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Estrés crónico y laboral

El trabajo es la representación del mundo afectivo propio y de la valoración de los medios extrínsecos que una persona tiene para llevar a cabo esas necesidades. Todo estímulo que conlleve una respuesta requiere de movimiento u acción que se transforma en un acto, este en sí mismo ocasiona una serie de movimientos sinápticos a nivel celular que mueven y desplazan la energía corporal en su conjunto.
El organismo trabaja sistemáticamente acorde a la información sensorial y su percepción correspondiente, es un continuo sin fin totalmente intrínseco, que entra en relación con las cualidades extrínsecas con las que se relaciona, y que funciona de acuerdo a relaciones formales sistémicas, el trabajo en sí mismo es movimiento. El organismo no descansa ya que es un sistema biológico en un continuo intrínseco, los distintos sistemas orgánicos nutren y proveen continuamente el sistema para que este pueda existir, todo es en sí mismo trabajo, y todo es la expresión de lo que la persona es.
Si vemos las propiedades descriptivas del concepto “trabajo” en nuestro diccionario, encontramos como primera acepción que trabajo es “acción y efecto de trabajar”, esto es universal ante cualquier circunstancia y es puramente intrínseco y da como producto otras dos definiciones de trabajo: “resultado de la actividad humana” y “cosa producida por un agente”, vemos así que el concepto está referido a cualquier circunstancia relacionada con la actividad humana, de momento es puramente intrínseco.
Si seguimos con las propiedades descriptivas nos encontramos que trabajo es el “esfuerzo humano aplicado a la producción de riqueza”, lo intrínseco, el esfuerzo, está provocando riqueza, aquí entramos en la concepción extrínseca del concepto, la participación de lo intrínseco en un todo extrínseco al cual le aporta su esfuerzo, y del que pasa a formar parte en un sentido de pertenencia.
Esto nos lleva a la valoración económica del trabajo: “ocupación retribuida” y “precio que se paga por ese trabajo”, y “conjunto de asalariados de un país, o de un sector concreto” conceptos que implican contacto con un todo y relación con los otros, donde entran a formar parte los conceptos sistémicos internos, que se concretan en normas, pautas y patrones que forman el conjunto de reglas o principios de la persona, el reino del sentido, que incluye pensamientos, ideas, conceptos formales, interpretaciones, creencias, dogmas e intuiciones económicas.
Así el concepto de trabajo está mediatizado por la relación entre dimensiones, desde la experiencia inmediata del quehacer cotidiano, ideas y creencias sistémicas, y el conjunto de valoraciones extrínsecas en función de la actividad laboral de la persona, es la expresión conjunta de lo que la persona es.
El trabajo es la acción de trabajar, y este es un concepto puramente extrínseco ya que trabajar conlleva estar en relación con algo o alguien, que es con quien se establece el acuerdo de colaboración. El término trabajar conlleva distintas apreciaciones en función de su finalidad:
-Ocuparse en cualquier actividad física o intelectual.
-Tener una ocupación remunerada en una empresa, una institución, etc.
-Ejercer determinada profesión u oficio.
-Dicho de un establecimiento o de un organismo: Desarrollar su actividad.
-Colaborar o mantener relaciones con una empresa o entidad.
-Intentar conseguir algo, generalmente con esfuerzo.
-Aplicarse o dedicarse con esfuerzo a la realización de algo.
-Elaborar o dar forma a una materia, o cultivar la tierra.
Estas finalidades del concepto “trabajo” nos puede llevar a la otra concepción del trabajo en el diccionario: Dificultad, impedimento o perjuicio. Así podemos contemplar el trabajo desde una doble vertiente,por un lado es una fuente de beneficios importantes para el equilibrio psicosocial de la persona; satisfacción, acceso a bienes sociales, beneficios económicos, apoyo social, creación del rol laboral o profesional, y por otro lado puede ocasionar incompatibilidad con otras actividades de la persona, por dedicación excesiva del esfuerzo personal al mismo, lo que puede traer estrés personal y problemas psicológicos, psicosomáticos y clínicos por mal ambiente laboral, presión o sobrecarga del mismo por excesiva demanda, o por desequilibrio entre capacidad intrínseca y demanda extrínseca, o por falta de apoyo social.
Los factores psicosociales en el trabajo son el conjunto de percepciones y experiencias del trabajador; unas de carácter individual, otras referidas a las expectativas económicas o de desarrollo personal y otras a las relaciones humanas y sus aspectos emocionales. El enfoque más común para abordar las relaciones entre el medio ambiente psicológico laboral y la salud de los trabajadores es a través del concepto de estrés, el medio ambiente de trabajo, en conjunto con el estilo de vida, provocan la acción de factores psicológicos y sociales negativos.
Factores que son interacciones entre trabajo, medio ambiente, satisfacción laboral y las condiciones de la organización por un lado, y por otra parte las características personales del trabajador, sus necesidades, su cultura, sus experiencias y su percepción del mundo. Los principales factores psicosociales generadores de estrés presentes en el medio ambiente de trabajo involucran aspectos de organización, administración y sistemas de trabajo y desde luego la calidad de las relaciones humanas.
Así, el crecimiento económico de la empresa, y el aumento de la productividad y la estabilidad de la organización dependen además de los medios de producción, de las condiciones de trabajo, de los estilos de vida, así como del nivel de salud y bienestar de sus trabajadores.
En la actualidad se producen acelerados cambios tecnológicos en las formas de producción que afectan consecuentemente a los trabajadores en sus rutinas de trabajo, modificando su entorno laboral y aumentando la aparición o el desarrollo de enfermedades crónicas por estrés. (Ortega V. Joel, 1999 México D.F.)
El estrés en el trabajo aparece cuando las exigencias del entorno laboral superan la capacidad de las personas para hacerles frente o mantenerlas bajo control (Banchs, González & Morera, 1997), Cano (2002) señala que “hablamos de estrés cuando se produce una discrepancia entre las demandas del ambiente, y los recursos de la persona para hacerles frente”.
En la activación biológica, que es la capacidad adaptativa que dispone la persona para responder con eficacia a las situaciones que lo requieran, intervienen todos los procesos psicológicos básicos (percepción, atención, memoria, pensamiento, emoción, lenguaje, motivación y aprendizaje), y es la dinamizadora de la actividad de la persona provocando un afrontamiento ante el estresante, en función de su capacidad de respuesta, que conlleva un proceso adaptativo, una generación de recursos propios y un aumento en general de su productividad.
No obstante, cuando este proceso de activación biológica despierta elevada intensidad, es demasiado frecuente o dura mucho tiempo, los propios recursos se agotan y llega el estrés laboral y en consecuencia la pérdida de rendimiento. Para llevar a cabo determinadas tareas complejas, o para aumentar el ritmo productivo en tareas simples, es necesario un grado de activación, sin embargo, un exceso de activación dificulta la realización de las actividades.
El estrés laboral es considerado como un proceso interactivo en el que la demanda extrínseca provoca l desadaptación de la característica intrínseca de la persona, si la demanda de la situación supera los recursos intrínsecos, se irá produciendo una situación de estrés en la que la persona intentará generar recursos, no disponibles en primera instancia, para atender la demanda de la situación. Así, los factores psicosociales que inciden en el estrés laboral tienen que ver con las demandas de la situación (extrínseco, o contexto laboral) y con la capacidad intrínseca de la persona.
El estrés laboral es un conjunto de fenómenos somáticos y psicológicos que van ocurriendo en la condición holística del trabajador, motivados por la participación de factores estresantes derivados directamente del trabajo, o por motivo de este, y que pueden afectar su salud.
Es un tipo de estrés crónico, ya que es gradual, y de larga duración, no es una sucesión de situaciones, sino un continuo, causa problemas en el tiempo y tiene un final previsiblemente problemático, Sandín (1999) cita a Wheaton (1996), “no comienza necesariamente como un suceso, sino que se desarrolla lenta e insidiosamente como una condición problemática y continua en nuestro ambiente social y en nuestros roles, y típicamente, desde que aparece hasta que termina, posee un curso temporal más largo que los sucesos vitales”.
El contexto, o entrono de trabajo, es de suma importancia para la capacidad de respuesta de la persona en función de la precisión o indefinición que presente el mismo, cuando la situación a afrontar por el trabajador, y el comportamiento está definido por la organización con claridad las variables personales son poco importantes.
Por el contrario, si la situación no está definida a nivel organizacional ésta se presta a la interpretación de la persona, siendo en este caso la característica individual más determinante en la relación laboral. Tomando en cuenta, de la misma forma, lo intrínseco de cada persona, es decir las diferencias individuales. Cada quien reacciona y actúa de manera única, independiente del contexto, ante cada factor estresante.
Las consecuencias del estrés laboral también pueden producir un deterioro en el ámbito laboral, influyendo negativamente en las relaciones interpersonales, en el rendimiento y en la productividad. A nivel organizacional puede producir aumento de absentismo e incapacidad, de costes sanitarios y seguros, y de planificación y desarrollo empresarial.
Es evidente en la cultura globalizada el enorme coste humano y económico que el estrés genera en el mundo laboral.
(González Cabanach, 1998), clasifica los factores estresantes en; factores intrínsecos al propio trabajo, factores relacionados con las relaciones interpersonales, factores relacionados con el desarrollo de la carrera profesional, y factores relacionados con la estructura y el clima organizacional. En función del sistema económico que impone la sociedad globalizada, donde prima la productividad, sobre otros valores, o factores humanos o sociales, es muy amplia la investigación sobre estresantes en el mundo laboral:
• –Estresores del medio ambiente; Condiciones inadecuadas o precarias, deficiente iluminación o ventilación, excesivo ruido, temperatura inapropiada, restricción de espacio, constante riesgo físico, contaminación, conflicto laboral, falta de seguridad laboral, trabajo no solidario.
• –Estresores de la actividad; Trabajo monótono o rutinario con poca satisfacción laboral, ritmo apresurado o carga excesiva, nula autonomía, exigencias desmedidas o contradictorias, excesiva actividad física o excesiva jornada laboral, rotación horaria, competencia desleal, decisiones complejas con falta de la preparación adecuada (nula formación o planes de desarrollo).
• –Estresores de la organización; Liderazgo inadecuado, conflictos de autoridad, ausencia de incentivos o motivación, salario insuficiente, manipulación o coacción sistémica, atribuciones aleatorias o inapropiadas, planificación deficiente, falta de información, supervisión lesiva, restricción a la creatividad o iniciativa, menosprecio, degradación o aislamiento laboral, falta de representación sindical o jurídica, falta de atención clínica.
Sandin en 2003, citando a Pearlin (1989), cita los siguientes estresores crónicos:
• –Por sobrecarga de roles, la demanda excede la capacidad de la persona.
• –Conflictos interpersonales en conjunto de roles, problemática entre roles complementarios. (esposo-esposa, obrero-jefe)
• –Conflicto entre roles, demandas incompatibles entre diversos roles (laborales y familiares)
• –Cautividad de rol, personas que no se hacen cargo de un rol que les incumbe (amas de casa).
• –Reestructuración de rol, cambios asociados a la evolución del propio rol, (cuidado de padres)
-Estresantes crónicos ambientales, (enfermedad crónica, barrio marginal, pobreza).
El estrés laboral es un estrés crónico ya que los agentes estresantes pueden pervivir durante mucho tiempo, y en consecuencia provocar perturbaciones o enfermedades de carácter permanente, cuando se trate de un estrés agudo o transitorio puede ocasionar inicialmente alteraciones fisiológicas, pero su persistencia crónica produce finalmente alteraciones de carácter psicológico y en ocasiones fallos en órganos vitales.
Los síntomas del estrés laboral pueden abarcar diferentes áreas:
Emocionales: ansiedad, depresión, agresividad, hostilidad e ira, baja autoestima, sentimientos de culpa, aislamiento, explosiones emocionales.
Cognitivos: falta de control, desorientación o confusión, incapacidad para tomar decisiones, problemas atencionales, falta de concentración, frecuentes olvidos, bloqueo mental, preocupación excesiva, hipersensibilidad.
Conductuales: accidentes, desarreglos alimenticios, consumo de alcohol y tabaco, habituación o dependencia a opiáceos o psicofármacos, conductas impulsivas, habla rápida e imprecisa, temblores, tartamudeo, precipitación a la hora de actuar, voz entrecortada, risa nerviosa y bostezos frecuentes.
Fisiológicos: el estrés aumenta la vulnerabilidad a infecciones, enfermedades autoinmunes, fatiga crónica, artritis, enfermedades crónicas como la diabetes, hipertensión, cefaleas y dolores de cabeza, dolores musculares (calambres y contracturas, rigidez), problemas gastrointestinales; (úlceras, colitis ulcerosa, gastritis), dificultades respiratorias; (opresión torácica, asma bronquial, hiperventilación), problemas dermatológicos; (prurito, dermatitis, sudoración excesiva, alopecia), aumento del ritmo cardíaco y presión arterial, con lo que el estrés laboral es un factor de riesgo de eventos cardiovasculares; (enfermedad coronaria, alteraciones del ritmo cardiaco).
El mantenimiento de estos efectos puede provocar la cronicidad de la sintomatología, y en consecuencia el desarrollo de trastornos psicológicos asociados al estrés; trastornos de ansiedad y del sueño, fobias, obsesiones y compulsiones, drogodependencias, trastornos sexuales, anímicos y afectivos, de la alimentación y de la personalidad. Problemática que deteriora la calidad de vida, tanto en relaciones interpersonales, como en las familiares, como laborales, pudiendo provocar la ruptura de dichas relaciones.

Modelos Explicativos Del Estrés Laboral.

Demanda-Control (grado de libertad de decisión). Karasek.

El modelo explica el estrés laboral en función del balance entre las demandas psicológicas del trabajo (volumen del mismo, exigencia en tiempo y características relacionales), y del nivel de control sobre éstas, es decir, la autonomía para desarrollar habilidades propias. El estrés es el resultado de la interacción entre las elevadas demandas psicológicas y la baja libertad en la toma de decisiones. El estrés elevado se produce al conjugarse una alta demanda psicológica y una baja libertad de decisión, lo que conlleva un riesgo patológico, la motivación laboral se consigue en el aumento tanto de la demanda como de la libertad de decisión.
Con posterioridad Karasek incluyó una tercera dimensión, el apoyo social en el trabajo, esta dimensión constituye un factor de riesgo independiente (bajo-alto apoyo), y modifica el posible estrés laboral, así el riesgo de alta tensión puede aumentar en situaciones de bajo apoyo social (aislamiento), y al contrario, en situaciones de apoyo (trabajo en equipo), podría disminuir la tensión. Dos componentes del apoyo social son las relaciones sociales en el trabajo en términos cuantitativos, y el grado de apoyo instrumental recibido en el mismo, es decir, la medición real del apoyo, y el apoyo percibido.
El cuadro general presenta:
• -Trabajos de alto estrés (mayor demanda y menor capacidad de decisión). Controladores aéreos, informáticos, cajeros, empleados de servicios.
-Trabajos de bajo estrés (Baja demanda y alto control) Arquitectos, vendedores, oficios manuales, vendedores, científicos.
-Trabajos activos (Alta demanda y alta capacidad de decisión) Psicólogos, médicos, directivos y ejecutivos, profesores.
-Trabajos Pasivos (Baja demanda y bajo control) Camioneros, porteros, vigilantes, peones, oficinistas.

Modelo de Esfuerzo-Recompensa de Siegrist.

Es una modificación del modelo demanda-control, en este modelo la dimensión relacionada con la tarea puede no ser la causa más importante del estrés. La importancia de los roles sociales, y el pertenecer a un grupo significativo, definen la falta de reciprocidad o equidad entre beneficio personal y exigencia laboral como agente causante de un estado de estrés. Asimismo la intensidad de las emociones negativas, como en el caso del burnout, puede ser causa prioritaria.
De la misma forma las características propias del afrontamiento median entre las condiciones laborales y el grado de estrés. Siegirst defiende que la experiencia prolongada de déficit de recompensa impide la capacidad de regulación y adaptación al entorno. Un elevado esfuerzo, un salario poco adecuado y un bajo control sobre el propio estatus son causas motivadoras de baja autoestima y autoconcepto y pueden originar estrés laboral.
El esquema del modelo presenta tres características significativas:
• –Alto esfuerzo en el trabajo, por un lado elevadas demandas extrínsecas de la tarea, y por el otro, elevada motivación intrínseca, esto conlleva un elevado nivel de implicación.
• –Baja recompensa en las cuestiones fundamentales, dinero, estima y control de estatus, referida esta a las posibilidades de promoción y seguridad laboral y del puesto de trabajo, el estrés lo vincula el modelo a la falta de equilibrio entre esfuerzo y recompensa.
• –Afrontamiento crítico, es un mantenimiento de la actividad y del compromiso aun en condiciones de baja ganancia, es un afrontamiento intrínseco que Siegrist lo denomina “inmersión” y tiene que ver, con una gran necesidad de control y esfuerzo, que puede provocar irritabilidad, competitividad e incapacidad para salirse del rol.
Es decir, el estrés opera producto de un desequilibrio entre el alto esfuerzo, intrínseco (inmersión y esfuerzo), y extrínseco (demandas, obligaciones), y la baja recompensa, sueldo, estima y estatus, Así, este modelo explica el estrés laboral en función del control sobre el propio futuro o las recompensas a largo plazo.
Precariedad en el empleo, paro y despido, cambios no deseados en el trabajo, necesidad migratoria por situación laboral, degradación funcional o de categoría, posibilidad de promoción inexistente, y la inconsistencia del estatus laboral, son situaciones que pueden provocar estrés laboral, así como la consistencia y el balance final entre las estrategias personales de afrontamiento y las recompensas obtenidas a cambio.

Teoría de la Activación Cognitiva del Estrés de Meurs.

Nace recientemente como teoría explicativa del estrés laboral que pretende integrar los modelos existentes hasta la fecha recogiendo desarrollos realizados en el estudio del estrés ajenos al entorno organizacional. El modelo original establece que es necesario analizar cuatro niveles distintos de estrés:
-Por un lado, el estrés como estímulo, los estresantes que toman ese rol en la medida en que el sujeto percibe el estímulo y lo evalúa como amenaza. Dicha evaluación dependería de las experiencias previas y las expectativas de resultado que tenga el propio sujeto.
-En segundo lugar, la experiencia de estrés, es decir, la percepción subjetiva cognitiva y emocional de sentirse estresado.
-Posteriormente la respuesta de estrés, entendida desde este paradigma como el incremento de arousal cerebral o como proceso de activación por estrés. En este sentido, la evaluación de la respuesta de estrés se realiza mediante registros psicofisiológicos, neuroendocrinos, psicoinmunológicos, comportamentales y de bioquímica cerebral.
-Y por último, el feedback de la respuesta de estrés, donde la persona percibe los cambios periféricos producidos por la respuesta de estrés, o lo que es lo mismo, la propia experiencia de la respuesta de estrés. Debido a la novedad de la inclusión de este paradigma en el estudio del estrés laboral, aún no constan estudios empíricos en las bases de datos. (Rodríguez C. Raquel, De Rivas H. Sara, Univ. Autónoma Madrid).

Desgaste profesional /Agotamiento vital.

La primera fase en el ejercicio profesional la podemos llamar “de entusiasmo”, es el acceso a un nuevo trabajo, con nuevas expectativas e intereses. En principio las dificultades y contratiempos se contrarrestan con la motivación por hacer un buen trabajo. Cuando las dificultades inherentes al trabajo, y la realidad del día a día se van imponiendo se puede pasar a una fase “de estancamiento” donde se comienza a contemplar si los beneficios compensan el nivel de esfuerzo personal.
A partir de esta larga fase sino no hay apoyo de recursos por parte de la organización, así como sociales e individuales, existe una alta probabilidad de vivir una etapa de frustración que puede derivar en una pérdida del sentido de referencia, en apatía, indolencia y abulia, que con lleven un síndrome de desgaste profesional, y estrés laboral.
Es el agotamiento vital, cuyas principales características son; fatiga y pérdida de energía, aumento de irritabilidad, sentimientos de desmoralización y problemática del sueño. Para Appels (1996) este síndrome es un estado de cansancio inusual que sintomatológicamente puede confundirse con un estado depresivo, y que se asemeja al síndrome de burnout, en el agotamiento físico, emocional y mental que manifiestan ambos, originado en el burnout por una implicación en situaciones que son emocionalmente demandantes, durante un tiempo prolongado, y en el cansancio vital en una desmoralización y desmotivación referida a la actividad laboral.
En resumen, el estrés laboral según la Comisión Europea de Seguridad y Salud en el Trabajo se define como “las nocivas reacciones físicas y emocionales que ocurren cuando las exigencias del trabajo no igualan las capacidades, los recursos o las necesidades del trabajador”, el estrés laboral se va haciendo crónico por frecuencia y / o intensidad.
Estrés crónico, según Lazarus y Folkman es “una relación particular que se establece entre el sujeto y el entorno que es evaluada por éste como amenazante y desbordante”, y es ante esta amenaza cuando la persona se percibe desgastada y agotada, como consecuencia de un proceso demorado en el tiempo, es el proceso de desgaste que nos describe el síndrome de burnout o desgaste profesional, o el agotamiento vital del que nos hablan Appel, Sandín y Cano Vindel, el desgaste profesional, o el agotamiento vital, nos referencian también al proceso de pérdida lenta, pero considerable, del compromiso y la implicación personal en la tarea que se realiza.

Estrés cronico. Estrés laboral.
Melchor Alzueta. Pamplona, 2.012
Instituto Ananda.