Jornadas Nacionales de Gestalt (A.E.T.G.) Pamplona. Abril 2.006
Ponencia de Pedro de Casso.
Lo distintivo de la Terapia Gestalt.
Estamos aquí hablando con el tema de la relación terapéutica, y la relación terapéutica para que sea terapéutica es, en realidad, una relación “adecuada”. La que corresponde entre las personas que están implicadas en ella, aquí estamos en relación y en toda relación hay unas necesidades contrapuestas, y eso está en Fritz, y está en la gestalt, y es un punto de partida y es una de las cosas que yo quiero resaltar aquí como lo distintivo de la terapia gestalt. Pero eso me hace preguntarme en este comienzo ¿cuál es mi necesidad, cuál es vuestra necesidad en este momento? Debéis de estar ya hasta el tope después de todo este rato. Los jesuitas pensarán muchas cosas, pero tienen su sabiduría, y en sus reglas tienen una que dice ” que nadie se dedique a estudiar, o se entregue al trabajo por más de dos horas seguidas” sin que interrumpan al menos por un poquito de tiempo.
Y realmente mi necesidad en este momento sería… ¿Qué necesitáis? yo siento que sería bueno mover el cuerpo, levantarnos, estirarnos, bostezar, por favor, hacerlo… aunque sea un minuto, que cada quien haga lo que quiera, porque es que si no, no aguantamos…
Bueno, pues ya que la necesidad de la situación es ser breve trataré de serlo. Yo he elegido el título de lo distintivo de la terapia gestalt, y desde luego en ningún caso pensaba empezar aquí a hacer comparaciones de la terapia gestalt con otro tipo de terapias o métodos terapéuticos, pero si a decir algo de lo que entiendo, del conocimiento que he ido pudiendo tener de la terapia gestalt, de Fritz Perls sobre todo, y de otros autores. Me parece que la terapia gestalt se distingue ante todo porque es muy práctica, no depende de ningún tipo de teorías, y eso era algo que Fritz sentía como un gran descanso para sus ansias de buscador. El entendía que lo que defendía como sustrato, como armazón de su forma de terapia, tanto en su práctica, como en lo conceptual, era que se apoyaba en la vida misma, en la vida como es, en la forma cómo funcionan los seres vivos, y dentro de eso como funcionamos los seres humanos como seres vivos.
Y qué es lo que vemos, qué es lo primordial que caracteriza a un ser vivo? Un ser vivo se caracteriza porque tiene unas necesidades, y porque tiene un medio, el suyo, su mundo. Eran los tiempos en que nacía la ecología, eso de organismo-ambiente, u organismo y su mundo circundante. Cada organismo vivo tiene su propio mundo, y no conoce del mundo, ni percibe más allá de sus intereses o sus necesidades. Los seres humanos nos pasa lo mismo, pero con una diferencia muy grande, todo bicho viviente, no humano, digamos que tiene su marco de necesidades muy claritamente establecido en torno a necesidades de conservación, necesidades de reproducción, necesidades de poder rechazar aquello que le amenaza o escapar de ello, y normalmente los animales, salvo que estén como algunos leones o monos en cautividad, no se vuelven neuróticos.
Pero esa es la especialidad de los seres humanos, y el hecho de que nos volvamos neuróticos tiene mucho que ver con lo que dijo Carmen Vázquez y con lo que decía Juanjo Albert en cuanto a la génesis del carácter.
“Cómo nos alejamos de esa conciencia de lo que realmente necesitamos”, ¿porqué? Pues porqué inevitablemente es así, los padres hagan lo que hagan se van a equivocar, y los hijos van a tener necesidad de protestar, y de rebelarse y de invalidar todo lo que han recibido. Pero, lo han recibido, y hemos recibido frustraciones muy tempranas de necesidades que estaban ahí de contacto, de cariño, de apoyo, de capacidad de riesgo, de arriesgarnos, de atención, de múltiples necesidades que fueron frustradas y que desencadenaron en nosotros unos patrones de respuesta ante situaciones, que luego más tarde se van a repetir, en la que nosotros mismos vamos a repetir los patrones aprendidos.
Entonces como seres humanos, inevitablemente en nuestra evolución, la mayor parte por lo menos. No digo que esto sea absolutamente así, ya que hay gente que no es neurótica, por lo menos lo suficiente como para no poder desenvolverse en su vida. Pero normalmente perdemos la referencia, y una de las características del neurótico, que decía Fritz, es que no tiene clara la jerarquía de sus necesidades, y cuando decía esto tampoco se refería en términos absolutos, sino referido a la situación, porque la terapia gestalt se mueve en una óptica muy fenomenológica, por decir una palabra que corresponde a las bases filosóficas, que quiere decir que no le interesan las teorías, que le interesan las cosas como son, lo que sucede, y lo que sucede es exactamente eso, que como personas nos encontramos con dificultades en unos órdenes, o en otros.
Hay quién no sabe ganarse la vida, porqué no sabe muy bien cómo poner en servicio las energías, o hay quien no sabe entablar una relación satisfactoria, una relación íntima, estamos llenos de ideas acerca de cómo son las cosas, acerca de quiénes somos. Estamos llenos de impedimentos, de introyectos los llamamos en gestalt, de proyecciones, de mecanismos en definitiva que trastocan nuestra capacidad de reconocer las propias necesidades y buscar en el entorno, en el ambiente, en las situaciones concretas aquello que realmente nos satisface.
Nos movemos entre necesidades verdaderas, que serían aquellas que podemos reconocer en nosotros, y de poder tener la capacidad de buscar como satisfacerlas en el ambiente, o en el entorno, esto nos dejaría muy satisfechos, tranquilos y progresaríamos, pero todos, y seguramente en la propia experiencia tenemos conciencia de en qué medida nos buscamos, o nos topamos con conflictos.
La terapia gestalt cree en lo que nos pasa, parte de “aceptar lo que hay”, la terapia gestalt no se mueve en medio de “deberías”, son cosas que para quienes estéis asomados a la gestalt son obviedades, pero como no sé muy bien quien tengo delante en este momento, digo cosas a voleo y cada cual que “pille” porque seguramente va a ir recomponiendo dentro un poco este puzle de lo que puede ser la terapia gestalt, o de lo que cada cual vaya pudiendo entender.
Como digo la terapia gestalt cree en lo que pasa, no partimos de “deberías”, tal vez el único debería de que “no deberíamos movernos por deberías”, sino poder reconocer en nosotros mismos lo que necesitamos y cómo nos estorbamos de cumplir, o de alcanzar, de hacer contacto con los objetos de nuestra necesidad, de tomar aquello que queremos, de rechazar aquello que no nos viene bien, de poder decir no en una situación concreta, o de poder atrevernos a hacer aquello que en el fondo deseamos, y que a lo mejor ni siquiera nos damos cuenta. Entonces, esta es la practicidad de la terapia gestalt, esto es lo que hace de ella, me parece a mí, algo muy distintivo, que es que se adapta a cualquier nivel que podamos tener de necesidad, o de conflicto, en nuestra capacidad en ese momento, de alcanzar su satisfacción.
Porque tenemos necesidades como seres humanos de muy distinto orden, tenemos necesidades materiales, fisiológicas, necesidades de orden emocional, de contacto, de relación, de ser apreciados, de ser queridos, necesidades de tipo amoroso. Tenemos también necesidades de tipo mental, de poder interesarnos, de hacer algo, de poder llegar a hacer un trabajo, una ocupación que esté de acuerdo con lo que uno necesita, y en todos esos niveles, hay también necesidades de orden espiritual, de trascendencia, de búsqueda de sentido, de dar respuesta de alguna manera a estos interrogantes humanos, que en último término son sin respuesta, pero tenemos derecho a plantearnos y a buscar.
En terapia gestalt la estructura misma del funcionamiento de la terapia gestalt trata de poner al individuo en contacto consigo mismo. Trata de ayudarle a poder detectar las trampas que todos nos hacemos por nuestro recorrido vital. La gestalt se adapta como digo a cualquier tipo, a cualquier género de necesidades que siempre tienen que ser satisfechas en el nivel en el que se manifiestan, porque no nos sirve de nada apuntarnos a un curso intensivo de meditación de un mes entero si lo que estamos necesitando resolver son cosas de otro orden, sea afectivo, sea de aclaración, de tipo de que no me atrevo a decir nada en público, o no me atrevo a llevar la contraria a nadie, o me asusta cualquier situación en la que mi imagen, como decía Juanjo Albert, pueda verse en peligro.
Así que a mí me parece que, pudiendo y necesitando decir mucho más sobre esto, por ahí va lo distintivo de la terapia gestalt, que en definitiva, como decía Fritz, nuestra meta es la integración, y cuando decía la integración, hubiera sido casi más fácil decir reintegración, pero está bien decir integración, porque reintegración quiere decir algo que ya estaba integrado y que se nos disgregó, que lo perdimos en el transcurso de nuestra evolución, y a veces por las circunstancias que hemos padecido.
En nuestra infancia hemos estado muy alejados hasta de poder estar en contacto con ese tipo de energía, o de actitud que hubiéramos necesitado. Entonces la terapia gestalt va de “poder recuperar”, ponernos en situación de recuperar esas energías, esas actitudes que nos correspondían desde nuestro nacimiento, pero que por una manera, de una manera o de otra hemos dejado en el camino.
Dice Fritz una frase que es “no perder nunca de vista el hilo que conduce desde el síntoma”. Y el síntoma no es un dolor de estómago, el síntoma es lo que nos pasa a cada uno en las diversas situaciones de nuestra vida. Se refiere naturalmente a situaciones insatisfactorias, “no perder nunca el hilo conductor desde lo que nos pasa, desde el síntoma, hasta la gestalt escondida”.
Si la gestalt escondida fueron esas situaciones que quedaron truncadas, y que están inacabadas, o situaciones interrumpidas que tomar conciencia de ellas, a través de la conciencia del cuerpo, a través de la conciencia del sentimiento de uno mismo, ayudado por su terapeuta en situación individual o en situación de grupo, es lo que en último término pretendemos. Hoy lo dejamos aquí ya que no disponemos de más tiempo.