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Proceso emocional

Proceso Emocional. Melchor Alzueta. 2.002

Quien controla la mayor parte de nuestro darse-cuenta interno es el sentimiento, mas no obstante, si hablamos de emoción, que es un proceso donde, aparte del efecto subjetivo emocional, está el efecto social que produce la expresividad corporal, y el efecto funcional de afrontamiento, ya no estamos exclusivamente en al darse-cuenta interno. Estamos en el darse-cuenta externo, si es que de alguna manera podemos llegar a diferencia uno de otro.
El yo entra en contacto con el ambiente, a través del sentimiento y su expresión, y produce en función de la vivencia emocional una modificación en el entorno.
Pero, a menudo, somos realmente inconscientes. Nos han / hemos programado para contraer, o reprimir, o ignorar los sentimientos. Cuando no nos dejamos con libertad se complica nuestra vida, ya que llevar la conciencia a los sentimientos constituye la forma básica de nuestro despertar.
Cuando surgen sentimientos positivos, agradables nos quedamos pegados, y si surgen sentimientos negativos, entonces, los intentamos eludir, nos vamos a complicarlo todo y al sufrimiento, lo que acentúa nuestro miedo o angustia corporal. Sin embargo, si aprendemos a ser conscientes de los sentimientos sin aversión ni apego, estos pueden pasar a través nuestro haciéndonos libres para sentirlos, aceptándolos.
Un buen trabajo con el sentimiento es abrirse plenamente a sentirlo en nuestro cuerpo, mente y corazón poniendo atención en las reacciones que pueda producir la experiencia, reacciones de miedo, angustia o disgusto y aceptarlas como son, ya que forman parte de la vivencia de la propia emoción. Podemos tener sensaciones fuertes de sentimientos concretos asociados a imágenes fijas, que se van tornando cada vez más obsesivas y exigentes en el proceso emocional. Si intentamos ampliar conciencia pueden aparecer otros sentimientos asociados, que nos resultan difíciles de aceptar, que se resisten a aparecer por ellos mismos, y que conforman el fondo que hace posible la escena.
Puede ocurrir que un arrebato colérico que se torna hostil en el proceso emocional, tenga detrás contenido un sentimiento obviado de tristeza. Tristeza a la que no se le da salida y queda congelada en nuestro organismo. Es bien posible que esta sensación de tristeza, que queda fijada en nuestro cuerpo, produzca sentimientos de no ser adecuado, o de no estar adaptado al medio, lo que origine un desarraigo social que conlleve un profundo vacío existencial.
El sentimiento de soledad está muy unido a otro tipo de sensaciones que lo ocultan. Puede ser que un desmedido afán de lujuria conlleve una gran soledad, y es bien posible de igual forma que esté tapando una gran sensación de envidia ante la vida, no de poseer o de tener, sino envidia del ser del otro. Lo que le hace relacionarse desde la soledad del propio pensamiento obsesivo.
La vergüenza funciona a menudo como un proceso de fondo que parece tan natural porque no pasa a primer plano sin un trabajo terapéutico específico. La sensación de vergüenza generalmente se remonta a una edad previa a la memoria clara. (Yontef)
Otra posibilidad la podemos contemplar a través del resentimiento,”el peor prejuicio para Perls”. Una situación concreta en la que nos quedamos bloqueados, sin elementos de respuesta. Nos puede producir una gran impotencia, que no es más que producto de nuestra propia incapacidad, de afrontar el momento. Esta impotencia genera insatisfacción y ganas de venganza, que se tornan en un resentimiento que hace hostil nuestra presencia, con lo que seremos agresivos en el ambiente, y seguramente con quien menos deseamos, lo que producirá una conducta no adecuada que con toda posibilidad desembocará en la culpa, que será al final de todo el proceso la que esté más presente en el sentir.
Podemos encontrar muchos procesos de emociones encontradas o contrapuestas, pero, ahora vamos a hablar de una tendencia ante la emoción: la generalización”.
Tendemos a adoptar respuestas aprendidas en la forma de afrontamiento, reconocemos la nueva situación en el fondo de nuestra memoria y actuamos con el mismo estímulo de siempre, “Más vale malo conocido que” con lo que es más que posible que no estemos actuando de acuerdo al momento, sino mas bien, en función de lo aprendido, que puede ser o estar desadaptado.
Las formas de retención del yo, en nuestro cuerpo y mente, son bloqueos de energía que contienen contracciones emocionales, corporales, de pensamiento e imagen y que quedaron retenidas en el recuerdo de le memoria y en la estructura muscular y energética de nuestro organismo, es función del trabajo del crecer interno, el ir desembarazándose de viejas y caducas estructuras que conllevan viejos hábitos. Necesitamos localizar cada nudo y dirigir la conciencia hacia él, con la finalidad de liberarnos de la identificación con lo que nos contrae, y buscar la apertura y el bienestar mas allá de lo contraído.
• Una forma conveniente de buscar bloqueos puede ser la “conciencia corporal”. Si ponemos la atención en el organismo es bien factible que nos demos cuenta de partes del mismo que se abran paso en la sensación, partes machacadas y expuestas al castigo de nuestro funcionar, donde guardamos el bloqueo: Entremos en contacto con él, su esencia, sus elementos de aire, fuego, éter, tierra y agua, su forma, color, olor y sabor, cómo es en definitiva, y qué hace ahí precisamente.
• Vayamos a la “conciencia emocional” y localicemos: Qué siente el bloqueo, es dolor, angustia, tristeza, soledad, hambre, impotencia, reconozcámoslos lo que estén, uno a uno.
• Vayamos a la “conciencia mental”: Ya estamos listos para hacer su imagen, situémoslo en el tiempo, infancia, (vidas pasadas), niñez. Cuál es la historia del bloqueo, cuál es su razón de ser y qué creencias tiene. Vamos poco a poco abriendo capas de conciencia, entrando en contacto con él, permitiendo su corporalidad, su vibración, su fundamento y su historia, e intentemos disolverlo. Liberemos los sentimientos contenidos y dejemos fluir libremente la mente hasta un estado de libre conciencia, el cuerpo a una sensación de comodidad y espacio y el corazón hacia la verdadera compasión ya que estamos entrando en contacto con nuestra auténtica naturaleza.
• Cada bloqueo que logramos hacer desaparecer es conciencia clara. Bienestar y confianza son cualidades que aparecen tras la identificación y la creencia temerosa. Estas pequeñas luchas con los bloqueos concretos son las que nos van dotando de una nueva identidad, de compasión y comprensión, de otras perspectivas de nuestro ser, un poco más alejadas de los deseos del yo, y más acordes a sus necesidades reales. En definitiva, una sensación de libertad.
Hablamos de la aceptación de los sentimientos, y de la generalización. Hablemos ahora del impulso del sentir. Si prestamos atención al impulso emocional debemos referirnos a la “atención consciente” como recurso necesario para el manejo emocional. Si no ponemos atención estamos repitiendo constantemente los viejos hábitos de conducta, los deseos condicionados y la falta de libertad, con lo que podemos caer fácilmente en cualquiera de los tres, denominados venenos por los budistas, de la ignorancia, el apego y la ira.
No es contener, restringir, reprimir, convertir o coartar la impulsividad del sentimiento, se trata en primer lugar de no ser dañino con uno mismo y con el ambiente, no hacer daño con la expresividad emocional implica no invadir. El sentimiento en si mismo tiene un tono invasor. El llanto provoca la atención de los demás, y podemos tender a hacer algo más que la pura expresión del sentimiento, tal vez nuestras lágrimas busquen la manipulación del entorno para conseguir otro objetivo.
El silencio que conlleva la tristeza puede resultar la más cruel de las venganzas, si este es el objetivo real. La rabia, castigado sentimiento por nuestras normas sociales, debe ser depositada en el ambiente con cuidado, ya que dado su tono es muy fácil que pueda herir u ofender. De la misma forma, se trata de que quien observa el sentimiento de otra persona , no aproveche la circunstancia para cargar sobre esta, culpas, consejos morales, resentimientos, hostilidades, etc.
Mantener la “atención consciente” es expresar el sentimiento como sentimiento que es, gestado por la propia persona en su unicidad, a través del sentido, intuición y percepción. Producto subjetivo de nuestro pensar, que es trasmitido al cuerpo a través del proceso emocional como una cualidad única de la integración de nuestro cuerpo-mente en una unidad de acción.
Por lo tanto, somos únicos responsables de su gestación a nivel interno, y de su expresión a nivel externo, y por supuesto de las consecuencias que en nosotros, o en los demás, o en la naturaleza pudieran producir. Por lo que si hablamos de “atención consciente”, decimos responsabilidad del sentimiento y del proceso emocional.
Si hemos dicho que siendo responsables, nos podemos permitir la impulsividad de nuestros sentimientos, digamos también que es una buena muestra de salud emocional el ser “creativos e imaginativos” en nuestra expresividad. Nos podemos permitir jerigonzas, expresiones absurdas, gestos con el cuerpo, y particularmente con la cara, exageraciones, representaciones y dramatizaciones, monólogos sin sentido.
Dependiendo del lugar, posturas corporales de arraigo, descarga, apertura. Relajaciones, desensibilización. Expresión creativa por medio de dibujo, pintura, mimo, además de la creación podemos usar la imaginación, como ayuda para la adecuada vivencia del sentimiento: Tenemos buenas muestras de inoculación, desensibilización, modelaje, reestructuración, dentro de las técnicas conductuales y cognitivas.
“En el caso del deseo, podemos imaginarnos habiéndolo satisfecho al máximo en cada variante y sabor. Lo sentimos, lo imaginamos, lo describimos, pero lo hacemos con atención, de modo que no lo estamos simplemente reforzando”. (Jack Kornfield)
Hay buenas posibilidades de dotar a nuestro estado de ánimo de algún recurso “propio”, que pueda atenuar o mitigar el malestar que genera la vivencia de un sentimiento negativo, “aceptando” los sentimientos que puedan estar en la vivencia, buscando “recursos propios” que eviten caer en la misma respuesta a la que estamos acostumbrados, “generalización”. Con la atención consciente en la consecuencia de su puesta en escena, tanto en el organismo como en el ambiente, responsabilizándonos” de esto.
El objetivo es lograr la autorregulación organísmica, hacer que la emoción sirva para este fin, que la energía producto de los procesos psicológicos fluya adecuadamente en el continuo del funcionar de la totalidad del organismo.
Emoción según el diccionario es “un estado de ánimo caracterizado por una conmoción orgánica consiguiente e impresiones de los sentidos, ideas o recuerdos, la cual produce fenómenos viscerales que percibe el sujeto emocionado, y con frecuencia se traduce en gestos, actitudes u otras formas de expresión.
James 1.890. Define la primera teoría psicológica sobre la emoción: Los sentimientos son el germen y el punto de partida de la cognición, en tanto que la estimulación posee una carga afectiva, los pensamientos constituyen el árbol desarrollado a partir de los sentimientos. Emoción= Emovere / Perturbar / Perturbación
La emoción surge en el punto donde cuerpo y mente se encuentran. Tal vez no podamos hacer consciente la actividad de nuestra mente inconsciente en forma de pensamientos, es más que posible que este mismo pensamiento se confunda entre razón y creencia, o, que tal vez la memoria nos guarde una mala pasada y no sepamos poner palabras a lo que esté pasando, pero siempre la emoción quedará reflejada en el cuerpo y nos ayudará a que podamos tomar conciencia.
Observar una emoción es como observar o escuchar un pensamiento, con la clara diferencia de que el pensamiento está en la cabeza y la emoción queda registrada en el cuerpo.
Las emociones son procesos que se activan cada vez que el organismo detecta algún peligro o amenaza a su equilibrio. Son reacciones específicas a eventos particulares, que implican un movimiento, un cambio importante en nuestro comportamiento y en nuestra experiencia. Cambios que se van a vivir de una manera afectiva negativa-positiva, con cambios corporales percibidos y no percibidos, que añaden intensidad a esa experiencia emocional, produciendo un comportamiento.
La experiencia emocional no es un analizar, es un observar, es un mirar hacia dentro, ya que la emoción es un patrón de pensamiento ampliado y energetizado, con tanta intensidad que si no tenemos la presencia necesaria para observarla se puede apoderar de nosotros. No es nada fácil mantenerse en ella sin dejarse llevar inconscientemente y permitirle que se transforme en nosotros.
Son estados afectivos que cumplen la función de preparar a nuestro organismo para su adaptación al medio, que se activan súbitamente y que movilizan una importante cantidad de recursos psicológicos. Al ser procesos adaptativos no son estáticos sino que se adaptan en función de las necesidades del entorno, por acción de la experiencia.
Las emociones alteran otros procesos psicológicos: sensación sensorial, percepción, atención, activan la memoria, movilizan cambios psicológicos, planificación de acciones, comunicación verbal y no verbal, movilizan la acción. Coordinan todos estos recursos psicológicos, para dar una respuesta rápida y puntual a una situación en un momento determinado. Las emociones como proceso oscilan entre una base biológica de adaptación, una dotación genética de respuesta y un aprendizaje en base a la experiencia.
La emoción puede crear un círculo vicioso con el pensar y con los procesos psicológicos a los que afecta retroalimentándose y creando un gran globo amenazador de nuestra seguridad, que nos haga caer en el miedo y en la sensación de abandono, impidiéndonos ir más allá de ella misma a través de la identificación con la mente, con el ego que nos impide el Ser nuestro.
El elan vital, la fuerza vital energiza mediante el escuchar, sentir. Esta fuerza aparentemente primero moviliza el centro, supuesto que tiene un centro. El centro de personalidad es lo que antes se llamaba alma: las emociones, los sentimientos, el espíritu. Las emociones no son molestias que deban ser descargadas. Las emociones son los motores más importantes de nuestro comportamiento: emoción en el sentido más amplia la espera, el goce, el hambre. Estas emociones o energía básica, esta fuerza vital, aparentemente se diferencia en el organismo por lo que llamo la diferenciación hormónica.
Digamos que la excitación básica se diferencia por acción de las glándulas suprarrenales, en ira y temor, por las glándulas sexuales en libido. Podría ser que en el caso de ajustarse a una pérdida se convierta en pena. En seguida esta excitación emocional moviliza los músculos, el sistema motor. Todas las emociones se expresan en el sistema muscular. No se puede visualizar la ira sin movimiento muscular. No se puede visualizar la alegría sin movimientos musculares. En la pena hay sollozos y llanto, en el sexo también hay movimientos. Estos músculos se usan para moverse, para tomar del mundo, para palpar el mundo, para estar en contacto.
A veces fijamos los sentimientos en objetos equivocados, o convertimos unos en otros, actuando en consecuencia equivocadamente, o a veces los expresamos sin claridad, ni nitidez, o tal vez con deficiencia. Necesitamos mostrarlos en el lugar que les corresponde, y desarrollar la capacidad adecuada de expresión que nos sirva para mostrar la más genuina necesidad.
Componentes de la emoción.
• Respuesta Biológica.
Hay una respuesta inmediata del cerebro a través de la amígdala. A través de la Corteza procesamos la emoción, la comparamos con lo aprendido y damos la respuesta. Todas las emociones tienen un doble procesamiento.
• Respuesta Emocional-Sentimiento:
Parte consciente, fenomenológica. La comunicación, la expresión a los demás de la emoción, a través de la entonación de la voz, el gesto de la cara, la postura del cuerpo, con todo esto exponemos a los demás nuestros estados emocionales. Cumple la función de reclamar la atención y busca que las personas de nuestro ambiente actúen de determinada manera, con la finalidad de conseguir los objetivos previstos por la emoción.
• Adaptación- Afrontamiento:
Preparación para la acción. Parte adaptativa que nos hace hacer algo, o no hacer nada. Es la respuesta para adaptarnos al medio, para enfrentarnos a una situación amenazante.
• Cambios Fisiológicos:
Más que ser propios de una emoción, son una especie de preparación biológica para dar la respuesta a los anteriores. Es una respuesta más indiferenciada que las otras, no es una respuesta como tal, ya que es compartida para todas las emociones y por el resto de componentes, quedan reflejados básicamente en la periferia del organismo.
La emoción es el conjunto del proceso de información de los cambios que han ocurrido, y la respuesta conjunta de estos cuatro elementos, y su procesamiento. Las emociones son estados afectivos que cumplen una función: “Preparar nuestro organismo para su adaptación al medio”.
Son procesos adaptativos, adaptables en función de las necesidades del entorno por acción de la experiencia, procesos que ponen en marcha programas de acción genéticamente determinados, que se activan súbitamente y que movilizan una importante cantidad de recursos psicológicos. Procesos que oscilan entre la base biológica y cultural, porque sí tenemos una dotación genética de respuesta, pero no totalmente determinada ya que existe la base de aprendizaje y cultura.
Las relaciones entre emociones y trastornos es un hecho constatado. En la preparación del organismo para enfrentarse a un evento que entra en peligro para su integridad hay dos factores considerados de riesgo, aunque la respuesta en sí no entrañe peligro. Estos factores son:
• Excesiva frecuencia y/ o intensidad, el organismo se encuentra sometido a niveles de activación y reactividad superiores a lo habitual.
• Cuando la respuesta que ofrece el organismo conlleva un largo periodo de recuperación de valores basales.
Sabemos, está bien demostrado, que las respuestas emocionales intensas y/ o frecuentes aumentan la probabilidad de producir un desajuste en la homeostasis de una variable particular, o en la general del organismo, la regulación organísmica.

Escritos gestálticos sobre autorregulación organísmica:

La autorregulación organísmica se basa en el reconocimiento del conjunto completo de información sensorial, mental y emocional, relativa a las necesidades y recursos tanto internos como ambientales. Se basa en algo más que el darse-cuenta mental consciente, ya que muchos procesos auto regulatorios no están en el mismo momento en el darse-cuenta, sin embargo el darse-cuenta se desarrolla de acuerdo a la necesidad de la persona organismicamente auto-regulada. La auto regulación organísmica es un proceso que se renueva en forma constante. Es esencialmente un proceso basado en la retroalimentación y el ajuste creativo continuo. (Yontef. Proceso y diálogo)
Por sus necesidades y recuperado por su satisfacción o su eliminación. (Perls)
La autorregulación del organismo es una representación holística de un proceso biológico complejo, una descripción de las relaciones que hay entre las múltiples necesidades del organismo en su conducta. La autoregulación no es un mecanismo, es un proceso. Que funciona con una prudencia originada en sus necesidades y en la satisfacción de estas. Este proceso no implica ni asegura la satisfacción de las necesidades, pero, da por sentado que el organismo hará todo lo posible para regularse, de acuerdo con sus capacidades y los recursos del ambiente. (Latner. Fundamentos)
Ya mencionamos los cuatro componentes del proceso emocional, la respuesta, afrontamiento y los cambios fisiológicos, vamos a contemplarlos como proceso que son:
Proceso Emocional Es de carácter multifactorial, e implica:
• Experiencia o efecto subjetivo.
Sensaciones o sentimientos que produce la respuesta emocional. Evaluación momento a momento, que se realiza cuando nos enfrentamos a un evento. Son impresiones pasajeras, apenas perceptibles, su duración no puede ser deducida a partir de la expresión emocional, depende de variables cognitivas (proceso de la información), y variables fisiológicas (nivel hormonal, neurotransmisores).
El sentimiento no es una imagen, ni un símbolo, ni un pensamiento representando un sentimiento, es una parte del proceso emocional, que permite la integración de dicho proceso junto con cognición y acción. La experiencia emocional subjetiva constituye en si una forma de cognición (conocimiento por conocimiento). La representación de la emoción es el sentimiento, o más bien, el sentimiento es la emoción subjetivamente representada.
• Expresión corporal o efecto social.
Comunicación y expresión de emociones mediante expresión facial y comunicación no verbal (cambios posturales o de entonación). La expresión emocional permite al receptor anticipar las reacciones emocionales y adecuar su comportamiento a tal situación.
Miedo: Elevación y contracción de cejas y párpados, tensión en los labios.
Ira: Cejas abiertas, contraídas y oblicuas. Tensión párpado inferior, mirada preeminente.
Tristeza: Ángulos inferiores de ojos hacia abajo, piel de las cejas en triángulo, descenso de las comisuras de los labios.
• Afrontamiento o efecto funcional.
Cambios comportamentales que producen las emociones y que hacen que las personas se preparen para la acción. Proceso psicológico que se pone en marcha cuando en el entorno se producen cambios no deseados o estresantes, o cuando las consecuencias de estos sucesos no son las deseables.
Miedo: Facilitación de respuestas de escape o evitación ante situaciones peligrosas, si la huida no es posible o deseada, el miedo también motiva a afrontar los peligros. Es una respuesta funcional que intenta fomentar la protección de la persona.
 Ira: Variedad de funciones adaptativas. Organización y regulación de procesos internos, psicológicos y fisiológicos relacionados con la autodefensa. Preparación para la acción, impulso para atacar con la finalidad de eliminar los obstáculos que impiden la consecución de los objetivos deseados y que generan frustración.
 Tristeza: Ésta reduce la actividad de la persona para focalizarla hacia uno mismo, y para prevenir así el que se produzcan traumas, y facilitar la restauración de la energía. Cumple funciones de conexión con otras personas, comunicándoles que no se encuentra bien, y reclamando de esa forma ayuda.
• Soporte Fisiológico.
Cambios y alteraciones del sistema nervioso central, periférico y endocrino. Los más estudiados son los sistemas somático y autónomo.
-Miedo: Sistema nervioso autónomo, respuestas físicas concretadas en importantes elevaciones de la frecuencia cardíaca, de la presión arterial, sistólica y diastólica, de la salida cardiaca, de la fuerza de contracción del corazón, de la conductancia de la piel, que es un indicador de descargas de la rama simpática del sistema nervioso autónomo. educciones marcadas en volumen sanguíneo y temperatura periférica, que son indicadores de una vasoconstricción, (palidez de la cara). Efectos sobre el sistema somático, elevaciones en tensión muscular, que afectan a todo el cuerpo. Aumentos de la frecuencia respiratoria acompañados de disminución de su amplitud, respiración superficial e irregular.
Todo ello favorece la sensación de paralización o agarrotamiento, y seguidamente proporciona el tono muscular adecuado para iniciar la huida o la evitación de la situación desencadenante. El miedo puede llevar a ataques de pánico, condiciones extremas de bloqueo, o miedo extremo, con una actividad fisiológica inusual, hiperventilación, temblores, mareos y taquicardias, sentimientos catastrofistas y de pérdida total del control.
-Ira: Sistema nervioso autónomo, importantes elevaciones de la frecuencia cardiaca, de la presión arterial sistólica y diastólica, de la salida cardiaca (menos que el miedo), y de la fuerza de contracción del corazón. Elevaciones en la conductancia de la piel, fluctuaciones espontáneas muy marcadas, (es la emoción que más produce). Reducciones en volumen sanguíneo y en temperatura periférica. Sistema somático, elevaciones en la tensión muscular general y aumentos en la frecuencia respiratoria. Aumentos en secreciones hormonales, noradrenalina, incrementos de energía, posibilita acometer acciones enérgicas. Elevación en la actividad neuronal, persistente tasa de descarga neuronal.
-Tristeza, sistema nervioso autónomo, moderadas elevaciones de la frecuencia cardiaca. Ligeros incrementos de la presión arterial, sistólica y diastólica. Incrementos en la resistencia vascular. Elevaciones de la conductancia de la piel, (la emoción de mayor nivel). Reducciones en salida cardiaca, volumen sanguíneo y descenso de temperatura periférica (vasoconstricción). Sistema somático, elevaciones en la tensión muscular general y cambios en la amplitud de la respiración. Elevación en la actividad neurológica que la mantiene de forma prolongada.
Las emociones son nuestra vida misma, el lenguaje mismo del organismo, ellas modifican la excitación básica de acuerdo a la situación ante la cual nos encontramos. La excitación se transforma en emociones específicas y a su vez las emociones son transformadas en acciones sensoriales y motoras. Las emociones son energetizadoras y movilizan los medios que tenemos para satisfacer las necesidades.
Si la emoción es la fuerza básica que energiza toda acción, entonces la emoción existe en toda situación vital. (Perls)

Proceso Emocional.
Melchor Alzueta. 2.002