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Jurema Barilleau Gómez - ¿Que es la bioenergética?

“La bioenergética es una forma de terapia que combina el trabajo con el cuerpo y con la mente, para ayudar a las personas a resolver sus problemas emocionales, y a comprender mejor su potencial para el placer y el gozo de vivir. Una tesis fundamental de la bioenergética es que cuerpo y mente son fundamentalmente idénticos: es decir, lo que sucede en la mente refleja lo que está sucediendo en el cuerpo y viceversa.” (Alexander y Leslie Lowen)
El cuerpo es la unidad básica de nuestra vida, la expresión de nuestra existencia. Todo lo que nos sucede está almacenado y reflejado en nuestro cuerpo.
“Nuestra coraza o armadura nos ha insensibilizado en una buena parte tanto para lo doloroso como lo placentero, y eso hace que nuestra comunicación con el exterior e interior haya palidecido, se haya transformado en una caricatura de su potencial total. Lo irónico es que nos podemos pasar así casi toda una vida, creyendo que eso es lo máximo a lo que podemos aspirar.” (Bioenergética)
La Bioenergética, a pesar de existir hace cientos de años, viene a redescubrirse en el siglo pasado gracias a Wilhelm Reich (1897-1957), discípulo de Freud. Mientras Freud analizaba a un paciente en un diván y le escuchaba, Reich observaba su cuerpo en acción expresiva, es decir radicalmente somático. Finalmente, en 1930, Reich introdujo el trabajo con el cuerpo en el proceso terapéutico.
Alexander Lowen creó el Análisis Bioenergético, continuando el trabajo de Wilhelm Reich. En la actualidad, la Bioenergética evoluciona gracias a los aportes de psicólogos, psiquiatras, biólogos y médicos como Daniel Stern, John Bowlby, Stanley Keleman, Robert Lewis y John Pierrakos entre otros.”(1)

La Bioenergética; El Cuerpo, La Expresión y La Terapia.

Los fundamentos teóricos de la bioenergética podemos sintetizarlos en tres puntos muy generales.
• Todo organismo viviente, especialmente el ser humano, capta y emite una energía que le es propia.
• Dicha energía puede estar orientada hacia la propia destrucción del organismo o bien hacia su pleno desarrollo.
• Es posible, mediante técnicas especiales, canalizar la energía en forma adecuada de tal manera que influya positivamente en los trastornos energéticos del cuerpo, y que afecten tanto la salud mental como la física.
Sobre este tercer supuesto reposa fundamentalmente la posibilidad de hacer una psicoterapia bioenergética, que básicamente está orientada a utilizar el lenguaje del cuerpo. Precisamente por esta peculiaridad de utilizar el lenguaje del cuerpo y la energía corporal, se llama “bioenergética” y por estar orientada hacia la cura de la mente, se denomina “psicoterapia”.
Cabría hacer una comparación de los principios en los que se basa la Bioenergética con los fundamentos de la termodinámica; según esta rama de la física:
1º.- El universo se compone de materia y energía. Los cuerpos materiales poseen una cierta cantidad de energía que puede pasar de unos a otros, almacenarse o liberarse. Esta energía no se crea de la nada ni se destruye totalmente, sino que se transforma en diversas formas.
2º.- Toda la materia de universo tiende a su destrucción y desorganización. Esta tendencia se denomina entropía positiva. Sin embargo, existe, al mismo tiempo otra tendencia de sentido opuesto por la cual el universo y la realidad toda caminan hacía una organización cada vez mar rica y compleja, tendencia inversa a la anterior y denominada entropía negativa o sintropía.
Wilhelm Reich, en quien se cimenta Alexander Lowen y su Bioenergética, ve la energía cósmica de un solo tipo, la energía cósmica fundamental llamada por él “orgon”, siendo ésta, la energía que es necesario canalizar, a lo largo del proceso terapéutico, adecuadamente en el organismo humano, para que este restablezca su estado de salud y bienestar. Indica Lowen, que el organismo viviente es un fuego independiente, autor regulador y perpetuador de sí mismo. La cantidad de energía que tenga el individuo y la forma en que la use, tiene que determinar su personalidad y reflejarse en ella.
Toda actividad es una expresión del ser del sujeto. El individuo se expresa a sí mismo en sus acciones. Cuando son apropiadas y libres le produce placer y satisfacción la descarga de su energía. Este placer estimula al organismo a una mayor actividad metabólica produciéndose una respiración profunda y completa que carga de energía al sujeto. Pero cuando esta capacidad de expresarse está limitada por fuerzas internas se reduce la capacidad del placer y disminuye la carga de energía. Para cargarse de energía no basta solo con la respiración, es imprescindible abrir los canales de auto expresión; carga y descarga funcionan como una unidad por lo que la bioenergética las toma en cuenta para elevar el nivel de energía individual. Al resolverse alguno de los conflictos internos se eleva el nivel de energía y se carga y descarga más energías en actividades placenteras, satisfactorias y creadoras.
La psicoterapia bioenergética parte de la base de que el organismo humano está constituido por una serie de zonas que pueden ser representadas mediante círculos concéntricos. Estas capas son, desde la más externa a la más interna, las siguientes:
– Lecho del yo
– Lecho muscular
– Lecho emocional
– Núcleo o centro (corazón)
Si tenemos que reconstruir el desarrollo sano o enfermo de cualquier persona, debemos comenzar, según Lowen a partir de la capa más interna. El corazón es tal vez el órgano más sensible del cuerpo, tanto que nuestra vida depende de su actividad rítmica y constante. Este funcionamiento del corazón puede verse perturbado, por ejemplo, cuando cesa momentáneamente de latir o bien cuando se apresura demasiado. En este momento experimentaremos una ansiedad que llega hasta lo más recóndito de nuestro ser. Quien experimentó esta ansiedad siendo muy niño, desarrolla numerosas defensas para proteger su corazón, del peligro de un trastorno en su funcionamiento. A lo largo de la terapia -indica Lowen- estas defensas se estudian y analizan en relación a la experiencia del individuo, y sobre ellas se trabaja cuidadosamente hasta llegar al corazón del sujeto. Se trata entonces de ir desmontando las defensas progresivamente.
La Bioenergética, en palabras de Lowen, su iniciador, “es una técnica terapéutica, cuyo objeto es ayudar al individuo a recuperarse juntamente con su cuerpo y a gozar en el mayor grado posible de la vida corporal. En este campo de interés sobre el cuerpo se incluye la sexualidad, que es una de sus funciones básicas. Pero además comprende las funciones más fundamentales todavía de respirar, moverse, sentir y expresarse a sí mismo (…) La Bioenergética es la aventura del descubrimiento de sí mismo” (Lowen, 1.975).”(2)

Armonía Y Espiritualidad.

Nuestros cuerpos, reflejan nuestras experiencias. La profundidad e intensidad de los sentimientos de una persona por lo general, se expresan en reacciones corporales. Toda experiencia por la que pasa una persona afecta a su cuerpo y queda registrada en su mente. Si la experiencia es placentera incrementa la salud, la vitalidad y la gracia del cuerpo. Sucede lo opuesto con las experiencias dolorosas que son negativas. El efecto puede ser pasajero si el individuo reacciona correctamente ante el trauma, puesto que el cuerpo se puede curar a sí mismo. Pero si la reacción queda bloqueada, el trauma deja una marca en el cuerpo en forma de tensión muscular crónica.
El impulso de llorar reside en el cuerpo y debe ser bloqueado de alguna manera para impedir su expresión. Para controlar ese impulso, los músculos que intervienen en el llanto, deben contraerse y mantenerse así hasta que el impulso se disipa. Pero el impulso, no se extingue. En vez de ello, se retrae al interior del cuerpo, donde sigue viviendo en el inconsciente. Siempre que hay una tensión muscular crónica en el cuerpo, existen impulsos naturales inconscientemente bloqueados.
La Bioenergética, tiene un enfoque que integra las perspectivas oriental y occidental y utiliza el poder de la mente para comprender las tensiones que traban el cuerpo, y que moviliza la energía del cuerpo a efectos de eliminar esas tensiones. El hilo unificador es el concepto de energía. La energía es la fuerza del espíritu, por tanto la base de la espiritualidad del cuerpo. Utilizada en forma consciente, se convierte en poder. Lowen, cuando estudió medicina, quería aprender a cerca del cuerpo y sus enfermedades, pero también comprenderlo en términos humanos. Se preguntaba qué papel ocupaban los sentimientos en la salud y la enfermedad.

La Energía.

El criterio de que los procesos mentales pertenecen a un dominio, el de la psicología, mientras que los procesos físicos corresponde al de la medicina orgánica, niega la esencial unidad o totalidad del individuo. Solo podemos superar esta ruptura de la unidad del hombre restituyendo la psique al cuerpo…una visión holística del organismo, reconoce que el cuerpo está imbuido de un espíritu activado por su psique y atento a sus acciones.
A través de la psicología, en la forma del psicoanálisis, se abrió un camino para comprender el espíritu como un fenómeno energético. Ese camino condujo a la esfera de la sexualidad, que la medicina tradicional había ignorado. Freud se encontró frente a frente con la sexualidad al intentar comprender el síntoma de la histeria, una enfermedad física que no podía ser explicada por la ciencia médica y para la que no existía ninguna explicación psicológica…Freud mostró que la histeria era el resultado de la transferencia a un plano físico de un conflicto psíquico en torno a la sexualidad que se derivaba de una temprana experiencia sexual traumática.
Lowen utiliza el término bioenergía, para referirse a la energía de la vida. Dado que el tratamiento del que se ocupa se basa en una comprensión de los procesos energéticos del cuerpo, lo llama análisis bioenergético. En el análisis bioenergético, la personalidad se concibe como una estructura piramidal. El vértice, o la cabeza, lo ocupan la mente y el yo. En la base, o en el nivel más profundo del cuerpo, se sitúan los procesos energéticos que activan a la persona. Estos procesos dan lugar a movimientos que provocan sentimientos y culminan en pensamientos. En el análisis bioenergético se estudia cada nivel para comprender la personalidad.
Hay un apunte que hace Lowen, y dice que lo que distingue a los organismos vivos de la naturaleza inanimada es que este proceso está contenido dentro de una membrana de tal modo que la energía producida no se pierde en el medio, sino que es usada por el organismo para promover sus funciones vitales. Una de sus principales funciones es obtener del medio los ingredientes necesarios para perpetuar la producción de energía. Uno de los más destacados estudiosos del funcionamiento del protoplasma observó que: “el protoplasma puede no ser inteligente pero actúa de forma inteligente”.
Esa acción inteligente es abrirse y buscar alimento, amor y contactos placenteros y rehuir el peligro o el dolor…Estas acciones son causadas por un estado de excitación en cada una de las células y cada órgano del cuerpo. La vida, en consecuencia, se puede definir como un estado de excitación contenida que produce la energía, y que impulsa los procesos internos que sostienen las funciones vitales, así como las acciones externas que mantienen o aumentan la excitación del organismo.
A medida que vamos creciendo esa excitabilidad se va perdiendo, sin embargo el ser humano va tomando más conciencia espiritual, porque tiene una noción más completa de su unión con el mundo que les rodea. El concepto de la espiritualidad del cuerpo incluye un espíritu impetuoso más una fuerte conciencia de la conexión espiritual. El proceso de establecer contactos con el mundo exterior es un proceso energético.
La imagen de dos corazones que laten al unísono no es una metáfora, nuestros corazones y cuerpos son sistemas pulsátiles que propagan ondas…ondas que pueden afectar a otros cuerpos y corazones. Y se da, si existe una conexión entre ellos. Se puede lograr una conexión con lo universal a través de perder el sentido del ego. Lowen muestra tres tipos de interacción con el medio en el proceso energético.
– La más sencilla, la del organismo que se abre buscando el placer y se retrae cuando experimenta el dolor, para preservarse.
-Cuando el yo se somete, se puede dar una conexión espiritual, que da lugar a una experiencia de paz y se puede llegar a través de la meditación.
-Cuando la excitación interna se hace muy fuerte, las ondas que propaga transcienden al yo, se experimenta una unión con el cosmos, experimentando el éxtasis. La sensación de estar vinculados es absolutamente vital para la salud.
Los organismos deben mantener un equilibrio entre la carga y la descarga, la producción de energía y el uso de energía. La demanda controla la ecuación entre carga y descarga. El aumento del nivel básico de energía de un individuo solo puede efectuarse dándole mayor vitalidad al cuerpo a través de la expresión de los sentimientos. Una falta de vitalidad es siempre el resultado de la supresión de los sentimientos.
Uno de los efectos sorprendentes de la disminución de la energía es un aumento de actividad, generalmente destinada a ganar afecto. En su mayoría, los niños que han sufrido una pérdida de afecto creen que esa pérdida se debe a un fallo de su parte que los incapacita para ser queridos. Muchas madres infunden este sentimiento de culpa acusando al hijo de ser demasiado exigente, demasiado vivaz, demasiado desobediente, demasiado quejumbroso, demasiado de todo. El hijo pronto comprende que tiene que acatar las demandas de su madre a efectos de recibir amor. Esta convicción de que el amor hay que ganárselo, suele persistir hasta la edad adulta y se manifiesta entonces en el afán de conquista y necesidad de éxito.
Es un tipo de personalidad que se caracteriza por un exagerado afán de probar la propia valía unido a una ira reprimida que se manifiesta en una constante irritabilidad. Predispone a la depresión. Esta conducta también es en gran medida responsable del cansancio crónico endémico en nuestra cultura. Lamentablemente, la mayoría de los individuos no se detiene a sentir su cansancio. Al enfrentarse con las presiones de la vida, creen que es una cuestión de supervivencia seguir haciendo lo que han hecho hasta ahora. Sentirse cansados les provoca el profundo temor de que tal vez no puedan continuar en la lucha. A muchos les resulta difícil decir no puedo. De niños, se les enseñó que cuando hay voluntad, siempre hay una vía. Decir no puedo, es admitir el fracaso.
Cuando una persona está muy cansada y su nivel de energía es bajo, puede sobreexcitarse fácilmente, como un maniaco depresivo cuya hiperexcitabilidad e hiperactividad anuncian el inicio de la depresión. Una persona con mucha energía no se sobreexcita fácilmente, porque su cuerpo, en virtud de la distensión de su musculatura, tiene la capacidad de retener o contener una carga elevada. Una persona con energía se mueve por la vida con un mínimo de esfuerzo.

La Respiración.

El oxígeno es una fuerza tan vital que tiene el poder de hacer que una sustancia inerte como la madera arda en llamas. Esa misma propiedad lo tiene en el organismo vivo. La respiración está directamente conectada con la excitación del cuerpo. Cuando estamos tensos, nuestra respiración se vuelve superficial. También sucede lo inverso. Respirar profundamente sirve para distender el cuerpo.
La respiración natural, abarca todo el cuerpo. Cuando inspiramos, la onda parte de un punto profundo de la cavidad abdominal y fluye hacia arriba a la cabeza. Cuando espiramos, la onda se mueve de la cabeza a los pies.
Un trastorno frecuente es una detención de la onda al nivel del ombligo o los huesos pelvianos. Esto impide que la onda llegue a la pelvis o a la cavidad abdominal profunda en el proceso respiratorio y da lugar a una respiración superficial. Esto ocurre porque hay una relación entre respirar y sentir. Respirar profundamente es sentir profundamente.
Si respiramos profundamente hasta la cavidad abdominal, esta zona recobra vida. Cuando no respiramos profundamente, suprimimos ciertos sentimientos asociados al abdomen. Uno de estos sentimientos es el de tristeza, dado que el abdomen interviene en el llanto profundo. Los niños aprenden enseguida que recogiendo hacia dentro el vientre y manteniéndolo rígido pueden interrumpir sentimientos dolorosos de tristeza y aflicción. El hecho de no sentir esta parte del cuerpo significa también que se adolece de las placenteras sensaciones sexuales de calor y derretimiento de la pelvis. El problema se origina en la supresión de las sensaciones sexuales en la infancia. En esos casos es necesario que la persona respire profundamente llevando aire al vientre para restituirle vida y sensibilidad a esa zona del cuerpo. Incluso cuando el individuo cobra conciencia de que no respira profundamente, se requieren ejercicios especiales para activar su respiración.
Cualquiera que sea el método que se utilice para hacer que la respiración se extienda con suficiente profundidad como para sentirlo en la base pélvica, el efecto será activar sentimientos suprimidos de tristeza y sexualidad. Si podemos aceptar estos sentimientos y sobre todo- si podemos llorar profundamente todo el cuerpo cobrará vida. (pág. 53)
Cuando se movilizan energías estancadas, hay algo dentro de nosotros que nos mueve a actuar inconscientemente, a lanzar un grito, a pegar un golpe… y liberarla desbloqueándola. La mente no interviene. Es una fuerza, que Lowen llama: el espíritu dentro de nosotros que nos mueve a actuar.
En otras palabras, el hecho de experimentar la espiritualidad del cuerpo no depende de efectuar algo, sino de sentir una fuerza dentro del yo que es más grande que el ego consciente. Un hecho no reconocido generalmente es que la supresión de un sentimiento hace que se le cobre miedo a ese sentimiento, porque se tiende a magnificar, convirtiéndolo en algo gigantesco. Si una persona tiende a contener los sentimientos, si le resulta difícil llorar, lo más probable, es que tenga algún trastorno en la respiración. Nada ayuda tanto a la respiración como el llanto. Llorar es nuestro mecanismo primordial para aflojar la tensión. Y aunque es esencial, necesitamos una emoción más poderosa a efectos de movilizar la agresión necesaria para expandir plenamente el pecho.
Esa emoción es la ira. Hay un ejercicio que consiste en golpear con los puños la cama, estando en posición de pie. La clave de este ejercicio es la respiración. Asestar el golpe cuando se expulsa el aire. En la mayoría de los casos, cuando se han dado diez o veinte golpes al ejecutar el ejercicio, aflora la ira y la acción de golpear se vuelve involuntaria. El ejercicio también puede terminar con el individuo sollozando espontáneamente al descargar su ira. El cuerpo se carga y cobra vida. Cuando respiramos profundamente, es fácil sentir lo bueno que es el mundo, lo justo y lo hermoso. Estamos inspirados. Es necesario decir que ejercicios, deben ir acompañados de un terapeuta, que profundiza en las emociones y sentimientos que experimenta y libera el paciente, para poder trabajarlos.

El Cuerpo Armonioso: La Pérdida De Armonía.

Al entrar la conciencia de sí mismo en la persona, esta se ha convertido en una extraña en el mundo natural. Para tener conciencia del ego, una persona debe percibir el estado de sensibilidad de su cuerpo. Todos realizamos movimientos voluntarios e involuntarios, bien pues los movimientos involuntarios, que son la gran mayoría, son una manifestación directa de la vivacidad del cuerpo. Para que nuestras acciones sean armónicas y no demanden esfuerzo, el yo debe confiar lo bastante en el inconsciente y responder a sus directivas libre y plenamente. Cuanto menos interviene la voluntad en un movimiento, tanto más espontaneo y gracioso resulta. Dado que todo trastorno de la personalidad afecta por igual al cuerpo y a la mente, debemos considerar el problema psicológico como un reflejo del problema físico y viceversa. La terapia eficaz que apunta a fomentar la salud debe basarse en una comprensión de cómo y por qué el individuo ha perdido su armonía.
Para que no se destruya la gracia natural de un cuerpo, no se debe contrariar la corriente de excitación, es decir no doblegar su espíritu. La gracia y la salud se basan en alcanzar un equilibrio entre el yo y el cuerpo, entre la voluntad y el deseo. La filosofía china describe las fuerzas primordiales del ying y el yang, en cualquier organismo, la energía del cielo y de la tierra. El yang representa una fuerza que actúa desde arriba, y el ying una fuerza que actúa desde abajo.
El exceso o insuficiencia de una u otra perturba el equilibrio del que depende la salud. La relación entre el yo y el cuerpo, entre la voluntad y el deseo, es también comparable a la relación entre el caballo y el jinete. A un caballo que galopa, el deseo le brinda la fuerza de la motivación. Al mismo tiempo, la voluntad le imbuye dirección y control, como es el caso del jinete. Pero no es función de la voluntad ponerle freno al espíritu. Lamentablemente, en nuestra cultura la voluntad determina gran parte de nuestra actividad en oposición al deseo del cuerpo.
Los movimientos originados en deseos, son espontáneos, a diferencia de los movimientos deliberados dictados por la voluntad. Hay instantes, en los que el cuerpo está tan conectado consigo mismo y con su entorno, que es capaz de fluir con este e intuir situaciones. Este tipo de presciencia se basa en una percepción inconsciente de las fuerzas que operan en una situación.
Esta conexión es el resultado de la espiritualidad del cuerpo, que se debilita cuando la mente lógica le impone a la conducta una relación estricta de causa y efecto. La clave de la armonía radica en permitir que el cuerpo se mueva a sí mismo. La actitud de estar atento o ser consciente de uno mismo sin sentirse presionado lo ayuda a uno a aprovechar su armonía natural.

Sensación y Sentimientos.

La sensación, es la fuerza unificadora entre cuerpo y mente, ya que incluye una actividad corporal y una percepción mental de esa actividad y las conecta. No es lo mismo sensación que emoción. Las emociones se experimentan como respuestas corporales totales. La sensación depende del carácter de nuestras respuestas. Si nuestra respuesta es positiva es decir, si el estímulo provoca un movimiento expansivo en el cuerpo experimentaremos una sensación de placer y excitación. Si es negativa-contracción en el cuerpo experimentaremos una sensación de temor o dolor. Atribuimos estas sensaciones a los estímulos mismos, pero en realidad son las percepciones de nuestras respuestas.
El yo puede, dirigir o bloquear la expresión de un impulso por vía de la contracción de los músculos necesarios, impidiéndoles así actuar. Cuando se retiene conscientemente un impulso, la contracción resultante de los músculos es aguda. Siguen llegando ondas de excitación a los músculos, vibran como caballos de carrera ansiosos por lanzarse a correr frenados por sus jinetes. Cuando la tensión se hace crónica, en cambio, los músculos quedan inmovilizados y la retención del impulso se vuelve inconsciente .Los músculos crónicamente tensos ofrecen un aspecto rígido del cuerpo y destruyen su gracia bloqueando la corriente de excitación. Provoca un efecto restrictivo en la respiración. Al limitar la plenitud y la profundidad de la respiración, la tensión muscular crónica también reduce la energía de la persona, lo que disminuye la vitalidad global del cuerpo. Como resultado, la supresión de un sentimiento tiende a reducir la sensibilidad en general. Si se suprime la ira, también tiende a decrecer el amor, la tristeza y el temor.
Las emociones son la expresión directa del espíritu de una persona. Se puede calibrar la fuerza del espíritu de un individuo por la intensidad de sus sensaciones, la grandeza de su espíritu por la profundidad de sus sentimientos y la paz de su espíritu por la serenidad de sus emociones. Cuando uno se mueve con sensibilidad el movimiento tiene gracia porque es el resultado de una corriente energética del cuerpo. Por lo tanto, la sensibilidad es la clave de la gracia y la espiritualidad del cuerpo.

Las Emociones.

El amor es expansivo y carga fuertemente de energía la superficie del cuerpo…Y la capacidad de amor que uno siente o expresa es directamente proporcional a la cantidad de suavidad y calor en el cuerpo; y en este sentido hablamos del calor de la pasión. El impulso de la emoción del amor es buscar contacto e intimidad con la persona amada, previendo el placer que se obtendrá como resultado. Cuando el amor se enfría, se convierte en odio. Podemos decir que el odio es amor congelado. El odio es una reacción secundaria a la experiencia o a la amenaza de ser herido por alguien a quien se ama. La reacción primera es la de tristeza e ira. El llanto suprimido es una fuerza corrosiva que daña nuestros órganos internos, particularmente los intestinos. Para recuperar la armonía y la salud, necesitamos sentir cada parte del cuerpo.

Sexualidad y Espiritualidad.

Nuestra incapacidad de experimentar la respuesta orgásmica que conduce a la trascendencia se debe a la falta de pasión en nuestras relaciones sexuales. En muchos casos, esa pasión fue sofocada muy pronto en la vida por ciertas experiencias dolorosas en los periodos oral y edípico del desarrollo. La pasión y la respuesta sexual son también coartadas por hechos que ocurren durante el florecimiento inicial de la sensación sexual en el período edípico, entre los tres y los seis años. Al igual que la supresión de cualquier otra sensación, la de las sensaciones sexuales se logra a través de una tensión muscular crónica que evita que la excitación invada la pelvis o que esta se mueva en caso de una sensación excitante. La terapia consiste en devolver esa vitalidad a esa zona del cuerpo. Mediante ejercicios apropiados, la respiración se hace más profunda, lo que hace que se recobre la conciencia de la tristeza contenida en el vientre, una tristeza que normalmente la persona no se permite sentir. Conectar con la ira, finalmente, que produce el conflicto con el padre, y dejarla salir, será la clave para restablecer las sensaciones sexuales. Esa fuerza es la que alimenta la llama de la pasión persona.
La posición de la cadera hacia atrás denota claramente una contención de la sensibilidad sexual. La capacidad de respuesta sexual resulta afectada por las tensiones de cualquier parte del cuerpo. Pero la capacidad de entregarse al orgasmo se ve particularmente afectada por la tensión de la base pélvica. Existen ejercicios para distender la base pélvica, que brindan una mayor sensibilidad sexual.
Existe una conexión entre la espiritualidad y la sexualidad, si no sentimos esta conexión es porque hemos perdido el contacto con aquello que las une: el corazón del cuerpo. Todas las religiones reconocen que un hombre debe renunciar a su yo para unirse a su dios. No hay modo mejor ni más directo de experimentar esta renuncia que el acto del amor sexual.(3)
Reflexión.
Hay algo que me gustaría remarcar y que Lowen anuncia en su libro y es conectar con el amor hacia nosotros mismos. Desde ahí, podremos darnos cuentas de las tensiones que nuestro cuerpo experimenta, y que nosotros mismos desarrollamos, y hacer algo para aflojarlas. Dejar al cuerpo hablar, y escucharlo con atención, lo que se traduce en dejar a la naturaleza fluir, sin imponerle nada, sin dejarle que la mente y los pensamientos actúen en su lugar. Volver al cuerpo, dejarlo ser, libre y ayudarle un poquito. Hay una frase que me ha llegado y mucho: “Ningún pensamiento será bueno para una persona, a menos que también sea bueno para su cuerpo.” Ser francos con nosotros mismos, lo que se traduce en conocer y aceptar todos los sentimientos que uno tiene, aunque no le gusten. Y soltar el control, para experimentar el placer en todas sus vertientes. Ahí va encaminado mi trabajo.

Referencias.

1. http://cuerpopsique.wordpress.com/bioenergetica/
2. http://www.psicotecnia.com/La%20Bioenergetica.pdf.
3. La Bioenergética; el cuerpo, la expresión y la terapia. Dr. Juan José García Jiménez Universidad Complutense.
4. Lowen, 1993, La espiritualidad del cuerpo. Bioenergética un camino para alcanzar la armonía y el estado de gracia.
Jurema Barilleau Gómez.
losbesosdeklimt@hotmail.com