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Pensamiento reflexivo. Razonamiento inductivo

PENSAMIENTO REFLEXIVO –COTIDIANO,
RAZONAMIENTO- INDUCTIVO.

Conjunto de actividades mentales u operaciones intelectuales, como razonar, hacer abstracciones, generalizar, etc. Cuyas finalidades son resolver problemas, tomar decisiones y representarse la realidad externa.
La naturaleza del problema determina la finalidad del pensamiento, y la finalidad controla el proceso de pensar. Las personas no piensan en general, las ideas no surgen de la nada.

Facultad / Capacidad: Proceso.
Producto o Efecto: Creencias.

Los poderes invisibles que siempre han gobernado a los hombres y a los que todos, de manera universal, están sometidos, son las ideas y las imágenes que tienen en la mente (Locke).
Gestalt.
Pensamiento Productivo:
El que se produce en el momento que se crea una solución, (insight, comprensión súbita).
Pensamiento Reproductivo:
Cuando aplicamos mecánicamente una solución ya conocida, ensayo y error, evitación / adaptación.
La capacidad para organizar el pensamiento consiste en el hábito de revisar los hechos y las ideas previas y relacionarlas entre sí sobre una nueva base, una nueva conclusión a la que se ha llegado. Los procesos reales de pensamiento varían enormemente, pueden alargarse y complicarse, o a la inversa pueden ser rápidos y fáciles, no se pueden establecer reglas fijas. El pensamiento tiene su arranque en una bifurcación de caminos, es un recurso psicológico para el afrontamiento y la solución de problemas, tiene un propósito, la cadena debe conducir a algún sitio, ha de tener conclusión, una meta que conseguir, y esta meta impone una tarea que controla la secuencia de ideas.
Nuestro pensamiento se inscribe entre lo que ya sabemos, nuestra memoria y lo que percibimos. Somos nosotros los que damos significado a las cosas, inferimos más allá de lo dado, de lo conocido a lo desconocido, el mejor pensamiento tiene lugar cuando lo fácil y lo difícil están proporcionados, es una conducta vuelta sobre sí misma. La inferencia es un proceso de llegar a una idea de lo que está ausente sobre la base de lo que está a mano, tiene lugar a través de la sugerencia que surge de todo cuando se ve y se recuerda. Cuando la sugerencia irrumpe en la mente, tiene unas sus características concretas que dependen de la experiencia en curso, y esta a su vez, de la cultura del momento por un lado, y de las preferencias, los deseos, los intereses y el estado emotivo inmediato de la persona por otro. Implica un salto en el proceso.

Recursos innatos en la formación del pensamiento.

Curiosidad
El más sabio de los griegos dijo que el asombro era el padre de la ciencia y de la filosofía, el asombro no es lo mismo que la curiosidad, sin embargo se confunde con ella cuando la curiosidad alcanza el plano intelectual. Todo ser vivo mientras está despierto permanece en constante interacción con su medio. Está inmerso en un proceso de intercambio, actúa sobre los objetos que le rodean y s la vez recibe algo de ellos: impresiones, estímulos. Este proceso de interacción constituye el marco referencial de la experiencia. No hay una única facultad llamada curiosidad, todo órgano sensorial y toda actividad motriz normal está siempre en actitud de alerta, anhelan una oportunidad para entrar en acción, y necesitan algún objeto sobre el cual actuar, la suma de todas estas tendencias constituye la curiosidad. Es el factor básico en la asimilación de la experiencia y germen del pensamiento reflexivo.
Tres niveles de curiosidad:
1.- En sus primeras manifestaciones la curiosidad dista mucho del pensamiento, es una expresión de energía y vitalidad. El niño manosea y golpea los objetos, los manipula y arroja, los experimenta hasta que dejan de producir nuevas cualidades, son actividades que aunque no las queramos considerar como intelectuales si no estuvieran la actividad intelectual sería débil e intermitente debido a la falta de material apara sus operaciones.
2.- Los estímulos sociales dan lugar a una etapa superior de curiosidad, el porqué del niño no es una demanda de explicación científica, el motivo que se encuentra en sus preguntas es el anhelo de un mayor conocimiento del misterioso mundo en que le toca vivir, no busaca una ley o un principio sino otro hecho más importante, en el hecho de que los sentidos no agotan la historia, de que hay algo más detrás de ellos radica el germen de la curiosidad intelectual.
3.-La curiosidad se eleva por encima del nivel social y orgánico y se convierte en intelectual en la medida en que se va transformando gracias al descubrimiento de respuestas a preguntas que surgen del contacto directo con personas y cosas. Es un continuo de preguntas que conllevan una cadena de pensamiento. En la medida en que un fin determinado controle una secuencia de indagaciones y observaciones y las conecte entre sí como medios para un fin la curiosidad adquirirá un carácter definitivamente intelectual.
Este don del espíritu que se pierde con facilidad es la base por la cual encauzar la educación. Puede ser sofocada por el dogmatismo, la indiferencia o la rutina, desaparece si se tiene la sensación de que no hay nada por descubrir, de que todo está establecido. Algunos la pierden en la indiferencia y el descuido, otros en la superficialidad, otros en un dogmatismo rígido. Hay quienes se enquistan en la rutina y otros cuidan exclusivamente de su provecho personal.
Sugerencias. (Gestalt: figuras)
Todo lo que se experimenta nos viene acompañado de algún otro objeto, cualidad o acontecimiento, un objeto ocupa el centro y es el más claro, pero gradualmente se transforma en otras cosas, la experiencia no es una sensación simple, sino compleja, pues incluye una gran cantidad de cualidades relacionadas, la parte de la experiencia presente, se asemeja a la anterior y nos recordará o sugerirá alguna cosa o cualidad con ella relacionada, presente en la experiencia precedente y que guarde relación con ella.
Son ideas de carácter espontáneo, de manera continua e irrefrenable se nos ocurren cosas, es “el factor capital del pensamiento”. Algo percibido sugiere algo no percibido, una cosa significa o indica otra. El hecho de tener ideas no es algo que nosotros hacemos como algo que nos sucede, cuando las sugerencias tienen lugar en nosotros se presentan en calidad de funciones de la experiencia pasada y no de nuestra voluntad o intención presentes. Solo cuando una persona trata de controlar las condiciones que determina la aparición de una sugerencia, y sólo cuando acepta la responsabilidad de utilizar la sugerencia para examinar que se desprende de ella, tiene significado la introducción del yo como agente y fuente de pensamiento.
El caminante siente el frío, primero piensa en las nubes, (considera que el fio puede significar lluvia), luego las mira y percibe, y más tarde piensa en algo que no ve: la tormenta, esta posibilidad sugerida es la idea, el pensamiento. Hay una conexión entre el objeto percibido y el objeto sugerido, la cosa percibida (el frío), es fundamento en la base de la idea (la tormenta), ya que la percepción así lo sugiere. Todo intento de decidir la cuestión a través del pensamiento implicará la averiguación de otros hechos, ya acudan a la mente a través de la memoria, ya mediante la observación, ya a partir de ambas cosas. Las conclusiones de una sugerencia pueden aceptarse lisa y llanamente porque las sugerencias son lúcidas e interesantes, mientras que una gran acumulación de datos dignos de confianza pueden no sugerir una conclusión adecuada debido a la
oposición de ciertas costumbres preexistentes.
Dimensiones de las sugerencias: Facilidad o rapidez. Alcance o variedad. Profundidad y lentitud. El pensamiento es específico en tanto que distintas cosas sugieren sus propios significados, cuentan sus historias concretas y lo hacen de modos muy diferentes según las distintas personas. El pensamiento es la capacidad para comprender y relacionar entre sí las sugerencias específicas que las cosas plantean, en consecuencia, cualquier tema es intelectual, no en su estructura interna, sino en su función, en su poder para comenzar una indagación y una reflexión significativa.
Para convertir las sugerencias en pensamiento reflexivo, para infundirles la propiedad del orden u la continuidad, es necesaria una asociación de ideas, una cadena de sugerencias en una secuencia ordenada, que conduzca a una conclusión que contiene la fuerza intelectual de las ideas precedentes. El adiestramiento o formación consiste en el desarrollo de la curiosidad, la sugerencia y los hábitos de exploración y comprobación, que aumenta la sensibilidad a los interrogantes y el amor a la investigación de lo desconcertante y desconocido, mejora la idoneidad de las sugerencias que se presentan en la mente, controla sus sucesión en orden acumulativo, y realza el sentido de la fuerza, la capacidad de prueba de todo hecho observado y toda sugerencia recogida.
Las creencias.
Significado que se da al pensamiento es el de creencia, que es una afirmación acerca de alguna cosa. La creencia se refiere a algo que le trasciende y que al mismo tiempo certifica su valor, la creencia realiza una afirmación acerca de una cuestión de hecho de un principio o de una ley. Una situación, o una ley, se aceptan o se rechaza, cuenta, o no, con nuestro conocimiento, abarca todas las cuestiones de las que uno dispone de un conocimiento seguro, pero en las que confiamos lo suficiente para actuar de acuerdo.
No hay nada en el pensamiento que pueda revelar si la creencia está bien fundada o no, se trata de una idea heredada de otros y que se acepta porque es una idea común. Tales pensamientos se dan inconscientemente. Son simplemente acogidos no sabemos cómo. De oscuras fuentes y por canales desconocidos se insinúan en la mente, y de manera inconsciente, se convierten en parte de nuestra estructura mental. Estos pensamientos son prejuicios, ideas preconcebidas, no conclusiones a las que se haya llegado como resultado de una actividad mental personal, como la observación, el recuerdo y el examen de la evidencia, aunque sean correctos, son causales en lo que concierne a la persona que los sostiene. Lo que constituye el pensamiento reflexivo es el examen activo, persistente y cuidadoso de toda creencia o supuesta forma de conocimiento a la luz de los fundamentos que la sostiene y las conclusiones a las que tiende.
La creencia es parte de nuestro conocimiento que hemos aceptado y que seguimos considerando como “principios”. Es muy común que los niños admitan en su mente ciertas proposiciones, de sus padres, de sus educadores o de las personas que los rodean, proposiciones que una vez inculcadas en sus desprevenidos e inocentes entendimientos, y allí, poco a poco, fuertemente impresas, acaban por fijarse (con independencia de que sean verdaderas o falsas) de una manera tan firme, gracias al hábito y a la educación, que no es ya posible desarraigarlas. Porque llegados a hombres, cuando reflexionan sobre sus opiniones, advirtiendo que las de esa clase son tan antiguas en sus mentes como su memoria misma, por no haber observado cuando fueron insinuadas por primera vez, ni los medios por los que se adquirieron, es fácil que se inclinen a reverenciarlas como algo sagrado, sin permitir que sean profanadas, manipuladas o puestas en duda. La consideran
como modelos o árbitros soberanos e infalibles de la verdad o de la falsedad, y como jueces supremos ante quienes se debe apelar en toda controversia. (Locke1980).
Las actitudes.
Debido a la importancia de las actitudes, la capacidad para educar el pensamiento no se consigue solamente mediante el conocimiento de las mejores formas de pensamiento. Tendemos a considerar verdad aquello que nos gustaría que lo fuese y difícilmente aceptamos las ideas contrarias a nuestras esperanzas y deseos, debido a nuestras actitudes personales vamos directamente a las conclusiones generalizando, cuando así lo hacemos vamos a concluir en base a afirmaciones omnicomprensivas, y de uno o pocos hechos realizamos una generalización que cubre un campo muy amplio.
De otro lado el deseo de estar en armonía con los demás, que es un deseable rasgo de carácter, puede llevar, con excesiva facilidad, a una persona a incurrir en los mismos prejuicios que los demás y en consecuencia debilitar su independencia de criterio. Actitudes personales que constituyen en sí rasgos de carácter y que son favorables para el pensamiento son:
1.- Mentalidad abierta.
Carencia de prejuicios, de partidismo y de cualquier hábito que limite la mente y le impida considerar nuevos problemas y asumir nuevas ideas. La pereza mental es uno de los principales factores en el retraimiento de la mente ante nuevas ideas, la modificación de las viejas creencias requiere un arduo trabajo. La arrogancia considera un signo de debilidad el hecho de admitir que una creencia con la que nos hemos comprometido es una creencia errónea, nos lanzamos en su defensa ante cualquier cosa que no coincida con ella. Los temores inconscientes nos impelen a adoptar actitudes puramente defensivas que actúan de barrera no solo para evitar el acceso de nuevas concepciones, sino también para impedirnos toda nueva observación. La mejor manera de combatir todas estas actitudes es cultivar la curiosidad constante y el espontáneo esfuerzo de comprensión de todo lo nuevo, esto constituye la mentalidad abierta.
2.- Entusiasmo o absorción de interés.
Actitud y rasgo de carácter reconocido en todas las cuestiones de índole moral o práctica que es igualmente importante en el desarrollo intelectual. No hay mayor enemigo del pensamiento eficaz que el interés dividido, cuando una persona está absorta en el tema, este le arrastra, surgen sugerencias y preguntas espontáneamente, el material atrae y estimula la mente. El auténtico entusiasmo es una actitud que opera como una fuerza intelectual.
3.- Responsabilidad.
La responsabilidad se concibe generalmente como un rasgo moral, no como un recurso intelectual, ser intelectualmente responsable quiere decir considerar las consecuencias de un paso proyectado, significa tener la voluntad de adoptar esas consecuencias cuando se desprendan razonablemente de cualquier posición asumida previamente. La responsabilidad intelectual asegura la integridad, esto es, la coherencia y la armonía en las creencias. No podemos aferrarnos a creencias cuyas consecuencias lógicas no queremos reconocer, esto produce confusión mental. La capacidad para poder llevar una cosa hasta su fin o conclusión depende de la existencia de la actitud de responsabilidad intelectual.

Pensamiento real / Pensamiento formal.

El pensamiento real difiere de la forma lógica:
1.-El tema de la lógica formal es estrictamente impersonal, tan impersonal como las fórmulas de álgebra, las formas son independientes de la actitud que adopte el pensador, de su deseo e intención. El pensamiento real de una persona depende de sus hábitos que pueden ser de cuidado, rigor, etc., o bien perezosas, con poca observación, etc.
2.- Las formas lógicas son estructuras inamovibles, indiferentes a la materia de que se las rellene, son ajenas al cambio. El pensamiento real es un proceso, está en cambio continuo en tanto que hay una persona que piense, tomando siempre en cuenta el contenido.
3.- Debido a que las formas son uniformes no prestan atención al contexto, el pensamiento real siempre hace referencia al contexto.
El pensamiento se puede contemplar como producto y proceso, forma lógica y proceso real o psicológico, las formas son constantes, el pensar lleva tiempo, el tratamiento formal es el producto y las exploraciones y reconocimientos corresponden al proceso real o psicológico.
Las formas lógicas no nos dicen cómo pensamos, ni siquiera cómo deberíamos pensar, son formas que no se aplican para llegar a conclusiones, tampoco para acceder a creencias o conocimientos, nos sirven para presentar de la mejor manera posible la prueba de lo que ya se ha concluido, a fin de convencer, a los demás o así mismo, de la solidez del resultado. Las formas lógicas no pueden en consecuencia, prescribir el modo en que deberíamos llegar a una conclusión cuando nos hallamos todavía en una situación de duda e investigación.
No llegamos a la conclusión de un único salto, en cada etapa vale la pena volver a trazar el proceso que se ha seguido y reconocer para sí mismo en que manera ha incorporado a la conclusión el material que en el pasado había sido objeto de pensamiento, así, las premisas y las conclusiones se formulan al mismo tiempo en relación recíproca, y las formas corresponden a tales formulaciones. El pensamiento real tiene su propia lógica, es ordenado, racional y reflexivo.
La distinción entre proceso y producto no es inamovible y absoluta, no es que el resultado final sea lógico y el proceso, que implica deseo y propósito no lo sea, distinguimos entre forma lógica aplicada al producto, y método lógico correspondiente al proceso, en resumen, aplicado al proceso de pensar, el término lógico significa que el curso del pensamiento se conduce reflexivamente, en el sentido de que la reflexión se ha distinguido de otro tipo de pensamiento, ha existido una comparación y equilibrio de evidencia y sugerencias y de que no se limita a observar su valor superficial, sino que lo pone a prueba para determinar si es lo que parece ser, en el sentido de que una actividad auténticamente reflexiva termina por declara cual es el resultado.
El pensamiento psicológico es el proceso real, es fáctico, puede ser azaroso, desordenado o fantasioso, pero si nunca fuera otra cosa no tendría ninguna utilidad, si el pensamiento no tuviera nada que ver con las condiciones reales, y si estas no pasaran a los fines que hay que alcanzar, jamás inventaríamos nada, ni resolveríamos problemas o dificultades, tanto los elementos intrínsecos como la presión de las circunstancias introducen en el pensamiento cualidades auténticamente lógicas o reflexivas. Las necesidades prácticas de conexión con las condiciones reales existentes, naturales y sociales, invocan y dirigen el pensamiento.
Lo psicológico y lo lógico, lejos de oponerse, o de ser independientes, mantienen entre sí la relación de etapa inicial y terminal, o conclusiva del mismo proceso, la única manera en que una persona puede lograr habilidad para realizar definiciones precisas, clasificaciones y generalizaciones comprensivas es la de pensar alerta y cuidadosamente en su propio nivel presente (aquí y ahora). Lógico significa que lo que se demuestra proviene de términos con significados claros y definidos, en definitiva convincentes, inmersos en un proceso de pensamiento, se trata en definitiva de un significado reflexivo que significa regulación de los procesos naturales y espontáneos de observación, sugerencia y comprensión, esto es, el pensamiento como arte.
La auténtica libertad es intelectual. Descansa en la capacidad adiestrada del pensamiento, en la habilidad para “poner las cosas patas arriba”, para comprobar si se tiene mano el volumen y calidad de videncias para tomar una decisión, y en caso negativo, saber cómo y dónde buscarlas.

Pensamiento Reflexivo.

Examen activo, persistente y cuidadoso de toda creencia o forma de conocimiento a la luz de los fundamentos que la sostienen y las conclusiones a las que tiende. La reflexión incluye la observación, esta se realiza mediante el uso directo de los sentidos, o bien a través del recuerdo de observaciones previas, propias y ajenas, algunas de las observaciones son obstáculos, otras ayudas, recursos, ya sea que las condiciones lleguen por percepción directa, o bien a través de la memoria, todas ellas conforman “los hechos del caso”, son las cosas que están en el presente, y con las que hay que contar.
Junto con las observaciones surgen las sugerencias de posibles modos de acción, esta continua interacción entre, por un lado, los hechos desvelados por la observación, y por otro, las propuestas de solución y los métodos de tratamiento continua hasta que una solución sugerida satisface todas las condiciones del caso y no entra ya en conflicto con ningún aspecto del mismo aun por descubrir, es decir, se cierra la figura. El término técnico que designa los hechos observados es “datos”, estos constituyen el material que hay que interpretar y explicar, siendo las soluciones sugeridas para la observación “las ideas”. Datos (hechos), e ideas (sugerencias), constituyen los dos factores indispensables y correlativos de toda actividad reflexiva. Factores producidos por la observación (percepciones y recuerdos) y por la inferencia la cual se relaciona más con lo posible que con lo real.
Lo inferido exige una doble comprobación, la comprobación de la idea o solución mediante la inter-referencia con las condiciones observables en el presente, y en segundo lugar, una vez formada, la idea es comprobada mediante la puesta en práctica, real si es posible, o imaginada. Las consecuencias de esta acción confirman, modifican o refutan la idea. Siempre habrá dos aspectos de la cuestión, las condiciones con las que hay que tratar, y las ideas como planes para tratar con las condiciones, y explicar los fenómenos.
El desarrollo del pensamiento reflexivo es el objeto fundamental de la educación. Escruta y experimenta como forma de relación con el mundo, disfruta del equilibrio entre habilidades y dificultades, es pensamiento de un ser social que no está al margen de los demás.
*Posibilita la acción como objetivo consciente.
*Hace posible el trabajo sistemático y la invención.
*Carga y enriquece las cosas con significados
El pensamiento reflexivo es el uso consciente de las formas comunes de pensamiento, el aprovechamiento de los modos en que establecemos relaciones entre nuestros acontecimientos mentales, es el no desechar los estados de dificultad mental (dudas, indecisiones, vacilaciones, perplejidad, desconcierto), es una experiencia de dominio, satisfacción y goce, es afrontar la dificultad mental en lugar de huir.
Por tanto es un proceso, una cadena donde cada término deja un residuo que es aprovechado en el término siguiente, hay unidades definidas ligadas entre sí, de modo que en el proceso se acaba produciendo un movimiento sostenido dirigido hacia un fin común. La reflexión no implica tan solo una secuencia de ideas, sino una consecuencia, una ordenación consecuencial donde cada una de ellas determina la siguiente como su resultado, mientras que cada resultado apunta, y remite, a las que la precedieron. La función de la reflexión consiste en producir una nueva situación en la cual la dificultad encuentra solución, la confusión se disipa, la preocupación se suaviza y la pregunta es respondida.
Todo proceso particular de pensamiento llega naturalmente a su fin cuando la situación (figura) que surge y ante la que se encuentra la mente se estabiliza, se decide, ordena y aclara, pues entonces ya no hay nada que estimule la reflexión, hasta que vuelva a presentarse otra situación dudosa o inquietante (estímulo intelectual)

Proceso del pensamiento reflexivo:

1.- Aparición de sugerencias.
El factor capital del pensamiento, por muy difícil que sea una situación algo se nos ocurre, algo espontáneamente nos viene a la mente, irrumpe y nos invade. Algo creemos reconocer, o nos sugiere otra cosa. Si solo se nos ocurre una cosa la adoptamos y actuamos conforme a ella, pero si hay más de una reflexión debe proseguir. Una cierta inhibición de la acción directa (acción-reacción), es esencial para el pensamiento, ya que este por así decirlo es una conducta vuelta sobre sí mismo que examina su dificultad, recursos y finalidad.
2.- Intelectualización de la dificultad.
Tratar de definir la situación y lo que nos ha ocurrido, volver a observar lo que tenemos delante para ver aspectos distintos a los inicialmente observados, intentar definir un recuerdo, ordenar sensaciones, eliminar prejuicios, formular preguntas, intelectualizar la dificultad es tratar de comprender, con todas las operaciones que puedan ayudarnos.
o hay en el comienzo una situación y un problema, sino mucho menos que un problema y ninguna situación en absoluto, la situación se da donde la dificultad la impregna en su totalidad. La dificultad se localiza y se define se va convirtiendo en algo intelectual, siempre que se produzca una actividad reflexiva hay un proceso de intelectualización de lo que en comienzo no es más que una cualidad emocional de la situación completa. Sabemos exactamente cuál es el problema cuando encontramos una salida al mismo y logramos resolverlo.
3.- Elaboración de hipótesis. La idea conductora.
La sugerencia aparece, se nos ocurre, no hay nada intelectual en torno a esta ocurrencia, la idea simplemente viene o no viene, el elemento intelectual consiste en qué hacemos con ella, cómo la utilizamos después de haberse presentado como idea. En la medida en que definimos una idea, motiva nuestra curiosidad y la observamos, tenemos una mejor idea de la clase de solución que necesita, y podemos intentar controlar el proceso posterior en su intelectualización, guiando la observación conductora con el fin de que la sugerencia se convierta en una suposición definida, en una hipótesis.
Somos conscientes de la relación entre la idea, ahora convertida en hipótesis y lo que buscamos, o podemos esperar, hemos convertido un contenido mental en una suposición definida. Tratamos la sugerencia como una idea conductora, una hipótesis operativa, mediante la cual realizamos más observaciones, y recogemos más datos con el fin de ver lo idóneo de la hipótesis.
-Pensar qué significa es INTERPRETAR.
-Pensar qué puede ser es HIPOTETIZAR.
-Pensar que debe ser es INFERIR.
-Pensar qué es, es DEDUCIR.
4.- Razonamiento.
Ya estamos en condiciones de definir creencias, ya hay “un yo” que está pensando, que realiza operaciones de inferencia, así razonar es relacionar ideas y extraer consecuencias, es “una secuencia de actividades simbólicas o internas que levan a ideas o conclusiones nuevas o productivas”, el razonamiento es un aspecto del pensamiento, pudiendo una reflexión comportar una múltiple cadena de inferencias. Razonar ayuda a ampliar el conocimiento y al mismo tiempo depende de lo ya conocido. Las observaciones corresponden a los hechos, y estos regulan la formación de sugerencias, ideas, hipótesis, al mismo tiempo que verifican su valor.
Las ideas tienen lugar en nuestra mente y son capaces de un gran desarrollo, en los casos complejos hay largas cadenas de razonamientos en las que una idea lleva con otra que mediante verificación se sabe que tiene relación, la cantidad de eslabones que saca a la luz el razonamiento depende de los conocimientos de que se dispone, tanto de la experiencia anterior como de la propia educación, como del estado cultural y científico de la época y del lugar donde ocurre.
5.- Comprobación de Hipótesis.
Al asegurar y comprobar la hipótesis estamos intentado convertir la misma en algo más sólido como una creencia, a veces logramos la comprobación mediante la observación directa, en otras mediante la acción, haciendo un experimento no sólo imaginado sino real, y a veces mediante la imaginación cuando la comprobación de la acción sólo puede hacerse si nos lo imaginamos.
No siempre se extrae un razonamiento terminado (no siempre cerramos la gestalt), a veces esta queda abierta, no toda comprobación abierta necesita ser final, sino que muy bien puede ser la introductora de nuevas sugerencias de acuerdo con lo que suceda como consecuencia de ella. Consecuentemente, uno de los grandes valores del pensamiento reside en que remite la decisión a la acción irreversible, la cual una vez ejecutada no puede revertirse.

Razonamiento.

El razonamiento es un proceso que nos permite extraer conclusiones a partir de premisas o acontecimientos previamente dados, es obtener algo nuevo de algo ya conocido. Esta INFERENCIA (proceso de extracción de conclusiones, se divide en INDUCTIVO Y DEDUCTIVO.
El deductivo supone que la conclusión se extrae de las premisas por estar incluido en ellas, independientemente de que se explicite, en consecuencia la veracidad de las conclusiones depende de la verdad de las premisas, corresponde a problemas cerrados, ya que dan toda la información relevante
y poseen estructura lógica.
El razonamiento inductivo es un proceso de generalización, por el cual obtenemos una regla a partir de un determinado número de situaciones concretas que la hacen verdadera, el no cumplimiento de la regla le hacer
ser falso (parcial o totalmente). Corresponde a problemas generativos porque exige producir o generar por sí mismo información para hallar la solución.

Razonamiento Inductivo.

Es una forma de razonar singular, porque sus conclusiones hacen siempre referencia a la realidad, y es problemático porque esas conclusiones son provisionales. Una generalización inductiva es, con frecuencia, la base de muchas de nuestras conclusiones deductivas. Las inferencias inductivas están formadas por proposiciones empíricas que tratan sobre acontecimiento futuros o pasados, aventuramos lo que puede suceder, o ha sucedido. Esta extrapolación desde unas observaciones hacia otras, futuras o pasadas, es la base de la mayoría de nuestras creencias o conocimientos, por ello, la inducción es la base de nuestro conocimiento.
El talón de Aquiles es que toda conclusión inductiva se basa en que, lo que acontecerá será similar a lo que ha acontecido. “Lo que todavía no es, será como lo que ya fue”. Este condicional, si el futuro es similar al pasado, es el que impide a la inducción poseer la capacidad de demostración que tiene la deducción.
La deducción establece verdades necesarias, la inducción sin embargo, establece verdades probables, y esto es su debilidad pero también su fuerza, ya que una conclusión de la misma forma que puede debilitarse con hechos venideros, puede también fortalecerse con otros, esta es la diferencia, un argumento deductivo no cambia su validez cuando se añaden más proposiciones, ya que las verdades lógicas una vez establecidas son inmutables. La diferencia fundamental entre ambos modos de razonar es que la inductiva se mueve en el mundo de las verdades probables y la deductiva en las verdades necesarias.
Una verdad inductiva no es una verdad necesaria, el conocimiento se apoya en ambas, deductiva e inductiva, sin esta no podríamos acrecentar nuestro saber. La provisionalidad de una conclusión inductiva es otra de sus características importantes, otra es la extrapolación o generalización de un conjunto de observaciones a otras, y también a pasado o a futuro, las generalizaciones a las que llegamos son una base muy importante de nuestras creencias y base de nuestro conocimiento, son una necesidad. El argumento deductivo se mueve en el terreno de la certeza, y el inductivo en el terreno de la inseguridad, todo argumento cuya conclusión afirme algo como, probablemente tal cosa, nunca será deductivo.

Formas De Razonamiento Inductivo.

Generalización inductiva.
Basados en observaciones propias o ajenas, de fenómenos o sucesos, podemos identificar constantes que nos permitirán realizar pronósticos de muy diversa índole, esto se encuentra en la base de buena parte de nuestro conocimiento. Han sido muchas las veces que hemos visto una situación con una conclusión consecuente, en consecuencia establecemos una generalización inductiva. El pronóstico se apoya en una extrapolación a futuro inferida del pasado, las generalizaciones inductivas están presentes en las demás formas de argumentación inductiva. Se señal un rasgo y se extrapola a otro conjunto o situación, lo que pronosticamos depende de la semejanza que veamos entre pasado y futuro.
Dado que lo que se hace es generalizar de un número determinado de observaciones hacia otro, es fundamental que lo que se afirme en las premisas tenga ciertas propiedades para que la conclusión sea sólida, debe haber una representatividad suficiente de la referencia para que la generalización inductiva sea fiable y válida. Estructura de las generalizaciones inductivas: Primero necesitamos desvelar la estructura del argumento para después representarla y pasar a valorarla. La representación hace que los elementos de un argumento y sus relaciones resulten más claros y precisos, facilitando el análisis para hacer una evaluación correcta.
Razonamiento Causal.
Gracias a esta inducción nos explicamos la realidad, es la forma de responder a nuestros porqués. Las preguntas siempre necesitan de una argumentación causal en mayor o menor medida. El razonamiento causal normalmente descansa en una generalización inductiva que no se explicita, pueden existir distintas causa, lo que necesitamos es descartar las causas posibles que no ocasionan el problema para saber cuáles son las causas suficientes y necesarias. Es decir, observar lo que sucede cuando está presente o ausente cada candidato causal para poder descartar los demás.
El razonamiento causal se apoya en una observación y en una generalización, en consecuencia hay antecedente y consecuente en una proposición condicional, es decir, es una proposición suficiente y necesaria. Las proposiciones condicionales establecen que son condiciones necesarias y suficientes, el antecedente no garantiza que sea condición suficiente si va contra el sentido o el conocimiento, pero ayuda sino contradice la realidad. La presencia-presencia de dos sucesos determina la condición suficiente y la ausencia-ausencia la condición necesaria, el valor de ausencia no da lugar a confusión pero el de presencia sí. Si la ocurrencia de alguna cosa es en cierto grado causa de la otra, no podemos probar que aquella es condición suficiente o necesaria, sólo podemos probar que aquella es condición suficiente o necesaria, sólo podemos establecer relaciones entre ellas.
Reglas Del Razonamiento Causal:
1.-Es imposible que un suceso sea condición necesaria sino ocurre cuando el efecto se da.
2.-Si el candidato está presente y el efecto no se produce se elimina el candidato.
3.-Un candidato es causa suficiente de un efecto, cuando no haya ningún caso en que la causa esté presente, cuando el efecto no se da.
Condiciones suficientes:
1.- Que no haya ningún caso donde el candidato esté presente y el efecto ausente
2.-Que haya al menos un caso donde el candidato esté presente
3.-Que se haya probado al menos un caso donde el efecto está ausente.
Condiciones necesarias:
1.- Que no haya ningún caso donde el candidato esté ausente y el efecto presente.
2.- Que haya al menos un caso donde es candidato esté ausente
3.- Que haya al menos un caso donde el efecto esté presente.
Tres condiciones fundamentales:
-La causa y el efecto deben estar relacionados de algún modo.
-La causa debe ocurrir antes que el efecto.
-Un suceso es condición necesaria o suficiente de otro.
La afirmación de que una cosa, causa otra debe ser consistente en nuestro conocimiento. Con frecuencia lo que tenemos son varios candidatos que pueden influir para que el efecto tenga lugar de diversos modos. Si un suceso es condición suficiente para otro, su ausencia será condición necesaria, y viceversa.

Razonamiento Analógico.

Empleamos la analogía con el fin de facilitar la comprensión, lo que hacemos es comparar dos cosas, en la comparación el análogo es lo obvio, lo fácil de comprender, y el tema lo fundamental, lo difícil de entender. La comparación logra sus fines si ambos son similares de manera relevante, si poseen semejanzas esenciales comunes y ninguna diferencia primordial.
En la analogía inferimos la conclusión del tema en virtud de la comparación que establecemos entre este y el análogo, en función de rasgos comunes, ya que si uno (el análogo) pertenece a una categoría también hará que el otro (el tema) pertenezca a ella, es una indicación de las semejanzas relevantes.
Todas las clases de argumentos analógicos siguen un mismo esquema, un análogo y un tema que se comparan para valorar la solidez del tema. Al enumerar las razones de los esquemas estamos indicando que todas ellas apoyan la conclusión principal, que es el tema. La similitud entre argumento y tema es fundamental en este argumento. Cuando hay semejanzas relevantes es cuando podemos comprobarlo, si estas son suficientes la conclusión del argumento será sólida sino no lo será.
La consistencia es un concepto esencial en los argumentos analógicos evaluativos, en los que el objetico es establecer la solidez de la conclusión. Cuando la conclusión es un pronóstico o una predicción estamos en analogías inductivas, aquí la evaluación se apoya exclusivamente en el grado de semejanza. El razonamiento analógico es difícil de identificar.
Analogías a priori- Consistencia:
Razonamiento caso a caso, este razonamiento lo usamos para clasificar, es el mecanismo fundamental de la categorización. La refutación es por medio de la analogía lógica (pueden ser ficticios) La finalidad de la analogía a priori es decidir sobre la solidez de la conclusión del tema en función de la semejanza con el análogo.
Analogías inductivas (Siempre son reales):
Se diferencian de las de a priori por tres temas fundamentales: En la persistencia del criterio de consistencia, en la finalidad y en la naturaleza del análogo. En las inductivas establecemos pronóstico, por tanto no podemos ser consistentes en el tema, predecimos un suceso o resultado que es lo que se afirma en la conclusión del tema. Las analogías a priori exigen que se valore el grado de consistencia en la comparación entre análogo y tema, las inductivas no, pero cualquier forma de razonamiento analógico necesita que se valore el grado de semejanza entre ambos, la similitud es la piedra angular de este modo de argumentar.
Razonamiento hipotético.
Es imposible separarlo del causal ya que éste forma parte del mismo. Es el modo de verificar una idea, tesis o hipótesis, es usado en todos los contextos, sea filosófico, científico o cotidiano.
1.- Buscar una explicación para un fenómeno, o una solución para un problema.
2.- Proponer una hipótesis (explicación o solución).
3.-Derivar de ella predicciones.
4.- Probar o verificar estas predicciones.
Las hipótesis no se derivan de datos o hechos directamente, se infieren de nuestro conocimiento o creencias. El razonamiento hipotético, como el causal, parte de la observación y se apoya en generalizaciones inductivas, estas nos ayudan a plantear hipótesis, que nos indican cómo imaginar la realidad, y finalmente manipulamos la realidad para verificar nuestro pronóstico. El hipotético continua donde se queda el causal, deriva en predicciones y las comprueba, en un camino guisado por hipótesis, que son las que dirigen y guían la búsqueda de datos para una verificación o comprobación indirecta, pues lo que probamos son las predicciones que se derivan de las hipótesis. “Quien no sabe lo que busca nunca entenderá lo que encuentra”.
Los hechos y las generalizaciones causales son la base de las hipótesis, es decir, nuestras hipótesis son explicaciones probables de estos hechos, es decir, son las conclusiones de nuestro razonamiento causal. Las hipótesis no se derivan de los hechos ni son prueba de ellos, son el producto de la reflexión sobre ellos, a los que intentamos dar sentido o significado desde nuestro conocimiento, creencias o generalizaciones. Va más allá de los datos, guían la búsqueda de los hechos que permitan la verificación, no de las hipótesis, sino de las predicciones derivadas de ellas.
Las hipótesis dan sentido a los hechos que pretenden explicar y dan sentido a lo que intentamos buscar para probar nuestras predicciones. Los datos no sólo deben afirmar sino también desmontar nuestras predicciones para poder afirmar que nuestras hipótesis son una buena explicación necesitamos datos que confirmen y des confirmen nuestras predicciones. El razonamiento hipotético exige rigor en la elaboración de hipótesis y explicaciones, y en su verificación.
El planteamiento de toda investigación debe centrarse en la definición del problema y en la formulación de hipótesis, buscando el origen del problema, el cual puede provenir de: lagunas en nuestro conocimiento, de datos contradictorios o de fenómenos sin explicación. La metodología debe ser adecuada al problema a fin de formular hipótesis para verificar, donde hay factores, condiciones o variables para observar cambios o efectos.
Lo importante es verificar, tanto si se manipula la situación como si se observa, los efectos de cada uno de los factores o variables implicados por separado, para saber la contribución de cada uno al fenómeno, o los efectos que hayan tenido lugar. Los datos deben ser verificables y válidos, y sensibles a las condiciones de la investigación. La última fase de la investigación es la interpretación de los resultados, aquí es donde podemos comprobar si nuestras hipótesis son apoyadas por los datos.
Melchor Alzueta S. Pamplona. 2.010
Extractos De Los Libros:

Carretero, M y García, M. (1992). Lecturas de psicología del pensamiento. Madrid. Alianza
Dewey, John. (1989) Cómo pensamos. Madrid. Espasa libros.
Gabucio, Fernando (2009). Psicología del pensamiento. Barcelona Editorial UOC.
Gamham A. y Oakhill V. (1994). Manual de psicología del pensamiento. Barcelona. Paidos
Locke, John. (1980) Ensayo sobre el entendimiento humano. Madrid. Editora Nacional.