién llegado”, el “soplón”, el “informador”, etc.).
El concepto de rol designa los modelos de comportamiento que caracteriza el lugar de un miembro del grupo dentro de este, así el rol es el conjunto de conductas asociadas a una posición particular dentro del grupo. El conjunto de expectativas que los miembros del grupo comparten, relativas a la conducta de una persona que ocupa una posición determinada dentro del grupo. Los roles ayudan a aportar orden a la existencia grupal, dado que ayudan a predecir la conducta de los miembros. Un rol muy definido contribuye de forma importante a la identidad. Conforme el grupo se va desarrollando se va produciendo una diferenciación de roles, no todos los miembros hacen las mismas cosas, ni esperan lo mismo.
Hay dos tipos de roles: Los relacionados con la tarea, los encaminados a las tareas que el grupo tiene como objetivo, implican una división del trabajo entre miembros que facilita la consecución de metas grupales, y los roles socioemocionales, que son los que satisfacen las necesidades afectivas de los miembros del grupo. Según Brown hay tres razones para la diferenciación de roles:
1. “Los roles implican una división del trabajo entre los miembros que puede facilitar el logro de las metas grupales.
2. “Debido a que hay conductas ya reconocidas de miembros del grupo los roles aportan orden a la existencia grupal
3. “Un rol muy definido contribuye a la identidad grupal, es decir, un rol ayuda a la propia definición de cada miembro en el seno grupal.
La construcción de “roles” es fundamental en la dinámica grupal, son estructuras dinámicas que incluyen valores, conocimientos y necesidades y cobran vida en el grupo por la relación entre miembros y situaciones concretas que originan posiciones bien definidas.
Los roles van acomodándose a la situación grupal y cambian a lo largo de la vida del grupo.
El grupo va consolidando los roles y creando una cultura común, y aunque los miembros del grupo tengan diferentes opiniones acerca de quién es más acorde en cada rol, esta propia cultura grupal lleva implícito un acuerdo sobre el valor de cada rol y su propia naturaleza. Escribió Leon Grinberg: “en terapia grupal los roles que son asumidos por uno o varios miembros a menudo proceden de las motivaciones inconscientes de otros miembros, como reacción a las fantasías inconscientes proyectadas por unos miembros sobre otros”. Un miembro del grupo se adapta al rol asignado inconscientemente cuando dicho rol corresponde a su propia fantasía. Todos los miembros proyectan aquellos aspectos propios que rechazan, sea cual sea la razón.
-Roles relacionados con la tarea:
El rol del “especialista en ideas o ideólogo”, que centra al grupo en la tarea a realizar. Es un iniciador, recomienda nuevas formas e ideas para acercarse a los problemas, y es un buen crítico / evaluador ya que somete a análisis las realizaciones grupales y evalúa la eficacia del trabajo, es el comentarista o portavoz, ya que señala los aspectos positivos y negativos de la dinámica grupal. Es quien pone voz al acontecer en el grupo, de ansiedades, fantasías que lo mueven, capta necesidades grupales e individuales, es la persona que habla por todos.
Es un rol prestigiado en el grupo ya que el ideólogo vincula con la autoridad, razonando tareas y procedimientos con el terapeuta, esto le otorga poder y reconocimiento, independiente del afecto que pueda levantar como persona. La persona que está en este rol es la que realiza la mayor actividad en el grupo, es generalmente la que obtiene la puntuación más alta en mejores ideas y guía la discusión, pero también puede ser de las menos atractivas para los miembros del grupo.
En su polaridad citamos al “pinche tirano”, boicoteador nato, agresor. Es el que pone en duda las tareas de los demás, desaprueba las acciones y duda de la competencia de los miembros, es negativo y está a menudo en desacuerdo con la experiencia, con la cultura grupal, con el fenómeno emergente, con la autoridad, con su polar el ideólogo sin ningún razonamiento objetivo, más allá del propio sentimiento subjetivo. Provoca habitualmente aversión y rechazo entre los miembros del grupo pero no suele estar demasiado mal considerado a nivel de prestigio, puesto que puede ser el emergente de un pensar grupal que nadie pone en voz alta, y esto le otorga cierto poder.
-Roles Socioemocionales:
El del “especialista social” que ayuda a la armonía grupal, y busca en acuerdo entre miembros, es un buen coordinador, ayuda a mostrar la relevancia de cada idea y su relación con el conjunto de problemas. Su función, junto al portavoz o ideólogo, dentro del grupo es contribuir al logro de la tarea grupal, realizar tareas que permitan al grupo controlar el ambiente externo y la solución de los problemas que este plantea. El líder de tarea provoca una dualidad en el grupo, hostilidad entre los miembros porque les obliga a ajustar su conducta y sus ideas a la realización de la tarea, tal vez con un tinte menos autoritario que el portavoz, pero con una mayor carga de obligación “en bien de la comunidad”, y al mismo tiempo está bien posicionado a nivel afectivo por cercanía, empatía, equilibrio, y porque otorga un plus de seguridad a los miembros ya que siempre apoya la función y valores grupales.
En su polaridad citamos al “buscador de reconocimiento”, es el que llama la atención sobre sus méritos o éxitos, su narcisismo le impide entrar en contacto con el sentir, hacer y pensar grupal y todo lo mira desde el prisma de su necesidad de reconocimiento. No entra en contacto con los otros por él mismo, lo hace a través de la imagen que proyecta en el grupo. No despierta afecto y tampoco rechazo, conforme avanza el grupo sus intervenciones van ocasionando desinterés ya que es monótono, sin tono conciliador, ni intervenciones que faciliten la tarea, o aporten contenido a la cultura grupal, por lo que tampoco adquiere poder o prestigio, es decir, desde el rol no consigue aquello para lo que se incluyó en el grupo en origen. Es como un “recién llegado”, en el que se sigue apreciando pasividad, dependencia, aceptación.
El rol del “guía o guardián” de la cultura del grupo que proporciona opiniones, valores y sentimientos, es el que está al tanto del cumplimiento de las normas grupales internas y vela por las mismas, haciendo ver a los demás ausencias, retrasos, incumplimientos, situaciones relacionadas con los acuerdos a los que llegó el grupo en su conjunto.
En su polaridad “el antiguardián, el saboteador rebelde”, va estrictamente a lo suyo, crea antecedentes dentro del grupo que pueden originar un cisma en el hacer grupal y en el deseo de pertenencia, genera ansiedad ya que contrapone su hacer a los propios valores grupales, llega tarde, se ausenta sin motivo, no presta excesiva atención a la labor de los demás miembros y le cuesta realizar cualquier tarea, no es demasiado expresivo en la palabra, pero, si en los hechos, es contra dependiente, por lo que su actitud siempre va a ser contraria a lo que hay, sea lo que sea. Como saboteador se encargara de dificultar el cambio y atentará contra la tarea.
El rol del “especialista emocional” que es el facilitador de la expresividad emocional de la experiencia, es alentador, recompensa a los demás proporcionando afecto y actúa como mediador emocional en los conflictos. Es empático con la vivencia emocional en el momento concreto, emoción que puede hacer suya y ayudar a ser su emergente a nivel grupal. Polar es el pupas.
Roles Individuales:
El dominador, intenta imponer su control sobre el resto del grupo el chivo emisario en un miembro del grupo en el cual se vuelcan aspectos negativos o atemorizantes, apareciendo mecanismos de segregación frente a dicho integrante.
Cabeza de turco”, papel que está muy bien documentado por Wells, quien advierte que este personaje absorbe una buena parte de las tensiones que genera la falta de capacidad individual para integrar los rasgos propios, positivos o negativos, en una imagen que sea auto percibida como satisfactoria En la otra cara encontramos al líder, los miembros del grupo depositan en él solamente aspectos positivos.
Pueden surgir posibles conflictos en el desarrollo del rol. Ya dijimos que los roles, pese a conformar la estructura grupal, están inmersos en la dinámica grupal, y como la propia dinámica están en continuo movimiento, posibles conflictos son:
1. Contradicción cuando un mismo miembro, a causa de sus diferentes roles en el grupo, debe atender al mismo tiempo demandas contradictorias.
2. Ambigüedad, cuando el rol no está claro, no son claros los requerimientos de conducta de un rol específico, ocurre cuando a un miembro del grupo le es adjudicado un rol y este desconoce cuáles son las expectativas que tienen de él sus compañeros.
3. Conflicto de rol, cuando una persona por su rol debe adoptar conductas que no quiere adoptar.

El Terapeuta Grupal.

Incurrís en un error si pensáis que la psicología, por ser la ciencia de las leyes del espíritu, puede permitiros deducir unos programas precisos, y unos métodos docentes inmediatamente utilizables en el aula (grupo). La psicología es una ciencia y la docencia es un arte. Y las ciencias jamás originan directamente las artes. Un espíritu inventivo debe proceder a su aplicación, mediante el empleo de su propia originalidad. (William James).
El terapeuta es el organizador del grupo, por tanto selecciona los miembros y compone el grupo, define tiempos, horarios y lugar de actividades, establece el contrato con cada paciente. En el grupo propicia una relación en libertad ayudando a los miembros en la búsqueda de nuevos modos de comportamiento y en la aceptación del resto de miembros sin juicios previos. Es el mediador entre los miembros y las metas, objetivos y tareas propuestos en el grupo, es decir, busca, como mediador, la manera más eficaz de trabajo para lograr los objetivos propuestos.
Decía Yalom que las tareas básicas de terapeuta son las de mantener el grupo, construir una cultura grupal y facilitar el proceso del insight. El terapeuta guía el tratamiento grupal, define los límites externos e internos del grupo, fomenta y apoya las interacciones que influyen en el grupo, los miembros del grupo y las relaciones entre miembros y grupo.
Es consciente de la ansiedad de los miembros, producto del conflicto entre autonomía personal y deseo de pertenencia, potencia y estimula las actitudes transferenciales, es plenamente consciente de las contra transferenciales, confronta conductas de rol estereotipadas, que pueden ser las mismas conductas que trajeron a la persona al grupo.
Está atento a las identificaciones proyectivas dentro del grupo, y a las proyecciones dirigidas por una persona a otro /s miembro /s del grupo. Busca trabajarlas dentro del grupo para de esta forma paliar el que estas proyecciones originen conflictos entre miembros fuera del grupo, ya que trabajo fundamental del terapeuta es la cohesión grupal, o el sentido de pertenencia; Cuanto más cohesivo es el grupo más se puede influir sobre sus miembros.
Yalom define la cohesión (pertenencia) como un concepto que abarca la relación del paciente con el terapeuta, con los demás miembros del grupo, con el grupo como conjunto y con la cultura grupal (objetivos y valores del grupo), es la manifestación de la psicología individual en la identificación con el grupo. Cohesión o pertenencia que por sí mismo no cura pero sí facilita la asistencia, la estabilidad, la expresión e introspección individual, la integración de aspectos previamente inaceptables del ser, la mejora de la autoestima y el comportamiento social adaptativo (Kibel 1972).
El líder grupal (terapeuta), tiene una posición distinta a la del terapeuta individual ya que está más expuesto a estímulos y tiene un menor conocimiento del caso individual de cada miembro del grupo, esta estimulación grupal puede originar en un líder con escaso control de sus impulsos un mal manejo de la contratransferencia. (Contratransferencia que fue definida originalmente como la respuesta emocional inconsciente a la transferencia del paciente, y a nivel grupal es el conjunto de sentimientos y actitudes irracionales del líder hacia los miembros del grupo, ya sea como respuesta a transferencias, o debido al propio sistema de valores , o a la dinámica inconsciente del líder). (Myron Weiner).
Cada grupo tiene su propia cultura grupal y su propia personalidad, que en la mayoría de los casos es en parte el reflejo de la personalidad y el estilo del líder, los miembros del grupo aceptan los errores del terapeuta siempre que este no los utilice para sus propios fines narcisistas, y siempre que el terapeuta no utilice el grupo para su propia curación y complacencia, sabiendo tolerar y manejar emociones intensas que surjan en el grupo. Y básicamente que el terapeuta ofrezca y permita la suficiente libertad a los miembros desde una estructura de contención que fomente la seguridad grupal, y que tenga plena confianza en el feddback de los miembros entre sí y con el grupo.
“Los terapeutas más eficaces son los que estimulan moderadamente las interacciones dentro del grupo, al que dejan suelto pero bajo control, son cuidadosos con cada miembro y les ayudan a lograr comprensión sobre lo que les pasa y lo que pasa en el seno del grupo” (Yalom, Miles, Lieberman 1.973)
En 1.957 Rogers definió: el terapeuta debe mostrar coherencia, comprensión empática y atención positiva incondicional, cualidades que sus alumnos tradujeron posteriormente como: autenticidad, correcta empatía y amor no posesivo. Yalom y Miles definen al terapeuta como proveedor. Rol que consiste en ser cuidadoso, proteger, dar amor y apoyo, ofrecer amistad, ser capaz de promover el cambio, ser amable y cálido, saber dar información y tener capacidad cognitiva de juicio.
“Grotjahn en 1.983 nos habla de las cualidades y aptitudes del terapeuta:
-Debe ser una persona con plena experiencia de vida, teniendo el valor de experimentar todos los matices de la vida, sintiéndose vivo.
Debe conocer el miedo, la ansiedad, el dominio y la dependencia, no debe temer al amor y no le debe extrañar el odio.
Debe haber leído mucho, y aunque sus imágenes provengan de su propia vida: amigos y enemigos, pacientes, familia, amantes, trabajo, los modelos de integración han de provenir de su conocimiento teórico. No termina de aprender, cada experiencia es un nuevo aprendizaje, y su vida pasado es un camino de esfuerzo creativo. “Es su mejor paciente, y como tal trata a todos los pacientes, a quienes ve en el aquí y el ahora, pero a quienes también ve, en el tiempo, en su desarrollo psicológico, ya que comprende y entiende como puede ser el discurrir de cada persona.
-Está abierto a una comunicación ilimitada y debe poseer un “razonamiento dinámico” (Alexander). Se ofrece como una pantalla, más o menos en blanco, para permitir el desarrollo de la transferencia, pero, como dice Greenson siendo humano y real, para que el grupo pueda hacer con él una alianza de trabajo, sin sentirse dominado o asustado.
-Debe ser capaz y estar dispuesto a escindirse a sí mismo y soportar las contradicciones. “El supuesto básico de un terapeuta es la creencia en la bondad esencial de las personas, o al menos, su deseo de llegar a ser buenos. Si uno no es capaz de creer esto de sí mismo y de los demás, no se debe trabajar con personas.
Cualidades Básicas Del Terapeuta.
-Lograr la confianza desde la nutrición, calidez y cuidado.
-Ser optimista con el potencial terapéutico del trabajo grupal sabiendo resistir momentos negativos y retrocesos.
-Ser espontáneo, tiene sensibilidad ante los propios sentimientos y los expresa con libertad,
-Ser creativo en su razonamiento abstracto y de concreción de elementos.
-Ser flexible en comprender y aceptar valores y actitudes distintas a las suyas.
-Ser tolerante, equitativo y permisivo en el manejo de la agresión.
-Hace un buen uso del humor y lo usa para sacar al grupo de situaciones de tensión y dificultad.
-Saber en todo momento cual es el significado de su posición en el grupo.
El terapeuta grupal se guía por lo que sabe hacer, por lo que observa y comprende, por lo que percibe y experimenta, está en contacto con sus sentidos y sentimientos, y debe de estar en continuo contacto con lo que ocurre en el grupo, conociendo la realidad del grupo y de cada miembro, y se apoya en:
-La base de la experiencia.
La presencia del terapeuta, desde su plano físico, emocional, o espiritual, es el hilo en el que se tejen todos los entramados de la existencia grupal, está en su quehacer el ir a la búsqueda de lo que está más profundo en todo momento, el ir pelando las capas de cebolla del grupo , de sus miembros, y de las relaciones que vayan apareciendo, ayudando a ver lo obvio de cada situación y dando pistas sobre lo que está latente en la otra imagen, la que queda oculta. Cualidad muy deseable es la madurez de lo que el terapeuta es, conciencia de sí mismo.
La principal fortaleza del terapeuta radica en ser reconocido por lo que es, una persona real y no un producto de la transferencia. Es el símbolo del padre en todas sus facetas. Su apertura en el grupo le permitirá ser padre para unos, madre para otros, amigo afectuoso. Y todo esto sin perder nunca lo que es y como es, él es él, y no es nadie más. (Grotjhan 1.983).
-El poder de las normas del grupo.
El terapeuta conoce la normativa grupal y reconoce el poder que pueda ejercer sobre el grupo. Él puede percibir con un mayor significado el contenido de esas normas y lo que puedan significar en el grupo, o bien presión grupal para el acatamiento de las mismas, u hostilidad de parte de miembros del grupo hacia quien no las acata. Cuestión de higiene grupal es el airearlas de cuanto en cuanto, debatirlas, actualizarlas en función del estar grupal y consensuarlas para su aprobación.
-Lo fenomenológico.
La identificación de los fenómenos que vayan surgiendo, para clarificarlos y buscar la comprensión del grupo hacia lo que está ocurriendo en presente, o bien buscar el revivir antiguas experiencias de vida, grupales o individuales, tratando de dar cauce a lo emocional reprimido, a las expresiones bloqueadas, o al pensamiento intrusivo, conjunto de experiencias que dejaron huella en el propio cuerpo de cada uno de nosotros.
-La estructura grupal.
El terapeuta está atento a la evolución de la estructura grupal; Liderazgo, roles, estatus, norma, valores y cultura grupal, hace ver cuando algún rol está estancado, o cuando alguna interrelación origina conflicto en otros miembros, convierte en una dinámica participativa cualquier situación grupal que ocasione estancamiento.
-El liderazgo.
El terapeuta es consciente de la autoridad de que dispone, comprendiendo y aceptando que del grupo van a ir emergiendo líderes y subgrupos con su propio líder, por tanto, debe conocer las diferentes estructuras y modelos de liderazgo, las funciones que quedan centralizadas y las que son repartidas entre formas de poder. De tal forma que necesita comprender el poder que detenta el propio grupo, ya que éste recompensa y castiga a sus miembros, e influye sobre el terapeuta.
“El liderazgo es la habilidad de decidir que hay que hacer, y entonces conseguir que los demás quieran hacerlo” (Ho Chi Min).
Un terapeuta, como director grupal, debe sumergirse en las fuentes del propio grupo, conocer la cultura grupal, sus valores, objetivos y metas, apoyar y confrontar a sus miembros y las interrelaciones que surgen entre ellos, ha de ser armónico en sus intervenciones generando un ambiente de apoyo, y un buen comunicador de la experiencia y de la dinámica del proceso, para que el grupo le otorgue el liderazgo y lo pueda integrar como autoridad.
Así pues, el patrón de características personales del terapeuta debe guardar alguna relación relevante con las características, actividades y metas del grupo. El uso que haga de la autoridad que le otorga el grupo genera uno de estas tres actitudes: Compromiso, acatamiento y resistencia.
Cuando el terapeuta tiene el poder de ser referente, referencia, tiene autoridad entre los miembros del grupo, logra que éstos se puedan identificar con él en la cultura grupal, y tiene reconocido por el grupo un poder experto, una autoridad como terapeuta en el grupo a través de sus conocimientos y competencias como líder. El grupo es, más que posible, que entre en una respuesta de compromiso en la dinámica.
Cuando el terapeuta hace uso de su poder legitimo, que es la influencia que tiene como consecuencia de ser el director grupal, puede provocar en el grupo una actitud de acatamiento, de la misma forma que cuando hace uso del poder de retribución, que es la influencia que obtiene en el grupo al satisfacer las necesidades de sus miembros, también la respuesta factible sea el acatamiento del grupo al terapeuta.
Si el terapeuta hace uso de un tipo de poder coercitivo, desde el temor que pueda despertar en el grupo, bien sea al propio líder, a su asertividad, a su forma de hacer, desde el proponer obediencia al sistema o a las normas, como norma de actuación grupal. Desde el no saber manejar su contratransferencia y proyectarla sin conciencia, va a levantar resistencias en el grupo.
Básico para el terapeuta grupal es tener un buen conocimiento de su inteligencia emocional, poder a través de su propia capacidad emocional, reconocer y entender los sentimientos y emociones propias y ajenas, y servirse de tales conocimientos para guiar su propio pensamiento y acciones ayudando en la meta grupal.
Básico, asimismo, es ser una persona ética, sin contradicciones, con rasgos morales y comportamientos fundamentales, apoyando la toma de decisiones en principios éticos, con honestidad, confianza e integridad.
El liderazgo comprende los siguientes rasgos:
1. Observación personal. Capacidad de apreciar el efecto que ejerce en el grupo y adaptarse a él, y capacidad de aceptar la responsabilidad de las propias acciones y sus consecuencias en él.
2. Confianza. Capacidad de reconocer y apreciar las interrelaciones grupales.
3. Dominio propio. Capacidad de refrenar el ego y el deseo de dominación.
4. Autenticidad. Capacidad de respetar y proyectar sinceridad sin manipulación y sin entramados narcisistas.
5. Empatía. Capacidad de entender y actuar en consecuencia en las necesidades y motivaciones de los demás.
Es recomendable que el terapeuta grupal tenga una estrategia (arte, traza para dirigir un asunto), que sus decisiones sean acordes y tengan lógica con las metas grupales. La estrategia es un plan de acción consciente y determinado aplicado al momento, es decir al aquí y al ahora. Como plan aborda el aspecto fundamental de la percepción de las experiencias que vayan surgiendo en cada momento. Las estrategias tienen dos aspectos esenciales: Se elaboran independiente de las acciones en las que se aplican y se desarrollan de manera consciente y con propósito.
El liderazgo como un rasgo personal. La idea de que “el líder nace, no se hace”. Hay grandes líderes en todas las historias, en nuestra vida cotidiana todos conocemos personas en las que su éxito consiste en ser líder, su carisma, su encanto, su talento, su personalidad, y otros aspectos nos pueden explicar el poder de persuasión y fascinación del líder. Stogdill señala cinco aspectos fundamentales que posee todo líder: Inteligencia y erudición, rasgos físicos, personalidad, condición social y experiencia, y orientación a la tarea.
Kikpatrick y Locke. Identifican seis rasgos como las características asociadas constantemente a los líderes:
“Impulso necesario para lograr los cambios.
“Deseo de dirigir e influenciar a otros.
“Honradez e integridad para construir relaciones de confianza.
“Autoconfianza necesaria para convencer a sus seguidores.
“Inteligencia para percibir y tomar las decisiones correctas apegadas a los valores de la cultura grupal.
“Persistencia y competencia con la completa información de la situación.
El Liderazgo Como Estilo De Conducta.
Es concebir el liderazgo como un estilo de conducta que cualquier persona puede desarrollar, sigamos el estudio de P.B. Smith y Peterson, que proviene de Lewin y White, y que nos habla de los tres estilos de liderazgo: autocrático o autoritario, democrático, y laissez faire.
1. En el autocrático, el jefe determina el proceso, va dando las técnicas y los pasos de la actividad, de manera que puede ocasionar seguridad en el grupo, se sigue un programa que el jefe conoce, y por tanto el grupo confía, pero, por el mismo hecho también puede generar incertidumbre en el grupo, al no saber este hacia dónde va y donde acaba la experiencia.
2. El autoritario personaliza, tiende a alabar y criticar el trabajo de cada miembro, se mantiene separado y no participa activamente en el grupo, el cual, bajo este tipo de liderazgo se torna agresivo más fácilmente, especialmente con los roles más débiles. La autocracia genera más dependencia y menos individualidad, el grupo puede derivar su conducta hacia actitudes sumisas o dependientes, con lo que las actividades e interrelaciones son menos comprometidas y la conversación no es fluida. Hay una pérdida de individualismo.
3. En el grupo democrático cualquier conducta, transferencia, fenómeno o experiencia puede ser motivo de decisión grupal apoyada y asistida por el jefe, hay un proceso abierto en la dinámica grupal, proceso en el que el jefe participa sugiriendo procedimientos alternativos y apoyando la intervención de todos con el fin de conducir al grupo hacia la consecución de sus metas. El líder procura ser objetivo basándose en los hechos, y trata de ser un miembro más del grupo en espíritu, sin recabar demasiado la atención del grupo, esta actitud conlleva que cuando el jefe no está presente el grupo puede seguir trabajando por él mismo, por tanto, pueden ser grupos eficientes y motivados para la tarea, al no estar tan sujetos al jefe aparece una mayor originalidad en el grupo.
Hay en estos grupos una tendencia a la amistad, se da preferencia al “nosotros” por encima del “yo”, hay una mayor frecuencia de observaciones centradas en el grupo, el trato es amistoso y de elogio mutuo. El laissez faire confiere libertad a los miembros para toma de decisiones grupales e individuales con una mínima participación del líder, éste aclara que intervendrá cuando así se le pida y su aportación no es la de entrar a valorar aportaciones o reflexiones, ni regula al devenir de los acontecimientos ya que es el grupo el que gestiona su actividad y tiempo.
Pueden darse grupos más orientados a lo creativo, a lo dionisíaco y al juego que a la realización de la tarea. Lo que no implica que el grupo no vaya a conseguir llegar a la culminación de sus metas.
El liderato como estilo de conducta está afectado por las dos fuerzas más poderosas del grupo, que son lo socio afectivo y la tarea, la consecución de objetivos y metas grupales. El jefe eficiente es el que puntúa alto en los dos campos, tiene respeto a los sentimientos y opiniones de los miembros procurando por su bienestar y satisfacción, y organiza y desarrolla conductas centradas en la tarea, definiendo con concreción su relación con el grupo y sus miembros, asigna roles y tareas, establece normas y evalúa en interrelación contacto con el grupo el rendimiento del mismo. Así, un buen jefe muestra interés tanto por la tarea como por las personas.
El Liderazgo En Función De La Situación.
Es el enfoque situacional, de estas teorías la más destacada es la teoría de la contingencia de Fiedler que entiende que el liderazgo es un sistema de interactuar con otros que ocupan una posición subordinada, con dos motivaciones, la relación y la tarea, parte de la base que la relación líder- miembros (terapeuta-pacientes) es una relación de poder, y habla de tres aspectos de intervención: la relación líder-miembros del grupo, la estructuración de la tarea y la posición de poder del líder.
Fiedler en 1.971 llegó a la conclusión de que tan bueno puede ser un jefe orientado a la tarea, como uno orientado a las personas, en se le entrena para que cambie de estilo, o bien se la asigna a una situación para la cual esté capacitado, o se cambia la situación para que esté acorde al líder.

Terapia de Grupo.
Estructura Grupal.
Melchor Alzueta.