XX Jornadas Nacionales de Gestalt. A.E.T.G.
Pamplona, Abril 2.006
Ponencias Presentadas en las Jornadas Externas.
Carmen Vázquez.
La Relación Terapéutica en la Sesión Individual.
En cualquier campo existen palabras que definen conceptos, pero que en función de la especialización de ese campo la explicación del concepto varía. Por ejemplo, podemos hablar de banderas, y luego cada país tiene su propia bandera, podemos hablar de comidas típicas y cada país, cada ciudad, o cada región tiene su comida típica.
Lo mismo ocurre en el campo de la psicoterapia. Cuando hablamos de psicoterapia hay otra serie de palabras que están unidas, como puede ser el concepto de enfermedad, el concepto de salud, la naturaleza humana, el sí mismo, la relación terapéutica, la transferencia. Lo que tenemos que tener en cuenta es que son palabras neutras y que luego cada uno de los enfoques, cada uno de los distintos métodos de psicoterapia, va a redefinir en función del modo que tienen de considerar la naturaleza humana, o basándose en como explican desde la teoría de su enfoque concreto cada uno de estos aspectos generales.
Hecha esta aclaración, recordar a los que sois terapeutas gestálticos o estudiantes de gestalt, y para aquellos que no tiene nada que ver con la terapia gestalt, deciros que la terapia gestalt nace en 1.951 y está creada por Fritz y Laura Perls y por Paul Goodman. Yo especialmente he estado interesada y me dedico a los matices y aspectos de la terapia Gestalt según Laura Perls.
Una de las cosas a recordar y que me parece importante es que Laura, psicóloga, psicoanalista y gestaltista se formó en sus épocas de estudiante de psicología con Martín Buber. Ella habla de que le impresionó de una manera especial como consideraba la relación entre humanos. Esto le hizo que cuando en muchas ocasiones le han preguntado que podría decir de la terapia gestalt, o que como definiría la terapia gestalt, siempre ha dicho que la definiría como una terapia existencial, experimental y experiencial, tomado esto en función de la importancia que damos en gestalt a la experiencia que es lo único transformador.
Con esta idea dialogal que tenía Laura Perls, queda claro, que fue ella la que hizo que en gestalt por primera vez el cliente no estuviera en el diván. Las primeras épocas de gestalt seguían utilizando el diván, pero Laura decía que ella se sentía muy incómoda porque le gustaba ver las expresiones de su cliente, y que también le gustaba que los clientes vieran las expresiones que tenía ella, entonces decidió suprimir el diván y empezar a hacer terapia cara a cara.
Esto hace pensar la importancia que le concede la terapia gestalt a la relación, y de hecho, la característica más conocida que es que la terapia gestalt trabaja en el aquí y el ahora. En la sesión individual se lleva de una manera más tajante, porque el cliente puede estar hablando de lo que le ha ocurrido hace un rato, o el día antes, o cuando era pequeño, pero lo que nos importa en la relación, no es tanto lo que nos está diciendo, no estamos trabajando con el contenido, sino lo que nos interesa es cómo lo dice, con que tono de voz, con que gestos, para donde mira, cómo está sentado, porque es eso que está haciendo en el aquí y el ahora con nosotros lo que, de alguna manera, nos va a dar el significado de que es lo que falla fuera.
Partimos de la base que, de pequeños, o a lo largo de nuestra vida, para poder sobrevivir física, emocional e intelectualmente a situaciones difíciles que nos aporta el entorno, tenemos que hacer una serie de cambios, una serie de lo que en terapia gestalt llamamos ajustes creativos. Tenemos que ceder parte de nuestra espontaneidad, por decirlo de alguna manera, para adaptarnos de una manera satisfactoria al medio en el que estamos creciendo. Eso lo que hace es que perdamos esa espontaneidad, y que llegue un momento que esos ajustes que en un momento fueron ajustes creativos, pasen a ser ajustes conservadores.
Pasamos a repetir los mismos patrones, las mismas formas de reaccionar, como una manera de poder sobrevivir. Por ejemplo, si un niño tiene un padre muy autoritario cuando lo tiene enfrente va a tener miedo, y a lo mejor su reacción mas natural va a ser huir, o morderle, o darle una patada, o algo por el estilo. Cuando lo que se da cuenta es que eso no lo puede hacer porque es peor, ya que seguramente lo hará una sola vez, y seguramente recibirá castigo, ¿qué es lo que aprende?
El ajuste creativo es: alterar de tal manera el cuerpo, a lo mejor encajando la mandíbula, o poniendo los hombros para arriba, respirando menos, y a lo mejor hundiendo los músculos, de tal manera que es capaz de, con esa postura, resistir al miedo que le supone la visión de su padre. Llega un momento que si esto se repite se convierte en un hábito, se convierte en una costumbre que se hace automática. Lo hace de forma consciente, no voluntaria, pero si consciente ya que lo hace como ajuste creativo, como regulación organísmica, llega un momento en que se va fuera de la conciencia. Esto es lo que Laura Perls denominaba automatismo.
Entonces, qué es lo que pasa, ya no es consciente de ver ni de notar la tensión en las mandíbulas, los hombros para arriba, o esa respiración que va a aparecer automáticamente cada vez que, o haya alguna persona que de alguna manera supone una autoridad para él, o porque físicamente le recuerda a la figura de su padre. Al no ser consciente, inmediatamente va a adquirir esa postura. Conforme pasa el tiempo, esta persona no es consciente de cómo la postura y los sentimientos, que a veces sigue sintiendo y otras veces a dejado de sentir, le impiden relacionarse de forma espontánea en muchísimas situaciones de su vida.
Si ahora volvemos a la sesión individual, en terapia gestalt partimos de la base de que el cliente en la relación con nosotros va a repetir sin ser consciente, sin darse cuenta, exactamente los mismos patrones físicos, de postura, emocionales y mentales de todos los ajustes que en su momento fueron creativos y que ha convertido en automatismos y están fuera de control.
Entonces, ¿En qué consiste la sesión? El objetivo de la sesión sería que dos personas; (la característica de la terapia gestalt es que se basa en una relación igualitaria, no estoy diciendo que cliente y terapeuta los dos sean iguales, pero es una relación similar, basada en dos seres humanos dialogando juntos,) entonces el objetivo de la sesión de terapia gestalt sería hacer que se recuperara la espontaneidad, y se volviera a recuperar la frescura de cada aquí y ahora, de cada momento presente.
Para eso lo que el terapeuta necesita estar atento es a esas distintas interrupciones que se dan en la relación, cómo evita el cliente mirar a los ojos, cómo evita el terapeuta determinadas cosas. Porque si somos capaces de hacer que “eso” aparezca en primer plano, se convierta en figura, y la persona reencuentre el significado de lo que hizo, digamos que, de alguna manera recupere la libertad de poder decidir si quiere subir los hombros, o si no los quiere subir, o si lo que hace es encontrarse con el miedo, en la relación puede encontrarse otras formas de hacer. Como si fuera actualizar su experiencia, que le permiten de alguna manera reaccionar espontáneamente a situaciones en donde antes lo que hacía era reaccionar con los patrones a los que se había ajustado.
Esto me hace pasar al segundo punto, donde Laura Perls, decía que la terapia gestalt era experiencial, experimental y existencial, es la importancia de la experiencia. En terapia Gestalt partimos de la base de que no tiene mucho sentido explicarle a nadie lo que le pasa, ni darle explicaciones de porque le pasa lo que le pasa, ya que lo único que va ha hacer es tener un concepto intelectual, y eso no le va a producir un cambio. Una de las cosas importantes, y para mí básica de la gestalt, es que todo nuestro interés como terapeutas está en producir una experiencia.
Por eso quería decir que era experiencial, que da lo mismo que decir que es vivencial, y que lo que quiere decir es algo así como: Vosotros ayer os podías imaginar estando aquí, y por mucho que os imaginarais os faltaban sensaciones para tener la vivencia, sabíais que no habíais estado aquí. Hoy os dais cuenta que estáis, que no estáis soñando, que no estáis dormidos o fantaseando, y cuando acabemos esta presentación todos habremos tenido la experiencia, y todos sabremos qué ha pasado de verdad, unos podrán estar contentos, a otros podrá haberles gustado menos… pero, nadie nos puede quitar el saber que hemos tenido la experiencia.
Podéis fantasear con la sensación de cómo es mi mano entre las vuestras, solo será una imaginación, un ejercicio de fantasía, sólo si de verdad lo hacemos, vuelvo otra vez a lo mismo, podrá gustaros o no, pero esa sensación formará parte de vuestra experiencia para toda la vida. Aunque vosotros conscientemente no la recordéis se habrá quedado siempre, eso es lo que realmente cambia a las personas.
Cuando alguien tiene realmente una experiencia es tan organísmica, tan holística, tan completa, que de alguna manera transforma nuestra vida. A veces hay experiencias que la transforman de una manera muy significativa y muy llamativa, otras veces la experiencia es muy pequeñita, es como si fuera un ladrillo pequeño. Y eso sería la sesión de terapia individual, pequeños ladrillos que de alguna manera van conformando nuestra realidad.
A veces hay muchas experiencias, que en un momento determinado de nuestra vida, larga o corta, hemos ido dejando a medias y hemos dejado interrumpidas porque algo nos ha hecho hacer un ajuste creativo, que luego se convertirá en conservador, sobre todo cuando no hemos encontrado apoyo para poder hacerlo de otra manera. Cuando alguien acude a terapia nuestra tarea es como si fuera actualizar el antivirus, actualizar donde se quedó detenida determina experiencia de la persona, y como terapeutas brindar el apoyo suficiente, y el entorno privilegiado para que la persona se arriesgue a hacer aquello que no se atrevió de pequeño, darle la oportunidad de ver, de tener esa experiencia.
Lo que está muy claro es que no trabajamos solo con el contenido, sino que trabajamos con los procesos, y lo que hacemos es buscar de alguna manera, cómo podemos reproducir la frecuencia, o el proceso que se interrumpió. Y esa sería la tercera característica de la sesión de terapia individual, que es experimental, ¿qué es?, que hacemos un experimento. Yo que a veces soy maniática con las palabras les explico a mis estudiantes: en terapia gestalt no hacemos ejercicios, hacemos experimentos, no es trabajar con ratitas de laboratorio.
La diferencia entre un experimento y un ejercicio es que en el ejercicio sabemos cuál es la finalidad, en el ejercicio sabemos cómo tiene que acabar lo que se está haciendo, mientras que lo apasionante del experimento es crear una situación, o proponer una situación, en donde es la creatividad de la relación la que de alguna manera pone el final.
No podemos saber de antemano cómo va a reaccionar, o qué va a sentir, o que va a vivir esa persona, entonces la agilidad del terapeuta es en la sesión cuando aparece algún patrón, algún automatismo, (ya hemos quedado que no tiene sentido el explicarle, uy, mira que haces con el hombro), es crear un pequeño experimento para que sea la persona la que se dé cuenta de que es lo que le está pasando, cómo lo está pasando, y darle la oportunidad de que se sienta lo suficientemente cómodo con nosotros como para poder arriesgarse a hacer algo distinto, y de alguna manera así puede elegir si esa nueva herramienta la quiere tener entre su almacén de recursos personales, o si no le interesa sacarla.
Una cosa que a mí me resulta apasionante en la terapia gestalt es la idea del apoyo, la terapia gestalt cuida mucho en no avergonzar, no hacerle sentir a nadie por debajo, y eso es importante tenerlo en cuenta en la sesión individual, ¿cómo me estoy relacionando con quien tengo enfrente? Parece que se está poniendo de moda el que las terapias sean dialógicas, grupales, que se trabaje mucho la relación, que se le dé importancia a lo interpersonal, que se le da mucha importancia a lo que ocurre entre cliente y terapeuta, todo esto que está de moda ya lo proponía la terapia gestalt en 1.951.
Terapia que para mí sigue siendo revolucionaria, de alguna manera, cómo cuido yo como terapeuta que mi cliente se sienta reconocido como persona, de tal manera que pueda ser capaz de dar el paso siguiente, y pueda ser capaz de experimentar algo que antes no podía experimentar. En una sesión individual no animamos a nuestros clientes a hacer nada, creamos una situación de tal manera que al cliente le sale de manera espontánea hacer algo: os pongo un ejemplo: yo podría levantarme, y podría decir “hacer el favor de mirar todos a la pizarra”, y ahí vosotros podías decidir si mirabais o no, y hacer el movimiento decidiendo que me ibais a hacer caso, ahí sería algo así como…los sumisos me harías caso, los rebeldes me mandaríais a la porra, los muy racionales pensarían cuál es la finalidad de Carmen, y así podemos seguir hablando hasta el infinito.
Pero el experimento en terapia Gestalt es crear una situación donde de alguna manera sale solo el arriesgarse a hacer algo diferente. Por resumir sería algo así, como la gracia de la terapia gestalt sería el pasar del yo-tu a un momento de nosotros, lo que importa es crear un “a dúo” en donde los dos de alguna manera resonamos en el otro. Podemos definir la relación que se crea en terapia gestalt como la relación mantenida entre cliente y terapeuta basada en relaciones simétricas no iguales, en donde en 50 minutos terapeuta y cliente, se ocupen del contenido que se ocupen, buscan la mejor manera de crear la relación de un modo pleno y satisfactorio para ambos arriesgándose a estar los dos presentes.
Muchas gracias a todos.
Carmen Vázquez
Pamplona, Abril 2.006