Terapia Gestalt. Mecanismos de defensa
Mecanismos de defensa
Los mecanismos de defensa son dispositivos del yo, y tienen la función de protegernos de un acceso de miedo, angustia, tristeza, ira o rabia. Reciben este nombre una serie de métodos o técnicas que utilizamos todas las personas con el fin de evitar la frustración que nos producen los conflictos de nuestro psiquismo. Sentimientos, pensamientos o comportamientos, mas o menos involuntarios, que aparecen como respuesta en situaciones con percepción de peligro. Los mecanismos ocultan o disminuyen los conflictos o factores estresantes que producen ansiedad.
Orgánicamente nos protegemos resistiendo a cualquier cambio extremo mediante la conservación de la homeostasis. Nuestro organismo está estructurado para mantener sus constantes metabólicas: ritmo cardiaco, presión arterial y temperatura corporal, por medio de una serie de mecanismos y sistemas, que le hacen ser resistente y adaptarse ante cualquier cambio. Así como el conjunto de funciones organísmicas nos protegen, la homeostasis también la podemos aplicar a la mente por medio de los mecanismos de defensa, ya que consisten en arrojar fuera de la conciencia algún aspecto de la realidad, sea física o psicológica, y su objetivo último es evitar el dolor psíquico que esos conflictos pueden llegar a provocar. Los mecanismos de evitación nos sirven para proteger las diferentes creencias, ideas, acciones, tabúes, mitos, razonamientos, expresiones………arquetipos que forman parte de lo que somos, bloqueando la toma de conciencia y confundiendo el límite entre lo propio y lo del otro.
Mecanismos de defensa en Gestalt
“En terapia Gestalt las resistencias son consideradas como forma de energía orientada. Antes de ejercer resistencia, esta energía puede ir muy bien en sentido de una adaptación o de una protección legítima. Dicha energía no es una fuerza inerte y se convierte en resistencia cuando disminuye el contacto, se bloquea o se anula. El objetivo de la terapia gestalt consiste, por tanto en lograr que la persona utilice al máximo su energía, aumentando así su capacidad de contacto y su potencial.”
INTROYECCIÓN
Todos nosotros crecemos mediante el ejercicio de la capacidad de discriminar, la que en sí misma es función del límite entre lo propio y lo otro. Tomamos algo del ambiente, devolvemos algo al ambiente. Aceptamos o rechazamos lo que el ambiente tiene para ofrecernos. Podemos crecer únicamente si en el proceso de tomar, digerimos plenamente y asimilamos plenamente. Lo que hemos asimilado verdaderamente del ambiente pasa a ser nuestro para hacer lo que queramos.
Pero lo que tragamos íntegro, aquello que aceptamos indiscriminadamente, lo que ingerimos en vez de digerir, pasa a ser un parásito, un cuerpo extraño que hace de nosotros su morada. No forma parte nuestra aun que en apariencia lo sea, aún es parte del ambiente. Es fácil ver este proceso de crecimiento por asimilación, de desestructuración y digestión, desde un punto de vista físico. Crecemos y nos mantenemos mediante alimentos que no nos tragamos enteros, sino mediante alimentos que masticamos (con lo cual comienza el proceso de desestructuración) y digerimos (con lo cual se continúa el proceso cambiando aún más allá los alimentos hasta llegar a partículas químicas que el cuerpo puede utilizar).
El alimento físico una vez adecuadamente digerido y asimilado, pasa a ser parte nuestra, se convierte en hueso, músculo y sangre. Pero los alimentos que tragamos enteros, que engullimos por así decir, no porque lo queremos sino por obligación, yacen pesadamente en el estómago. Nos ponen incómodos, queremos vomitarlos y sacarlos de nuestros sistemas. Si no lo hacemos, si suprimimos nuestra incomodidad, nuestra náusea y nuestro deseo de deshacemos de ellos, entonces finalmente logramos digerirlos dolorosamente o incluso nos intoxican.
El proceso psicológico de la asimilación es muy parecido a su contrapartida fisiológica. Conceptos, datos, patrones de conducta, valores morales, éticos, materiales y estéticos, todos provienen originalmente del mundo externo.
“No hay nada en nuestras mentes que no provenga del ambiente de alguna manera, pero no hay nada en el ambiente para lo cual no haya una necesidad organísmica”. Estas tienen que ser digeridas, asimiladas e integradas si han de convertirse en propias, en una parte de la personalidad. Tales actitudes, modos de actuar, de sentir y de evaluar sin digerir en psicologia se les denomina introyectos, y el mecanismo por el cual estos cuerpos extraños son agregados a la personalidad nosotros lo denominamos introyección.
En otras palabras, los alimentos psicológicos que nos presenta el mundo, el alimento de datos y actitudes sobre los cuales se construye nuestra personalidad debe ser asjmilado del mismo modo que nuestro alimento real, ha de ser desestructurado, analizado, desarmado y luego armado para que sea valor para nosotros. Si sencillamente se traga entero. no contribuye en absoluto al desarrollo de nuestra personalidad. Por el contrario, se torna en algo semejante a una casa tan repleta de posesiones de otras personas que no hay lugar para los muebles propios.
Por lo tanto el peligro de la introyección es doble:
En primer lugar el hombre que introyecta nunca tiene la oportunidad de desarrollar su propia personalidad porque esta muy ocupado asegurando los cuerpos extraños alojados dentro de su sistema. Mientras mayor es el número de introyectos con que se ha aparejado, menos lugar hay para que él se exprese e incluso descubra lo que él mismo es.
En segundo lugar, la introyección contribuye a la desintegración de la personalidad, si uno se traga entero dos conceptos incompatibles uno podrá encontrarse a sí mismo hecho pedazos en el proceso de tratar de reconciliarlos.
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La introyección es el mecanismo neurótico mediante el cual incorporamos dentro de nosotros mismos, patrones, actitudes, modos de actuar y de pensar que no son verdaderamente nuestros. El introyector hace propias las ideas de los otros, está gobernado por los “deberías” morales de los otros. “Cuando la persona introyecta se sirve de mecanismos como el de intelectualizar las situaciones emocionales, en vez de vivirlas o sentirlas movilizando la energía de su organismo, en estas situaciones la persona se limita a “hablar” de sus emociones.”
En la introyección hemos corrido el límite entre nosotros y el resto del mundo tan demasiado hacia dentro de nosotros mismos que casi no queda nada nuestro.
Cuando el introyector dice “yo pienso” generalmente quiere decir “ellos piensan”.
Polaridad: Patología de contacto (exceso).
No hay asimilación propia. Dificultad en la retirada.
Antídoto: ASIMILACIÓN
Aspecto Creativo: TRADICIÓN
Reconocer la tradición (aprovechar lo que nos viene dado). Reconocer los límites
Movilizador : PROYECCIÓN
PROYECCION
El reverso de la introyección es la proyección. Tal como la introyección es la tendencia a hacer de sí mismo (self) responsable de lo que de hecho es parte del ambiente, así también la proyección es la tendencia de hacer responsable al ambiente de lo que se origina en el sí mismo (self). El bloqueo en la proyección esta unido a la angustia que produce la incapacidad de contener la propia energía, es la proyección un rasgo de personalidad, una actitud, un sentimiento, una parte del comportamiento que pertenece a la persona sin ser sentida como propia, con lo que así evita apropiarse de su propia realidad.
La paranoia, caracterizada por el desarrollo de un sistema altamente organizado de ilusiones, es el caso extremo de la proyección. El paranoico es una personalidad altamente agresiva que siendo incapaz de soportar la responsabilidad. de sus propios deseos y sentimientos se los adjudica a objetos o personas en el ambiente. Su convicción de que está siendo perseguido es de hecho la afirmación misma de que quisiera perseguir a otros.
Pero la proyección existe también en formas menos extremas que ésta y tenemos que tener cuidado en distinguir entre proyección, que es un proceso patológico y las suposiciones basadas en la observación, lo cual es normal y sano.
La mujer sexualmente inhibida que se queja de que todos le hace proposiciones, o el hombre altivo, frío, retraído que acusa a los demás de ser poco amistosos con él, son ejemplos de proyección neurótica. En los dos casos son suposiciones basadas en sus propias fantasías, y no han reconocido que son solamente suposiciones. Además han rehusado reconocer su origen.
La creación artística también exige un tipo de comportamiento imaginativo proyectivo. A menudo el novelista llega a proyectarse literalmente en sus personajes y se convierte en ellos mientras escribe. Pero, a diferencia del neurótico proyectivo, no padece de la confusión de identidad, él sabe hasta dónde llega él y dónde comienzan sus personajes, aunque al calor de la actividad creativa pueda perder, temporalmente, su sentido de límite y convertirse en otra persona.
El neurótico usa la proyección en sí mismo además de en el mundo, tiene la tendencia de desposeerse de sus propios impulsos, y además tiende a desposeerse de aquellas partes de él mismo donde se originan esos impulsos. Les confiere, por así decir, una existencia objetiva fuera de él, de modo que puede culparlos de sus problemas sin encarar el hecho de que son parte de él mismo. En vez de ser un participante activo de su vida, el proyector se convierte en un objeto pasivo, víctima de las circunstancias.
En la proyección tratamos el límite entre nosotros y el resto del mundo un poco demasiado a nuestro favor , de un modo que nos hace posible desposeer y renunciar a aquellos aspectos de nuestra personalidad que encontramos difíciles y ofensivas o poco atractivas. Y, además, por lo general son nuestros introyectos quienes nos llevan a los sentimientos de poca aceptación del si mismo y de la auto alineación que producen las proyecciones.
La personalidad introyectante que se adquiere con las ideas no asimiladas, no digeridas, encuentra su paralelo en la personalidad proyectiva, que hace del mundo el campo de batalla donde deben guerrearse sus conflictos privados. La persona excesivamente cautelosa , la cual le dice a uno que quiere tener amigos y ser querido y que al mismo tiempo declara “No se puede confiar en nadie, todos quieren aprovecharse de uno al menor descuido”. Es un Introyector por excelencia.
Polaridad: Patología de retirada.
No ve al otro, se ve a sí mismo en el otro. Evita el contacto
Antídoto: REAPROPIACIÓN
Aspecto Creativo: CONOCIMIENTO.
Proyección como pista de conocimiento.
Buscar lo propio, que no lo sabemos como propio hasta verlo fuera.
Movilizador: INTROYECCIÓN / RETROFLEXIÓN
CONFLUENCIA
Cuando la persona no siente ningún límite entre él mismo y el ambiente que le rodea, cuando siente que es uno con él, está en confluencia con el ambiente. Las partes y el todo se hacen indistinguibles entre sí.
Los niños recién nacidos viven en confluencia; no tienen ningún sentido de distinción entre dentro y fuera, entre ellos mismos y el otro. En momentos de éxtasis o concentración extrema, los adultos también nos podemos sentir confluyendo con el ambiente, desaparecen los límites y nos sentimos más nosotros mismos, debido a que estamos identificados con el grupo. Normalmente sentimos en forma bastante aguda el limite entre el yo-mismo y el otro, y su disolución temporal es experimentada como algo muy impactante.
Cuando este sentido de identificación total es crónico y la persona es incapaz de ver la diferencia entre él mismo y el resto del mundo, está psicológicamente enferma.
No puede vivenciarse a sí mismo pues ha perdido todo sentido de sí mismo.
La persona en la cual la confluencia es un estado patológico no nos puede decir qué es ella ni puede decirnos lo que son los demás. No sabe hasta dónde llega ella misma y dónde comienzan los demás. No se da cuenta del límite entre si mismo y los demás, no puede hacer un buen contacto con ellos. Tampoco puede retirarse de ellos. Tiene difícil poder contactar consigo mismo.
Estamos compuestos por millones de células. Si fuésemos una confluencia seríamos una masa informe y no habría organización posible. Por el contrario, cada célula está separada la una de otra por una membrana porosa, y esta membrana es el sitio de contacto y de discriminación en que se define lo que es “aceptado” y lo que es “rechazado”. Sin embargo, si nuestras partes componentes, que no sólo operan como partes del ser humano total, sino que también realizan algunas funciones particulares, son juntadas y mantenidas en una confluencia patológica, entonces ninguna de ellas podría realizar su trabajo adecuadamente.
Como ejemplo una inhibición crónica, las ganas de llorar reprimidas en varias ocasiones, ya que el deseo de llorar no fue permitido, con lo que se contrajeron deliberadamente los músculos del diafragma. Podemos suponer que esta forma de comportamiento, creada como un esfuerzo consciente para suprimir la necesidad de llorar, se convierta en algo habitual y automático, la respiración y la necesidad de llorar se confunden y se hacen confluyentes entre sí. Entonces perdemos ambas actividades, la capacidad de respirar libremente y la capacidad de llorar, siendo posible que transcurrido un tiempo olvidemos el origen de nuestro dolor.
Tanto la necesidad de sollozar, por una parte, como la contracción del diafragma como defensa en contra de la expresión de esta necesidad, forman una línea de batalla única y estabilizada de actividad y contractividad. Esta lucha perpetua transcurre todo el tiempo y en forma aislada del resto de la personalidad. Si la confusión entre la respiración y el sollozar, se mantiene por el tiempo suficiente, puede resultar un asma.
La confluencia patológica tiene también serias consecuencias sociales. En la confluencia, se exige similitud y se niega la tolerancia de las diferencias. A menudo encontramos esto en padres que consideran a sus hijos como meras extensiones de ellos mismos. Padres que carecen de la noción de que sus hijos están destinados a ser distintos a ellos en al menos algunos aspectos. Y si los hijos no son confluyentes y no se identifican con las exigencias de sus padres, se encontrarán con rechazo y alienación: “Tú no eres hijo mío”, “Yo no quiero a un niño tan travieso”.
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Cuando el hombre que está en confluencia patológica dice: “nosotros”, uno no puede saber de que está hablando, si de sí mismo, o del resto del mundo. Ha perdido completamente el sentido del límite.
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El hombre que está en confluencia patológica hace un ovillo de sus necesidades, sus emociones y sus actividades, resultando una confusión tal que no se da cuenta de que es lo que quiere hacer. Ni de cómo se lo está impidiendo.
“Etimológicamente la palabra confluencia (confluir) significa “juntarse”, como cuando las aguas de dos ríos se encuentran y navegan juntas, no se pueden diferenciar. En las personas que confluyen el self y el medio ambiente navegan juntos, como si fueran una sola unidad. La confluencia como mecanismo de defensa consiste en estar siempre de acuerdo con lo que los otros piensan y dicen. Las personas confluyentes no aportan ninguna crítica, ninguna objeción, no tienen ninguna originalidad; su potencial existencial y creativo está considerablemente disminuido por el hecho de que escapan al contacto diferenciado de confrontación, que es tan enriquecedor en el desarrollo.”
Polaridad: Patología de Contacto.
Un quedarse parado. La no existencia. Dificultad de retirada
Antídoto: DIFERENCIACIÓN
Aspecto Creativo: TRASCENDENCIA.
Capacidad para trascender los límites de la persona e individualizarse.
Movilizador: RETROFLEXIÓN
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Tal como la introyección se manifiesta en el uso del pronombre “yo”, cuando realmente quiere significar “ellos”. Tal como la proyección se muestra en uso del pronombre “it”, o “ellos” cuando el significado real es “yo”. Tal como la confluencia se muestra en el uso del pronombre “nosotros”, cuando el significado real es cuestionable, así la retroflexión se muestra en el uso del reflejo “yo mismo”
RETROFLEXION
“El introyector hace lo que los demás quieren que haga, el proyector le hace a los demás lo que el acusa a los demás de hacerle a él, el hombre en confluencia patológica no sabe quién le está haciendo que cosa a quién, y el retroflector se hace a si mismo lo que le gustaría hacerle a otros.”
El cuarto mecanismo neurótico, retroflexión literalmente significa “volverse atrás intensamente en contra”. El retroflector sabe cómo trazar una línea demarcatoria entre él y el ambiente y dibuja una línea clara y nítida por la mitad, pero la traza por el medio de sí mismo. Cuando alguien retroflecta una conducta, se trata a sí mismo como originalmente quería tratar a otras personas u objetos. Deja de dirigir sus energías hacia afuera en un intento de manipular y llevar a cabo cambios en el ambiente que le satisfarán sus necesidades; mas bien, reorienta su actividad hacia adentro y se sustituye a sí mismo por el ambiente como objetivo del comportamiento. En la medida que hace esto, divide su personalidad en “hacedor” y en “hecho a”.
Literalmente llega a constituirse en el peor enemigo de sí mismo, ya que vuelve la hostilidad contra sí mismo. Obviamente ningún ser humano puede pasar su vida dándole rienda suelta a cada uno de sus impulsos, al menos algunos tienen que ser controlados. Pero el resistir impulsos destructivos deliberadamente es bastante diferente que volverlos en contra de uno mismo.
Es un mecanismo frecuente en personas en las que no fluye adecuadamente la energía psicológica a través del organismo, originando tensión interna que conlleva enfermedad, dificultad en el sistema respiratorio, desarreglos en el digestivo, problemas en la piel…. al retroflexionar la expresión no manifestando disgusto, ira o insatisfacción la persona permite que la crítica penetre en su ser haciéndola suya.
El retroflector dice “tengo vergüenza de mí mismo” o también “tengo que forzarme a mí mismo para hacer este trabajo”. Hace una serie casi interminable de afirmaciones de este tipo, todas basadas en la comprensión de que él y el mismo son dos personas diferentes.
Polaridad: Permanente retirada patológica.
Exceso de retirada. Dificultad de contactar con el mundo.
Antídoto: EXPRESIÓN DE LO NEGATIVO
Aspecto Creativo: DISCIPLINA.
Retroflexión es disciplina pero actuando contra uno mismo
Desarrollarla pero añadiéndole una finalidad saludable.
Movilizador: CONFLUENCIA – PROYECCIÓN
DEFLEXION
Hacer, hacer, pero no contactar……..”desviar” lo que emerge en el aquí y ahora. Es una maniobra tendiente a soslayar el contacto directo con otra persona, un medio de enfriar el contacto real. DEFLECTAR es un mecanismo activo en el que la energía esta utilizada para evitar centrarse en si mismo.
Esta energía esta orientada en forma difusa : quitando calor al dialogo, tomando a risa lo que se dice, evitando mirar al interlocutor, hablando abstractamente en vez de especificar, yéndose por las ramas, saliendo con ejemplos que no vienen al caso, prefiriendo la cortesía a la franqueza, las emociones débiles a las intensas, hablar sobre el pasado cuando lo presente es mas importante, hablar sobre alguien en vez de hablar con alguien, restando importancia a lo que uno acaba de decir, o hablando de alguien en lugar de hablar a alguien.
Habla mucho, y hace muchísimo, pero no puede asimilar la experiencia. Todas estas deflexiones destiñen la vida, la acción no da en el blanco, pierde efectividad y fuerza. El deflector no cosecha los frutos de su actividad, simplemente no pasa nada, aunque hable se siente impasible o incomprendido, sus interacciones no cumplen lo que cabria esperar. su incapacidad de llegar al interlocutor malogra el mensaje, aunque lo transmita en forma valida y precisa.
Ejemplos de deflexión son, la diplomacia, la fantasía, las explicaciones en la sexualidad, el aburrimiento, la apatía, la desenergetización, la desensibilización. El objetivo de la deflexion es quitar conciencia.
En la deflexion hay un bloqueo en el contacto. aunque la deflexión es auto limitadora, puede resultar útil. hay situaciones demasiado candentes para manejarlas y de las que conviene apartarse. ejemplo : la ira.
Polaridad: No es patología de contacto-retirada.
Es un limbo intermedio. Una conducta neurótica del “como si”
Antídoto: SENSIBILIZACIÓN
Aspecto Creativo: DIPLOMACIA.
Es diplomático para no ser franco, la usa para el propio bien
ARMONÍA. Capacidad para armonizar el entorno.
Movilizador: RETROFLEXIÓN, PROYECCIÓN
El aprendizaje de los mecanismos
La confusión entre el sí mismo (self) y el otro que yace tras la neurosis se muestra en la confusión total acerca de sí mismo. Para el neurótico, el sí mismo es o una bestia o un ángel, pero el sí mismo nunca es yo mismo.
Freud al describir el desarrollo de la personalidad contribuyó a esta confusión. Habló acerca del ego (el “yo”), el ello (las tendencias orgánicas), y el super-ego (la conciencia) y describió la vida psíquica individual interminable e irrompible consigo mismo, el hombre lucha hasta su muerte. El retroflector pareciera que está actuando de acuerdo a la imagen freudiana del hombre.
Consideremos lo que es realmente el superego. Si no es parte del sí mismo, del “yo”, del ego, por necesidad debe ser entonces un montón de introyectos, de actitudes no asimiladas y de planteamientos impuestos al individuo por el ambiente. Freud habla de la introyección como parte del proceso moral del crecimiento, dice, por ejemplo, que el niño introyecta las buenas imágenes parentales y las establece como sus ideales de ego.
El ego entonces también llega a ser un conglomerado de introyectos. Sin embargo, todos los problemas no surgen en relación a la identificación infantil con los padres “buenos”, sino en relación a la identificación con los padres “malos”.
El niño no introyecta las actitudes y la ética de los padres “buenos” las asimila.
No se da cuenta de lo que hace en términos psicológicos, pero traduce las actitudes de la conducta satisfactoria de sus padres en términos que él puede entender; reduciéndolos, y asimilándonos en su nueva forma, una forma que él puede usar.
El no puede hacer lo mismo con las “malas” actitudes de sus padres; no tienen medios para encararlas y ciertamente ningún deseo innato para hacerles frente Así es como tiene que tomarlas como introyectos tragados.Y ahí comienzan los problemas. Porque ahora tenemos una personalidad compuesta no ya de ego y superego, sino de yo y no yo, de sí mismo y auto imagen. Una personalidad tan confusa que se hace imposible distinguir una de la otra.
Esta confusión en la identificación es la neurosis, y ya sea que se manifieste primariamente a través del mecanismo de la introyección o de la proyección o de la retroflexión o de la confluencia, su marca de fábrica es la desintegración de la personalidad y la falta de coordinación en el pensamiento y la acción.
La terapia consiste en rectificar las falsas identificaciones.
Si la neurosis es el resultado de las identificaciones “malas”, la salud es el resultado de “buenas” identificaciones. Desde luego que esto deja abierta la cuestión de cuáles son buenas y cuáles son malas identificaciones. La respuesta más simple y satisfactoria y que a la vez se basa en la realidad observable es que las “buenas” identificaciones son
las que promueven la satisfacción y la realización de objetivos de la persona y su ambiente. y “malas” identificaciones son aquellas que resultan en un aplastamiento y frustración, o en una conducta destructiva hacia su ambiente.
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Porque el neurótico no sólo se hace miserable a si mismo, sino que también castiga a todos aquellos que se interesen por él, con su comportamiento autodestructivo.
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Por lo tanto, en terapia necesitamos restablecer la capacidad del neurótico de discriminar. Ayudándole a descubrir que es él mismo y que no es él mismo; lo que realiza y lo que lo frustra. Guiándolo hacia la integración y en la búsqueda de los límites adecuados entre su sí mismo y el resto del mundo.
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Es fácil decir sencillamente “sé tu mismo”, pero para el neurótico hay miles de obstáculos en el camino. Entendiendo en los mecanismos cómo el neurótico se impide ser él mismo, podemos dedicamos a intentar remover los obstáculos, uno por uno.
El trabajo con los mecanismos
Todos estos mecanismos constituyen neurosis únicamente cuando son inadecuados, crónicos y usados sin discriminación. Todos pueden ser útiles y necesarios en algunas ocasiones en las que las situaciones involucran peligro. La introyección es buena cuando se trata de dar un examen de una asignatura que ni nos gusta ni nos sirve. Las proyecciones son situaciones en que uno planifica y anticipa. La retroflexión es buena cuando se tienen instintos violentos hacia alguien.
Podemos trabajar los mecanismos desde dos formas:
– movilizar la energía entre mecanismos opuestos; –aprovechar el aspecto sano de su estructura.
1.-Movilizar energía entre opuestos :
Al ser disfunciones del ciclo de contacto – retirada resulta eficaz dirigir la energía hacia la patología opuesta con el fin de desbloquear la fijación y aumentar conciencia.
A.- Introyección- Proyección (opuestos directos/ Perls)
El introyector traga sin masticar lo extraño a el. El proyector vomita como extraño, aquello que es propio. Ambas son caras de la misma moneda y mantienen una relación compensatoria. Los introyectos producen sentimientos de inaceptación de uno mismo, estos mismos sentimientos desencadenan las proyecciones, es decir: Poner fuera aspectos propios que transgreden las normas introyectadas, para no vivir en conflicto interno.
Jugar con estas polaridades es una pauta terapéutica : Discriminar entre los introyectos y aquellos otros valores propios (asimilados /digeridos) ayuda a reincorporar lo proyectado, que antes era inaceptable, pero que ahora puede reconocerse mas fácil como propio.
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–Retroflexión y Confluencia:
Sin ser opuestos directos, podemos trabajar sus diferentes cualidades de retirada y contacto. A la persona retroflectora le viene muy bien aprender a confluir, la posibilidad de fusionarse le permite atravesar sus barreras de contacto.
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C.-Retroflexión y Proyección
Es un trabajo de polaridad ya que ambas son patologías de retirada. Si vemos el juez interior del retroflector nos encontramos con censura y descalificación, y podemos detectar que muchos de los reproches de este juez son en realidad quejas que habría que expresar hacia fuera, hacia sus legítimos responsables, cosa que el retroflector no se permite por considerarlo proyecciones. Cuando se expresan hacia fuera, se facilita la reconciliación interna, se desbloquea la energía que estuvo estancada hacia y contra uno mismo.
El auto reproche conducirá a la depresión y a las resoluciones impotentes, mientras que el reproche al objeto conducirá al acercamiento al objeto, a un enfrentamiento, y posiblemente, al término de una situación de resentimiento.
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D.-Confluencia e Introyección,
La disolución de estos dos mecanismos es muy similar:
Discriminar, asimilar–introyeccion
Diferenciar,individualizar—confluencia.
El cambiar el síntoma, movilizando sus energías de otra manera afloja la cualidad básica de la neurosis, que es la fijación.
2.-Aprovechar el aspecto sano del mecanismo
Es decir, utilizar para el crecimiento la estructura de estos mecanismos ya instaurados y además inevitables. Aspectos sanos: (tradición / introyección) (conocimiento / proyección) (disciplina / retroflexión) (trascendencia / confluencia)
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tradición – introyección
Cualquier proceso de aprendizaje y educación es un proceso introyectivo, y sin el no existiría la cultura. El reconocimiento de la tradición (de lo que nos viene dado), supone una economía de energía. Se trata por tanto de aprovechar lo recibido, nuestros orígenes, nuestras programaciones, hasta la patología familiar heredada, como una forma paradójica y creativa de asimilarlo. Trabajar desde este enfoque supone mas reconocer los propios límites que los recursos.
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conocimiento- proyeccion
La proyección es un buen sistema de conocimiento en una doble dirección : Dice algo de aquel sobre el que se proyecta, y sobre todo dice mucho del proyector si se detiene a reapropiarse de lo que proyecta, se trata pues de valorar las proyecciones como pistas de conocimiento, ir a la búsqueda de lo propio que no sabemos que es propio hasta no encontrarlo fuera. Este camino es una paradoja, como el viaje del héroe mitológico que se pone en camino a la búsqueda de algo y acaba por encontrarse a sí mismo.
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disciplina — retroflexión
Toda disciplina supone un esfuerzo, un cierto castigo, un trabajo que va en contra de al menos, algunas tendencias personales. La estructura retroflexiva es de la misma cualidad que la disciplina, si bien cambia el sentido final: Actúa en contra de uno mismo (la autodestrucción reflectora ). Desarrollar la disciplina es aprovechar la estructura de la retroflexión ya instaurada, añadiéndole una finalidad saludable, lo cual aumenta su autoestima y disuelve las tendencias autodestructivas del retroflector.
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trascendencia– confluencia
la trascendencia es el aspecto sano de la confluencia, es la capacidad de trascender los límites de la persona, desarrollar este aspecto sano de la confluencia, facilita la experiencia de la entrega, del abandono, de la fusión amorosa, de la contemplación de la belleza,…..esta habilidad de trascender es inseparable de la capacidad para individualizarse.
MECANISMOS DE DEFENSA DEL EGO
El Yo lidia con las exigencias de la realidad, del Ello y del Superyo de la mejor manera que puede. Pero cuando la ansiedad llega ser abrumadora, el Yo debe defenderse a sí mismo. Esto lo hace bloqueando inconscientemente los impulsos o distorsionándolos, logrando que sean más aceptables y menos amenazantes.
1.- Aislamiento (intelectualización):
Consiste en separar la emoción de un recuerdo doloroso, se hace inconsciente el afecto que va unido a la idea, así se consigue neutralizar la idea consciente de su propio contenido afectivo (vergüenza, culpa, dolor moral….). Mecanismo característico del trastorno obsesivo compulsivo. Es un mecanismo represivo
2.- Compensación:
Este mecanismo consiste en compensar deficiencias y desajustes, tanto reales como imaginarios, mediante el desarrollo de otras actitudes, conductas o áreas de expresividad exageradamente. Realizar mentalmente y de forma imaginaria lo que uno es incapaz de llevar a cabo en su vida real.
3.- Conversión:
Los conflictos intrapsíquicos que de otro modo originarían ansiedad, son, en su lugar, expresados externamente en forma simbólica. De tal manera que las ideas o impulsos reprimidos y las defensas psicológicas contra ellos, son convertidas en diversos síntomas somáticos que afectan el sistema nervioso (parálisis, dolor, perdida de la función sensorial, etc.).
4.- Desplazamiento:
Es la redirección de un impulso hacia otro blanco que lo sustituya. Pensamientos, ideas, deseos y emociones perturbadores son transferidas de la situación original, sea cosa, persona o norma, a otro sustituto más aceptable ya que son considerados tabúes o prohibitivos para la persona, de esa manera se evita la angustia, se presenta frecuentemente en las fobias. La sublimación es una forma de desplazamiento.
5.- Disociación:
Se disgregan contenidos mentales del conocimiento consciente, con lo que este queda disociado en partes o grupos, es el mecanismo de defensa esencial de la conversión histérica y de los trastornos disociativos.
6.- Formación reactiva (creencia en lo opuesto, Anna Freud):
Cuando una persona adopta actitudes concretas, ideas y afectos opuestos a los que tiene. Un deseo es reprimido y se adoptan actitudes contrarias a este deseo, creando una reacción negativa para evitar la angustia que le supone el deseo. Deseos sexuales reprimidos no aceptados que desarrollan actitudes de odio y de hostilidad hacia el propio deseo sexual reaccionando agresivamente.
7.- Identificación:
Se adoptan patrones de comportamiento individual que imitan a los de otra persona admirada, de tal forma que así la frustración es paliada mediante la imitación de una persona a la que se idealiza. Mecanismo típico de juventud y adolescencia donde se idolatran a personajes de renombre social, cantantes, deportistas….. Esta identificación impide una adecuada madurez de la persona, ya que queda fijada en una época de su desarrollo. Fijación.
Introyección, en mecanismos gestalt
8.- Negación:
La negación es muy frecuente en la personalidad narcisista, consiste en rechazar ideas perturbadoras negándolas en su propia realidad. Es decir, se desconocen factores emocionales de la propia personalidad que resultan intolerables. Así cuando alguien niega la existencia de un deseo está aceptando implícitamente la existencia del mismo, esta defensa es primitiva y peligrosa (nadie puede desatender la realidad durante mucho tiempo). Este mecanismo usualmente opera junto a otras defensas, aunque puede funcionar en exclusiva.
Proyección ( en mecanismos gestalt)
9.- Racionalización:
A traves de la racionalización la persona justifica sentimientos y motivos que de otra forma le resultarían intolerables. Es un autoconvencimiento, a través de explicaciones a uno mismo y al mundo para justificar lo inaceptable de los sentimientos propios, mediante poderosas y convincentes razones. Personas racistas e intolerantes, que para no ser vistas como tal intentan demostrar al mundo que el odio que puedan sentir hacia otras personas está bien fundamentado por razones de peso.
10.-Regresión:
Retorno parcial o simbólico a patrones más infantiles de reacción o de pensamiento. La persona reproduce comportamientos y patrones pasados que en su momento le resultaron satisfactorios regresando a otras épocas anteriores de su desarrollo.Es el desarrollo de conductas infantiles ante conflictos, buscando la protección parental para no afrontar responsablemente la toma de decisiones.
11.- Restitución:
Es un mecanismo que sirve para aliviar ansiedad y culpa, y consiste en que algo que ya está hecho es compensado simbólicamente, es frecuente en los trastornos obsesivo-compulsivos.
12.-Represión:
En la represión rechazamos y mantenemos fuera de conciencia los contenidos inaceptables que nos resultan dolorosos, sean sentimientos, conductas o impulsos.Este material reprimido puede emerger en otra forma, aunque no puede ser voluntariamente evocado. Lo reprimido aparece, aunque distorsionado, en actos fallidos, sueños o fantasías, es decir, lo reprimido en conciencia afecta a los actos de la persona, aunque sea de una manera no consciente. No se olvidan todas las experiencias de vida, sólo se reprimen selectivamente los hechos que provocan angustia o ansiedad.
13.- Sublimación:
Es la transformación de un impulso inaceptable, ya sea sexo, rabia, miedo o cualquier otro, en una forma socialmente aceptable, incluso productiva. Por esta razón, alguien con impulsos hostiles puede desarrollar actividades como cazar, ser carnicero, jugador de rugby o fútbol o convertirse en mercenario. Una persona que sufre de gran ansiedad en un mundo confuso puede volverse un organizado, o una persona de negocios o un científico. Alguien con impulsos sexuales poderosos puede llegar a ser fotógrafo, artista, un novelista y demás. Para Freud, de hecho, toda actividad creativa positiva era una sublimación, sobre todo de la pulsión sexual.
Apuntes de Gestalt: Fritz Perls /Paco Peñarrubia / Celedonio Castaned/ Anna Freud