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Trastornos de la Personalidad

Trastornos De La Personalidad.
Siguiendo el DSM IV.

Son trastornos crónicos y frecuentes, y que se prolongan durante décadas, afecta entre 1 o 2 de cada 10 personas, estas no suelen caer bien, se les acusa de ser irritantes, exigentes o parasitarias. Pueden dar origen a adicciones, trastornos afectivos o de control de los impulsos, de alimentación y problemas de ansiedad y agorafobia.
Son variantes desadaptativas de los rasgos de personalidad que se imbrican imperceptiblemente con la normalidad y entre ellos mismos. Es un patrón permanente e inflexible de experiencia interna y de comportamiento que se aparta acusadamente de las expectativas de la cultura del sujeto, tiene su inicio en la adolescencia o principios de la edad adulta, es estable a lo largo del tiempo y comporta malestar o perjuicio para el sujeto. (DSM IV)
Para considerar un diagnóstico de trastorno de personalidad deben aparecer las siguientes características:
-Que el patrón de experiencia y comportamientos se manifieste en al menos dos de las áreas; cognitiva (formas de percibir y de interpretarse a uno mismo, a los demás y las situaciones), afectiva, (gama, intensidad, labilidad y adecuación de la respuesta), de la actividad interpersonal y del control de los impulsos.
-Que sea un patrón inflexible que se extiende a una amplia gama de situaciones personales y sociales. Así pues los rasgos que definen estos trastornos son estables, y se diferencian de las características que surgen como respuesta a situaciones estresantes específicas o singulares, o a estados mentales transitorios.
-Que provoque malestar clínicamente significativo, o deterioro social, laboral de otras áreas importantes de la actividad. A veces la persona no considera problemáticos sus rasgos característicos, ya que son Egosintónicos (aceptables para el propio yo), y está en el sí mismo el no ser conscientes de las consecuencias de sus actos. Por ello la probabilidad de que pidan ayuda y reconozcan su patrón es mucho menor que en otros trastornos, ya que sus síntomas son capaces de adaptarse al medio ambiente y no experimentar ansiedad en sus conductas. No sufren por los síntomas que los demás consideran como tales, y en consecuencia no tienen interés en mejorar su situación.
-Que sea estable y de larga duración, pudiendo descubrirse su origen en adolescencia o comienzo de la edad adulta. Las características particulares de la personalidad han de estar presentes desde esa época.
-Que no se deba a otro trastorno mental, o a efectos fisiológicos derivados de una sustancia o medicación, ni a enfermedad médica.
En el diagnóstico diferencial el DSM IV nos menciona que criterios específicos de trastornos de personalidad también son típicos de otros trastornos del eje I, y aclara que solo son trastornos de la personalidad cuando se definan en la persona antes de la edad adulta y sean a largo plazo, crónicos y estables, y que no se refieran a un episodio concreto, (un trastorno de ánimo o de ansiedad), ya que en estos casos los síntomas se asemejan a los patrones de funcionamiento a largo plazo.

Grupos De Diagnóstico.

Los trastornos de la personalidad están agrupados por similitudes en el manual de diagnóstico en tres grupos diferenciados, aunque es necesario señalar que no siempre se encuentran en estado puro, ya que en una misma persona puede haber trastornos que pertenezcan a grupos diferenciados:
Grupo A: A estas personas se les suele considerar como raras o excéntricas. Dificultad para mantener relaciones interpersonales y aprender habilidades sociales. Características de introversión y falta de calidez, viven socialmente aislados y tienen pocas necesidades de afiliación, fríos, con falta de sintonía, pueden utilizar sustancias y crearse adicción debido a su dificultad relacional. Son trastornos muy difíciles de modificar. Catell: Introvertidos, mal socializados, desajustados emocionalmente e independientes.
-Trastorno Paranoide.
Patrón de desconfianza y de suspicacia que hace que se interpretan maliciosamente las intenciones de los demás. El paranoico proyecta. Atribuye sus propios sentimientos, que no reconoce, a los demás. Están llenos de prejuicios y son hipervigilantes, son discutidores natos y ven el mal en el hacer del otro. Suspicacia, hipersensibilidad y restricción afectiva.
-Trastorno Esquizoide.
Patrón de desconexión de las relaciones sociales y de restricción de la expresión emocional. Personas que suelen resultar excéntricas, solitarias y asustadizas, que logran la satisfacción en la elaboración de fantasías internas (amigos imaginarios), lo que les lleva a ser en lo relacional sumamente reservados, y es que tienen un gran miedo a su propia intimidad. Escinden el funcionamiento unitario de la personalidad disociando pensamiento de sentimiento, poca relación entre lo que se siente y lo que se hace. La tendencia a retirarse hacia adentro es una disminución del sentido del yo. Es una voluntad sin un yo. Es característica propia la práctica carencia de mecanismos de defensa del, a excepción del retraimiento.
-Trastorno Esquizotipico.
Patrón de malestar intenso en las relaciones personales, distorsiones cognitivas o perceptivas y excentricidades del comportamiento. Puede haber antecedentes de esquizofrenia en los orígenes familiares de estos trastornos. Millon lo diferencia en dos grupos:
-Trastorno Esquizotípico-Esquizoide. Déficit de estimulación en el sistema activador reticular, en el circuito límbico y en los primeros años de vida.
-Trastorno Esquizotípico por evitación. Tensión, desaprobación y rechazo parental, humillación por parte de hermanos o compañeros, parientes aprensivos o con problemas cognitivos, e hipersensibilidad a la estimulación externa.
Grupo B: Personas muy emotivas con inclinación al dramatismo, emotividad y una conducta descontrolada o socialmente inconveniente. Personas inmaduras que pueden ser déspotas o caprichosas y resultan poco fiables por su dificultad para regularse según las conveniencias sociales ya que mantienen conflicto habitualmente con las normas. Para Warner la personalidad histriónica es una incorporación por exceso de lo femenino, y la emotividad, mientras que la antisocial es de la falta de emotividad, y lo masculino. Catell: Extrovertidos, mal socializados, desajustados emocionalmente y dependientes.
-Trastorno Antisocial.
Patrón de desprecio y violación de derechos de los demás. Expresan enérgicamente deseos o conflictos inconscientes a través de la acción para no llevar a conciencia ideas o conflictos que les afecten. Agresiones sin motivo, maltrato, promiscuidad sin placer y actitudes sádicas son conductas de los antisociales, en los que la hostilidad nuca está oculta. Se puede asociar a adicciones y problemas con los impulsos. Para Millon hay bajos umbrales de estimulación del sistema límbico y cita como factores ambientales una hostilidad parental con modelos parentales deficientes y una conducta vengativa aprendida.
-Trastorno Límite.
Patrón de inestabilidad en las relaciones interpersonales, la autoimagen y los afectos, y de una notable impulsividad. Padecen problemas de identidad, tienen dificultad para saber quiénes son y poder dar coherencia a su vida, se muestran dependientes y buscan protección y seguridad. Su característica clínica más significativa es la ansiedad de separación. Tienen una aparente base genética, la depresión suele ser frecuente en los antecedentes familiares de estos trastornos, los que se asocian fácilmente con problemas afectivos.
-Trastorno histriónico.
Patrón de emotividad excesiva y demanda de atención. Buscan eliminar la ansiedad con actitudes adolescentes que les enfrentan a problemas “emocionantes”, y ahí obtener el reconocimiento a su valía y atractivo, el problema base del histriónico es el afecto negado en la infancia por el progenitor opuesto, de quien se queda pegado. No recuerdan con claridad su pasado y mienten y exageran sin darse cuenta para aliviar su ansiedad. Puede existir una sólida relación entre el histriónico y los problemas de somatización, pudiendo existir un solapamiento de síntomas.
-Narcisismo.
Patrón de grandiosidad, necesidad de admiración y falta de empatía. El narcisista se convierte él mismo en su propio mundo y a su vez cree que el mundo entero es él. En los narcisistas encontramos ambición, fantasía, (delirio) de grandeza, y sentimientos de inferioridad, son características propias, inseguridad e insatisfacción crónica, la explotación de los demás y la crueldad hacia otras personas. El narcisista queda atrapado en su imagen, entre la imagen de quien imagina que es y la imagen de quien es en realidad, se identifica con la imagen idealizada de sí mismo, quedando perdida la imagen del yo que le resulta inaceptable, no quiere ver su verdadero yo.
Grupo C: Personas con rasgos de ansiedad y de temor que acaba por dominar su biografía. Muy sensibles a las señales de castigo, las que desorganizan su conducta y a las que responden con fuerte emocionalidad, tienen dificultad en adquirir estrategias de afrontamiento para poder ser autónomos. Temen a todo, la escuela, hacer el ridículo, a sus semejantes, tienen en definitiva miedo a cualquier novedad, con lo que dudan y no se exponen. Al no haber adquirida estrategias adecuadas de afrontamiento sus conductas están desorganizadas y mal dirigidas y presentan momentos de inhibición, comportamientos que les van añadiendo cada vez más conflictos en las relaciones interpersonales y les hacen ser cada vez mas hipersensibles, con lo que se defienden, racionalizan y proyectan. Catell: Introvertidos, mal socializados, desajustados emocionalmente y dependientes.
-Obsesivo-Compulsivo.
Patrón de preocupación por el orden, el perfeccionismo y el control. Personas controladas y metódicas, precisos en sus recuerdos aunque sin tonalidad afectiva en los mismos, muy contenidos, formales y obstinados, de tal forma que su conducta de control puede provocar irritación o ansiedad en el ambiente. Son puntuales y eficaces y sus explicaciones son precisas y racionales.
-Trastorno de dependencia.
Patrón de comportamiento sumiso y pegajoso relacionado con una excesiva necesidad de ser cuidado. En la dependencia hay un factor de predisposición a enfermedades crónicas y un posible trastorno por angustia de separación. Millon nos avisa de una posible tendencia al agotamiento físico por insuficiencia tiroidea crónica, y como factores ambientales cita la sobreprotección parental, la deficiencia en competir y el seguimiento en roles sociales (sumisión).
-Trastorno por Evitación.
Patrón de inhibición social, sentimientos de incompetencia e hipersensibilidad a la evaluación negativa. Suelen manifestar sintomatología ansiosa. Para Millon el rasgo esencial de la personalidad de evitación es la hipersensibilidad a un posible rechazo, a la humillación o a la culpa. Una resistencia a entablar relaciones por miedo a la crítica. Distanciamiento social, a pesar del deseo de afecto y aceptación, y baja autoestima. “Sienten profundamente su soledad y aislamiento, padecen dolor por su sentimiento de desubicación y tienen un fuerte deseo de ser aceptados, aunque a menudo lo reprimen. A pesar de su anhelo de relación y participación en la vida social, tienen miedo de dejar su bienestar en manos de otros.”
Bibliografía Consultada:

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Trastornos De La Personalidad.
Melchor Alzueta.