Gestalt Historia Fritz Perls 9

Enfoque Gestáltico

La palabra Gestalt viene directamente del alemán. No se la puede traducir en una sola palabra española. Significa al mismo tiempo: forma, estampa, figura y estructura. El “gestaltismo”, que inicialmente fue una escuela psicológica, dedicada al estudio de la percepción, se propone aprehender los fenómenos psíquicos en su totalidad, sin disociar los elementos del conjunto en que se integran y fuera del cual pierden significado.
Según esta escuela uno de los procesos centrales de la percepción es la formación de la Gestalt o formación gestáltica. Se refiere a la distinción que surge entre lo que está en primer plano, la figura y el ambiente en que se encuentra el fondo. Se le denomina también pareja figura-fondo.

El enfoque Gestáltico / Testimonios de terapia. Mecanismos neuróticos. Cuatro Vientos Editorial 1.976

EL NACIMIENTO DE LA NEUROSIS

Las expectativas de sobrevivencia física que tiene el individuo al ser abandonadoenteramente a valerse por sus propios medios, son casi inexistentes.El hombre necesita de otros para su sobrevivencia en el plano físico. Su sobrevivencia psicológica y emocional es aún más precaria al ser dejado enteramente solo. En el plano psicológico el hombre necesita contacto al igual que en el plano fisiológico necesita comer y beber. El sentido de relación con el grupo es tan natural al hombre como lo es su sentido de relación con cualesquiera de sus impulsos de sobrevivencia fisiológica. Ciertamente, este sentido de identificación es probablemente el impulso psicológico de sobrevivencia más primario.
El enfoque guestáltico, que considera al individuo como una función del campo organismo/ambiente y que considera su conducta como reflejo de sus relaciones dentro de este campo, da coherencia a la concepción del hombre como individuo y como ser social. Las psicologías más antiguas describían la vida humana como un conflicto constante entre el individuo y su ambiente. Nosotros la vemos más bien como la interacción entre ambos, el individuo y su ambiente en el marco de un campo continuamente en cambio.
Y es por esto que las formas técnicas de interacción -si queremos operar en él deben necesariamente ser igualmente fluidas y cambiables. Lo que nos concierne a nosotros como psicólogos y psicoterapeutas en este campo en perpetuo cambio, son las constelaciones siempre cambiantes de un individuo también siempre-cambiante. Porque si ha de sobrevivir, tiene que cambiar constantemente.
Cuando el individuo se hace incapaz de alterar sus técnicas de manipulación y de interacción, surge la neurosis. Cuando el individuo está congelado en su modo caduco de actuar, está aún en peores condiciones para enfrentar cualquiera de sus necesidades de sobrevivencia, incluyendo sus necesidades sociales. Y el enorme número de individuos alienados, sin identidad y aislados que encontramos a nuestro alrededor es una clara evidencia de que esta incapacidad puede surgir fácilmente.
Desde el momento en que consideramos al hombre en su ambiente como individuo y como ser social, formando parte del campo organismo- ambiente, pierde todo sentido culpar por esta alienación al individuo o al ambiente. Al hablar del problema mente cuerpo, decíamos que no puede existir una relación causal entre los elementos que constituyen el todo. Y dado que el individuo v el ambiente son meramente elementos de un todo único, que es el campo, ninguno puede imputarse como responsable de los males del otro, ambos están enfermos.
Una sociedad que contiene un gran número de individuos neuróticos ha de ser una sociedad neurótica; de todos los individuos que viven en una sociedad neurótica, un gran número de ellos ha de ser neurótico. El hombre que puede vivir en un contacto significativo con su sociedad, sin ser tragado completamente por ella y sin retirarse completamente de ella, es el hombre bien integrado.
El se autoabastece porque entiende la relación existente entre él mismo y su sociedad, tal como las partes del cuerno instintivamente entienden su relación al cuerpo-como-un-todo. El es el hombre que reconoce el límite de contacto entre sí y su sociedad. que le da al César lo que es del César y se deja para sí lo que le es propio.
El fin de la psicoterapia es crear precisamente este tipo de hombres. Por otra parte, el ideal de una comunidad democrática es crear una sociedad con las mismas características, una comunidad en la cual, a medida que sus necesidades lo determinen, cada miembro participe en beneficio de todos. Tal sociedad se desvela por su contacto con sus miembros. En dicha sociedad, el límite entre el individuo y el grupo está claramente delineado y es claramente sentido. El individuo no está al servicio del grupo ni tampoco está el grupo al servicio de algun individuo. El principio de homeostasis, de autorregulación, también gobierna a tal sociedad.
Del mismo modo que el cuerpo responde primero a sus necesidades dominantes, también la sociedad responderá primero a sus necesidades dominantes.
En el caso que un incendio amenazara la comunidad entera, todoscontribuirían a apagar las llamas, salvar vidas y pertenencias. Pero al igual que el cuerpo como un todo lucha por preservar a cualquiera de sus miembros que se ve amenazado, así también en una comunidad bien-regulada o autorregulada donde el fuego amenaza solamente una vivienda, los vecinos e incluso la comunidad entera, si fuera necesario, se unirán en la lucha contra las llamas. En tal comunidad ideal, tanto miembros como gobernantes se identificarían mutuamente entre sí y también los miembros se identificarían entre sí.
Pareciera que el hombre nació con un sentido de equilibrio social y psicológico tan agudo como su sentido de equilibrio físico, cada movimiento que realiza en el plano sicológico o social es un movimiento dirigido a encontrar ese balance, a establecer el equilibrio entre sus necesidades personales y las exigencias de su sociedad. Sus dificultades no surgen de su deseo de rechazar tal equilibrio, sino de movimientos mal dirigidos a hallarlo y a mantenerlo.
Cuando estos movimientos lo llevan a un conflicto severo con la sociedad porque en su búsqueda del límite de contacto (el punto de equilibrio) se ha propasado trasgrediendo los límites de aquélla, lo denominamos criminal. Criminal es aquel que toma para sí funciones que tradicionalmente se definen como perrogativas del estado. El hombre que indebidamente se da estas funciones a sí mismo es, en nuestra sociedad, un criminal.
Cuando por el contrario, la búsqueda del equilibrio lo lleva a hacerse cada vez más a un lado, permitiendo que la sociedad obre con demasiado peso sobre él, que lo sobrecargue con sus exigencias alejándolo al mismo tiempo del vivir social, a empujarlo y moldearlo pasivamente. lo denominamos neurótico. El neurótico no puede ver claramente sus propias necesidades y por lo tanto no las puede satisfacer. No puede distinguir adecuadamente entre él mismo y el resto del mundo y tiende a ver a la sociedad más grande que la vida y a sí mismo más pequeño.
El criminal no puede ver las necesidades de los demás -y por lo tanto las pisotea- porque él tampoco puede distinguir adecuadamente entre él mismo y el resto del mundo. En contraste con el neurótico, tiende a verse a sí mismo más grande que la vida y a la sociedad más pequeña.
Entonces ¿qué es lo que hay en el campo organismo/ambiente que permite surgir tales perturbaciones en el equilibrio? Los sociólogos estudiarán el asunto en términos del ambiente. Psicólogos; Psiquiatras y Psicoterapeutas lo examinan viendo qué le ocurre al individuo.
A mí me parece que el desbalance surge cuando el individuo y el grupo experimentan, simultáneamente, necesidades diferentes y el individuo es incapaz de distinguir cuál es la necesidad dominante. El grupo puede ser la familia, el Estado, el círculo social, los colegas, cualquiera y todas las combinaciones posibles de personas que tienen una relación funcional particular en un momento dado El individuo que forma parte de este grupo vivencia su necesidad de contacto con él como uno de sus impulsos psicológicos de sobrevivencia más importantes, aunque no sienta esta necesidad con la misma agudeza en todo momento.
Pero cuando al mismo tiempo siente una necesidad personal, que para satisfacerla requiere retiro del grupo surgen los problemas. En la situación de conflicto de necesidades el individuo tiene que ser capaz de tomar una decisión precisa. Si hace esto, o se queda en contacto o se retira, sacrifica temporalmente la necesidad menos apremiante por la más apremiante, y esto es todo, ni i él ni el ambiente sufren consecuencias muy severas.
Pero cuando no puede discriminar, cuando no puede tomar una decisión o sentirse satisfecho con la decisión que ha tomado, ni hace buen contacto ni se retrae adecuadamente y ambos -ambiente y sujeto– se ven afectados. Pareciera que en todos los seres humanos hay una tendencia innata hacia lo ritual, la que podría definirse como la expresión de su sentido de identificación social, su necesidad de contacto con un grupo.
Esta tendencia no sólo la encontramos entre los hombres más primitivos, sino también entre grupos muy civilizados. Los juegos infantiles se componen principalmente de acciones rituales y repetición. Los desfiles militares, los festivales, las ceremonias religiosas, son todas expresiones de esta necesidad. La perversión de esta necesidad parece estar tras las neurosis compulsivas y obsesivas, perversiones que se manifiestan en necesidades aparentemente tan absurdas como la de lavarse las manos cada veinte minutos, este tipo de rito obsesivo siempre tiene raíces sociales y personales.
Sin embargo son capaces de mantener la forma social sin su contenido social y al mismo tiempo son incapaces de satisfacer las necesidades siempre cambiantes del individuo. En buenas cuentas son la forma más estéril de expresión: no dan nada ni al César ni al sí mismo.Sin embargo, la gente normal también suele sentir la necesidad de un ritual. Si en una ocasión importante no hubiera ritual ningún brindis, ningún apretón de manos. ningún discurso, ceremonia de ninguna especie- entonces el asunto entero se vería como sin significado y chato. El ritual le brinda a tales experiencias orden, forma y objetivo. En términos guestálticos podríamos decir que el ritual contribuye a hacer más clara la guestalt, hace que resalte más.
Por ejemplo. al enfrentamos con la muerte todos sentimos la necesidad de algun rito. Hasta el ciudadano más sofisticado v moderno (el mundo encontraría chocante si sencillamente nos deshiciéramos de nuestros muertos en bolsas desechables. Al mismo tiempo de satisfacer una necesidad profundamente arraigada en el individuo, el ritual tiene también un valor social.Porque el rito refuerza el valor de sobrevivencia que tiene la vida en grupo. Une a la gente.
El ejercitarse, por ejemplo, aumenta la coordenación de los participantes del ejercicio y al mismo tiempo aumenta su capacidad de actuar como grupo en defensa de las necesidades del mismoLa magia -que no es más que manipulación fantaseada del ambiente- sirve para incrementar el valor del grupo como medio de lograr sus metas. Se la utiliza para invocar el apoyo de poderes benéficos (aquellos que tendrían una catexis positiva) y para aniqui]ar poderes amenazadores (aquellos que tienen una catexis negativa).
Cualquiera que sea el valor que tiene para el grupo, el ritual interrumpirá -y esto es lo que pretende- algunos de los procesos espontáneos y personales de los individuos que forman el grupo. Una vez comprómetidos en el ritual, toda otra actividad es descartada como profana. El ritual exige y consigue con solemnidad y devoción, la más alta concentración digna de una necesidad de sobrevivencia primordial. Unicamente con la participación de la personalidad íntegra se consigue ese sentimiento religioso de existencia intensificada, de exaltación, de integración, sin disminuir la conciencia plena del individuo y del grupo, del sí-mismo y del otro y de la pertenencia del individuo al grupo.
Sin embargo esta intensificación del sentir es posible únicamente si la participación es ininterrumpida. La más leve interrupción -sea ésta del ambiente, o si se interrumpe en fantasÍa- el significado y la completa integración de la actividad se pierde. Ahora supongamos que en el transcurso de la actividad grupal o del ritual, el individuo súbitamente toma conciencia de su necesidad personal de sobrevivencia, que aparece más dominante que su participación en el ritual.
Supongamos que en medio de la función un integrante del coro encuentra que tiene que orinar. Su necesidad de sobrevivencia se entromete profanamente en el acto solemne. Tenemos entonces tres posibilidades: el individuo puede retirarse (eso sí que calIadamente para no lIamar la atención), puede forzar su necesidad completamente empujándola al fondo y obligarla, al menos temporalmente a que desaparezca. o también puede vacilar entre sus necesidades y las necesidades del grupo. En este último caso intentará mantenerse en contacto con el ritual, dándole una ubicación de dominancia; pero no lo consigueEstará ahora ante un conflicto entre el miedo y la impaciencia.
El sujeto podrá expresar lo que está experimentando de éste con estas palabras: “Quiero orinar: ojalá pudiera interrumpir la sesión, pero queremos continuar.No nos gusta ser perturbados. Además no es de buenas costumbres perturbar a los demás, de modo que oja]á no tuviera que orinar y me tendré que controlar. Ojalá que mi vejiga no me molestara. Realmente es una molestia
Bajo esta afirmación aparentemente inofensiva subyace una serie de confusiones que pueden llevar a la neurosis. El que así habla aparentemente es incapazde distinguir adecuadamente entre sí mismo y el ambiente. Su afirmación contiene los cuatro mecanismos de perturbaciones de limites que la terapia Guestáltica encuentra tras la neurosis. Desde luego que esto no significa que quien hace tales declaraciones es un neurótico declarado.
Significa que las actitudes que están tras su afirmacIón, de seguir su libre curso al representar una modalidad continua de pensamiento y conducta, lIegarán a transformarse en actitudes neuróticas floridas manifiestas. De modo que dejemos a nuestro sujeto por un momento y veamos qué son estos mecanismos neuróticos y cómo se desarrollan. Luego podremos volver a él y ver cómo esta sencilla situación puede ser el modelo para el desarrolIo de las configuraciones neuróticas.
Todas las perturbaciones neuróticas surgen de la incapacidad del individuo por encontrar y mantener el balance adecuado entre él mismo y el resto del mundo. Tienen en común el hecho de que en la neurosis, el límite social y ambiental se siente extendiéndose demasiado por sobre el individuo. El neurótico es el hombre sobre el cual la sociedad actúa con demasiada fuerza Su neurosis es una maniobra defensiva para protegerse a sí-mismo de la amenaza de ser aplastado por un mundo avasallador. La neurosis es su técnica más efectiva para mantener su balance y su sentido de auto-regulación en una situación en la cual siente que la suerte no le favorece.
Aunque asumimos que en las neurosis los disturbios del límite operan primordialmente a través de cuatro mecanismos distinguibles entre sí, sería poco realista decir que un tipo determinado de comportamiento neurótico es el resultado de la operación de uno de ellos aisladamente.
Tampoco sería razonable sostener que un tipo determinado de confusión acerca del límite (boundary) -un tipo único del balance en el campo organismo/ambiente- produce neurosis o es evidencia de una configuración neurótica. Desde luego que hay ciertas situaciones donde esto ocurre y conducen a lo que en psiquiatría se denomina las neurosis traumáticas.
Las neurosis traumáticas son esencialmente configuraciones de defensa que surgen como un intento del individuo por protegerse de una intrusión aterradorade la sociedad o de un choque ambiental: Por ejemplo, qué ha experimentado el niño de dos años de edad cuyos padres lo han dejado encerrado durante toda la noche en un guardarropas obscuro.
La conducta de ellos lo ha reducido a una nada, en realidad a menos que nada; a un objeto de manipulación sin derechos ni poderes propios.Ya no existe un “é!” sino solamente un “ellos” y lo que “ellos” pueden hacer. Al defenderse de esta situación es posible que el niño desarrolle esquemas rígidos de conducta. y éstos persistirán durante largo tiempo incluso después que ya no haya peligro.
Fueron suscitados por un trauma, pero siguen operando incluso largo tiempo después que el trauma ha dejado de existir. Sin embargo las perturbaciones de límite que existen en la mayoría de las neurosis son mucho menos dramáticas que éstas, Son más bien interferencias majaderas, crónicas y cotidianas en el proceso de crecimiento
INTROYECCION
Todos nosotros crecemos mediante el ejercicio de la capacidad de discriminar, la que en sí misma es función del límite entre lo propio y lo otro. Tomamos algo del ambiente, le devolvemos algo al ambiente. Aceptamos o rechazamos lo que el ambiente tiene para ofrecernos. Podemos crecer únicamnte si en el proceso de tomar, digerimos plenamente y asimilamos plenamente. Lo que hemos asimilado verdaderamente del ambiente pasa a ser nuestro para hacer lo que nos plazca. Lo podemos retener o lo podemos devolver en su forma nueva, su destilación a través de nosotros.
Pero lo que tratamos íntegro, aquello que aceptamos indiscriminadamente,lo que ingerimos en vez de digerir, pasa a ser un parásito, un cuerpo extraño que hace de nosotros su morada. No forma parte nuestra aun que presente la apariencia de serlo. Aún es parte del ambiente. Es fácil ver este proceso de crecimiento por asimilación de desestructuración y digestión- desde un punto de vista físico.
Crecemos y nos mantenemos mediante alimentos que no nos tragamos enteros, sino mediante alimentos que masticamos (con lo cual comienza el proceso de desestructuración) y digerimos (con lo cual se continúa el proceso cambiando aún más allá los alimentos hasta llegar a partículas químicas que el cuerpo puede utilizar). El alimento físico una vez adecuadamente digerido y asimilado, pasa a ser parte nuestra, se convierte en hueso, músculo y sangre. Pero alimentos que son tragados enteros, que engullimos, por así decir, no porque lo queremos sino por obligación, yacen pesadamente en el estómago Nos ponen incómodos, queremos vomitarlos y sacarlos de nuestros sistemas Si no lo hacemos, si suprimimos nuestra incomodidad, nuestra náusea y nuestro deseo de deshacemos de ellos, entonces finalmente logramos digerirlos dolorosamente o incluso nos intoxican.
El proceso psicológico de la asimilación es muy parecido a su contrapartida fisiológica. Conceptos, datos, patrones de conducta, valores morales, éticos, estéticos y políticos, todos provienen originalmente del mundo externo ,o hay nada en nuestras mentes que no provenga del ambiente, de alguna manera, pero no hay nada en el ambiente para lo cual no haya una necesidad organísmica, ya sea ésta física o fisiológica.
Estas tienen que ser digeridas y dominadas si han de convertirse verdaderamente en propias, verdaderamente en una parte de la personalidad tales actitudes, modos de actuar, de sentir y evaluar sin digerir, en psicología se les denomina introyectos y el mecanismo mediante el cual estos cuerpos extraños son agregados a la personalidad nosotros le llamamos introyección.
No niego que en algunas oportunidades este proceso de tragar algo entero tiene cierta utilidad. El estudiante que la noche antes del examen engulle conocimientos apresuradamente para sacar una nota pasable, tiene una razón legítima para hacerlo. Pero si se ilusiona a sí mismo creyendo que ha aprendido algo de su estudio forzado, tendrá un severo golpe cuando seis meses después sea interrogado sobre el mismo tema. Ya que en ese lapso habrá olvidado gran parte de lo que “aprendido”.
En otras pa1abras, los alimentos psicológicos que nos presenta el mundo -el alimento de datos y actitudes sobre los cuales se construye nuestra personalidad tiene que ser asimilado exactamente del mismo modo corno nuestro alimento real. Tiene que ser desestructurado, analizado, desarmado y luego armado del modo corno sea de mavor valor para nosotros.
Si sencillamente se traga entero. no contribuye en absoluto al desarrollo de nuestra personalidad. Por el contrario, se torna en algo semejante a una casa tan repleta de posesiones de otras personas que no hay lugar para los muebles propios, Por lo tanto el peligro de la introyección es doble: En primer lugar el hombre que introyecta nunca tiene la oportunidad de desarrollar su propia personalidad porque está tan ocupado asegurando los cuerpos extraños alojados dentro de su sistema.
Mientras mayor es el número de introyectos con que se ha aparejado, menos lugar hay para que él se exprese e incluso descubra lo que él mismo es. Y en segundo lugar, la introyección contribuye a la desintegración de la personalidad. Si uno se traga entero dos conceptos incompatibles uno podrá encontrarsea sí mismo hecho pedazos en el proceso de tratar de reconciliarlos. Una de éstas puede resumirse en la Regla de Oro “tratad a los demás como te gustaría que te tratasen a ti”. La otra es. la ley de la sobrevivencia del más fuerte que ha sido reducida al slogan “el hombre es lobo para el hombre” (“homo hominis lupus”).
La introyección es entonces el mecanismo neurótico mediante el cual incorporamos dentro de nosotros mismos, patrones, actitudes, modos de pensar y actuar que no son verdaderamente nuestros. En la introyección hemos corrido el límite entre nosotros y el resto del mundo tan demasiado hacia dentro de nosotros mismos que casino queda nada de nosotros. Cuando el introyector dice “yo pienso” generalmente quiere decir”ellos piensan”.
PROYECCION
El reverso de la introyección es la proyección. Tal como la introyección es la tendencia a hacer de sí mismo (self) responsable de lo que de hecho es parte del ambiente, así también la proyección es la tendencia de hacer responsable al ambiente de lo que se origina en el sí mismo (self). Clínicamente reconocemos que la paranoia, caracterizada por el desarrollo de un sistema altamente organizado de ilusiones, es el caso extremo de la proyección. Se ha visto en caso tras caso, que el paranoico es una personalidad altamente agresiva) que siendo incapaz de soportar la responsabilidad. de sus propios deseos y sentimientos se los adjudica a objetos o personas en el ambiente. Su convicción de que está siendo perseguido es de hecho la afirmación misma de que quisiera perseguir a otros.
Pero la proyección existe también en formas menos extremas que ésta y tenemos que tener cuidado en distinguir entre proyección, que es unproceso patológico y las suposiciones basadas en la observación, lo cual es normal y sano. La mujer sexualmente inhibida que se queja de que todo el mundo le hace avances, o el hombre altivo, frío. retraído que acusa a los demás de ser poco amistosos con él, son ejemplos de proyección neurótica. En estos casos los individuos han hecho suposiciones basadas en sus propias fantasías y no han reconocido que son solamente suposiciones.
Además han rehusado reconocer su origen. La creación artística también exige un tipo de comportamiento imaginativo proyectivo. A menudo el novelista llega a proyectarse literalmente en sus personajes y se convierte en ellos mientras escribe acerca de ellos. Pero nuevamente, a diferencia del neurótico proyectivo, no padece de la confusión de identidad El sabe hasta dónde llega él y dónde comienzan sus personajes, aunque alcalor de la actividad creativa puede perder, temporalmente, su sentido de límite y convertirse en otra persona.
El neurótico no usa el mecanismo de la proyección únicamente en relación a sus quehaceres con el mundo que está afuerade él mismo. También lo usa en sí mismo. No sólo tiene la tendencia de desposeer sus propios impulsos, sino que también tiende a desposeer aquellas partes de él mismode donde se originan aquellos impulsos. Les confiere, por así decir, una existencia objetiva fuera de él, de modo que puede culparlos de sus problemas sin encarar el hecho de que son parte de él mismo.
En lugar de ser un participante activo de su propia vida, el proyector se convierte en un objeto pasivo, víctima de las circunstancias.y de auto-reconocimiento; procesos mediante los cuales logramos el autoapoyo y la madurez.
Y cualquiera que sea la forma específica que tomen estas interferencias e interrupciones al proceso de crecimiento, siempre resultan en la aparición de confusiones continuadas entre lo propio (the self) y lo otro (the other).
En la proyección trasladamos el límite entre nosotros y el resto del mundo un poco demasiado a nuestro favor, de un modo que nos hace posible desposeer y renunciar a aquellos aspectos de nuestra personalidad que encontramos difíciles y ofensivas o poco atractivas. Por lo general son los introyectos los que nos llevan a los sentimientos de poca aceptación del sí mismo y de autoalienación que producen las proyecciones
La personalidad introyectante que se confiere en el campo de batalla de ideas no asimiladas en guerra entre sí, encuentra su paralelo en la personalidad proyectiva, que hace del mundo el campo de batalla donde deben guerrearse sus conflictos privados. La persona excesivamente cautelosa, la cual le dice a uno que quiere tener amigos y ser querido, y que al mismo tiempo declara: No se puede confiar en nadie, todos quieren despojarlo a uno al menor descuido, es en esencia un proyector.
CONFLUENCIA
Cuando el individuo no siente ningún límite entre él mismo y el ambiente que lo rodea, cuando siente que es uno co n él, se dice que está en confluencia con el ambiente.Las partes y el todo se hacen indisitinguibles entre sí. Los niños recién nacidos viven en confluencia; no tienen ningún sentido de distinción entre dentro y fuera, entre ellos mismos y el otro. En momentos de extasis o concentración extrema, la gente adulta también se puede sentir confluyendo con su ambiente. El ritual exige este sentIdo de confluencia donde los límites desaparecen y el individuo se siente más él mismodebido a que está tan identificado con el grupo. Una de las razones por las cuales el ritual produce un sentido de exaltación y vivencia enriquecida es que normalmente sentimos en forma bastante aguda el limite entre el yo-mismo y el otro, y su disolución temporal es experimentada como algo muy impactante.
Pero cuando este sentido de identificación total es crónico y el individuo es incapaz de ver la diferencia entre él mismo y el resto del mundo, está psicológicamente enfermo. No puede vivenciarse a sí mismo pues ha perdido todo sentido de sí mismo. La persona en la cual la confluencia es un estado patológico no nos puede decir qué es ella ni puede decirnos lo que son los demás. No sabe hasta dónde llega ella misma y dónde comienzan los demás.No se da cuenta del límite entre si mismo y los demás, no puede hacer un buen contacto con ellos. Tampoco puede retirarse de ellos de verdad. Ni siquiera puede contactarse consigo mismo.
Estamos compuestos por millones de células. Si fuésemos una confluencia seríamos una masa informe y no habría organización posible. Por el contrario, cada célula está separada la una de otra por una membrana porosa, y esta membrana es el sitio de contacto y de discriminación en que se define lo que es “aceptado” y lo que es “rechazado”.
Sin embargo, si nuestras partes componentes, que no sólo operan como partes del ser humano total, sino que también realizan algunas funciones particulares, son juntadas y mantenidas en una confluencia patológica, entonces ninguna de ellas podría realizar su trabajo adecuadamente. Tomemos como ejemplo una inhibición crónica. Supongamos que en varias oportunidades Ud. tuvo deseos de llorar pero no se lo permitió, contrayendo deliberadamente los músculos del diafragma.
Supongamos más aún que esta forma de comportamiento, que originalmente surgió como un esfuerzo consciente por suprimir la necesidad de llorar, se convirtiera en algo habitual y automático. La respiración y la necesidad de llorar se confundirían y se harían confluyentes entre sí. Entonces habríamos perdido ambas actividades, la capacidad de respirar libremente y la capacidad de llorar. Incapaz de sollozar, nunca soltaría ni concluiría su pena; es incluso posible que luego de transcurrido un tiempo olvidaría el motivo de su pena.
Tanto la necesidad de sollozar, por una parte, como la contracción del diafragma como defensa en contra de la expresión de esta necesidad, forman una línea de batalla única y estabilizada de actividad y contractividad. Esta lucha perpetua transcurre todo el tiempo y en forma aislada del resto de la personalidad.
El hombre que está en confluencia patológica hace un ovillo de sus necesidades, sus emociobnes y sus actividades, resultando una confusión tal, que ya no se da cuenta de qué es lo que quiere hacer, ni como ni como se lo está impidiendo. Esta confluencia patológica yace detrás de las enfermedades ahora reconocidas como psicosomáticas.Si la confusión entre la respiración y el sollozar, que mencionábamos antes, se mantiene por el tiempo suficiente, puede resultar un asma.La confluencia patológica tiene también serias consecuencias sociales.
En la confluencia, se exige similitud y se niega la tolerancia de las diferencias. A menudo encontramos esto en padres que consideran a sus hijos como meras extensiones de ellos mismos. Tales padres carecen de la noción de que sus hijos están destinados a ser destinados a ser distintos a ellos en al menos algunos aspectos. Y si los hijos no son confluyentes y no se identifican con las exigencias de sus padres, se encontrarán conrechazo y alienación: “Tú no eres hijo mío”, “Yo no quiero a un niño tan travieso”.
Cuando el hombre que está en confluencia patológica dice “nosostros” uno no puede saber de que está hablando si de sí mismo o del resto del mundo, a perdido completamente el sentido del límite.
RETROFLEXION
El cuarto mecanismo neurótico puede llamarse retroflexión, que literalmente significa”volverse atrás intensamente en contra”, El retroflector sabe cómo trazar una línea demarcatoria entre él y el ambiente y dibuja una línea clara y nítida por la mitad, pero la traza por el medio de sí mismo. El introyector hace lo que los demás quieren que haga. El proyector le hace a los demás lo que él acusa a los demás de hacerle a él. El hombre en confluencia no sabe quién le está haciendo qué cosa a quién, y el retroflector se hace a sí mismo lo que le gustaría hacer a otros.
Cuando alguien retroflecta una conducta, se trata a sí mismo como originalmente quería tratar a otras personas u objetos. Deja de dirigir sus energías hacia afuera en un intento de manipular y llevar a cabo cambios en el ambiente que le satisfarán sus necesidades, más bien, reorienta su actividad hacia adentro y se sustituye a sí mismo por el ambiente como objetivo del comportamiento. En la medida que hace esto, divide su personalidad en “hacedor” y en “hecho a”.
Literalmente llega a constituirse en el peor enemigo de sí mismo.Obviamente ningún ser humano puede pasar su vida dando rienda suelta a sus impulsos al menos algunos tienen que ser controlados. Pero el resistir impulsos destructivos deliberadamente es bastante diferente que volverlos en contra de uno mismo.¿Cómo se pone de manifiesto el mecanismo de la retroflexión? Tal como la introyección se muestra en el pronombre “yo”, cuando realmente quiere significar “ellos”.
Tal como la proyección se muestra en el uso del pronombre “it o ellos”, cuando el significado real es “yo”; tal como la confluencia se muestra en el uso del pronombre “nosotros”, cuando el significado real es cuestionable, así la retroflexión se muestra en el uso del reflejo “yo mismo”.
El retroflector dice “tengo vergüenza de mí mismo” o también “tengo que forzarme a mí mismo para hacer este trabajo”. Hace una serie casi interminable de afirmaciones de este tipo, todas basadas en la comprensión de que él y el mismo son dos personas diferentes. La confusión entre el sí mismo (self) y el otro que yace tras la neurosis se muestra en la confusión total acerca de sí mismo. Para el neurótico, el sí mismo es o una bestia o un ángel, pero el sí mismo nunca es yo mismo.
Freud al describir el desarrollo de la personalidad contribuyó a esta confusión. Habló acerca del ego (el “yo”), el id (las tendencias orgánicas), y el super-ego (la conciencia) y describió la vida psíquica individual interminable e irrompible consigo mismo, el hombre lucha hasta su muerte. El retroflector pareciera que está actuando de acuerdo a la imagen freudiana del hombre Pero deténganse un momento a considerar lo que realmente es el superego. Si no es parte del sí mismo, del “yo”, del ego, por necesidad debe ser entonces un montón de introyectos, de actitudes no asimiladas y de planteamientos impuestos al individuo por el ambiente.
Freud habla de la introyección como parte del proceso moral del crecimiento; dice, por ejemplo, que el niño introyecta las buenas imágenes parentales y las establece como sus ideales de ego. El ego entonces tambén llega a ser un conglomerado de introyectos.
Sin embargo, todos los problemas no surgen en relación a la identificación infantil con los padres “buenos”, sino en relación a la identificación con los padres “malos”. De hecho, el niño no introyecta las actitudes y la ética de los padres “buenos”, Las asimila. Puede que no se dé cuenta de lo que hace en términos complicados y en jerga psiquiátrica, pero está traduciendo las actitudes tras la conducta satisfactoria de sus padres en términos que él puede entender; reduciéndolos, por así decir, al mínimo común múltiplo y luego asimilándonos en su nueva forma, una forma que él puede usar.
El no puede hacer lo mismo con las “malas” actitudes de sus padres; no tienen medios para encararlas y ciertamente ningún deseo innato para hacerles frente así es como tiene que tomarlas como introyectos indigeridos. Y ahí comienzan los problemas. Porque ahora tenemos una personalidad compuesta no ya de ego y superego, sino de yo y no yo, de sí mismo y autoimagen. Una personalidad tan confusa que se hace imposible distinguir una de la otra, ciertamente esta confusión en la identificación es la neurosis .
Y ya sea que se manifieste primariamente a través del mecanismo de la introyección o de la proyección o de la retroflexión o de la confluencia, su marca de fábrica es la desintegración de la personalidad y la falta de coordinación en el pensamiento y la acción. La terapia consiste en identificar las falsas identificaciones. Si la neurosis es el resultado de “identificaciones malas”, la salud es el resultado de “buenas identificaciones” Desde luego que esto deja abierta la cuestión de cuáles son buenas y cuáles son malas identificaciones.
Creo que la respuesta más simple y satisfactoria y que a la vez se basa en la realidad observable es que las “buenas” identificaciones son aquellas que promueven las satisfacciones y las realizaciones de objetivos del individuo y su ambiente. y “malas” identificaciones son aquellas que resultan en un aplastamiento y frustración del individuo, o en una conducta destructiva hacia su ambiente; porque el neurótico no solo se hace miserable a sí mismo, sino que tambiéncastiga a todos aquellos que se interesan por él con su comportamiento autodestructivo. Por lo tanto, en terapia tenemos que restablecer la capacidad del neuróticode discriminar.
Tenemos que ayudarle a descubrir que es él mismo y que no es él mismo; lo que realiza y lo que lo frustra.Tenemos que guiarlo hacia la integración. Tenemos que asistirlo en su búsqueda del balance y de los límites adecuados entre él mismo y el resto del mundo, es facil decir sencillamente “se tu mismo” pero, para el neurótico hay miles de obstáculos en el camino. Entendiendo ahora los mecanismos cómo el neurótico se impide ser él mismo, podemos dedicamos a intentar remover los obstáculos, uno por uno.

El enfoque gestáltico / Testimonios de terapia
Fritz Perls
Editorial Cuatro Vientos