Patricia Rios. Rigido

Patricia Rios Elvas - Carácter Rígido- Histérico

El carácter es la actitud fundamental con que el individuo se enfrenta a la vida.
Es un modelo de comportamiento, un modo de respuesta fijo. Es posible determinar la estructura de carácter a partir de la dinámica de la estructura del cuerpo y de su expresión o a partir de la actitud de la persona. Es la estructura de carácter.
En 1933, Wilhelm Reich, establece las reglas para el análisis sistemático de las resistencias propias del carácter. De este modo, a través de la expresión corporal se puede construir un proceso terapéutico. Ese trabajo es el resultado de combinar un amplio estudio y una extensa práctica terapéutica junto con la posterior colaboración con Alexander Lowen, que desarrolló el Análisis Bioenergético y con John Pierrakos que desarrolló la Corergética y añadió los aspectos espiritual y energético.
Wilhelm Reich llego a la conclusión de que se podía encajar en cinco categorías principales a la mayoría de las personas que trataba. En este trabajo hablaremos del carácter rígido histérico.

Origen del carácter

La persona con una estructura de carácter rígida experimentó en la niñez el rechazo de su progenitor del sexo opuesto. La experiencia fue vivida como una traición al amor, ya que el placer erótico, la sexualidad y el amor son la misma cosa para la niña.
Considero que la compresión del desenlace de la situación edípica, es básico para la comprensión de la estructura de carácter, ya que, partir de ella, se estructuran tanto la personalidad como el carácter. La situación edípica y su desenlace, es el momento en el que está en juego el lugar de poder.
La consideración que el individuo tiene sobre si mismo en cuanto al puesto que le corresponde en la familia, en la sociedad y en la vida en general. Para que esta situación se inicie sanamente, la madre debe respetar el movimiento emocional de la hija para afianzar su identidad y ampliar su libertad. Para ello, ha de renunciar parcialmente a que la niña continúe siendo su objeto de deseo, apoyando este movimiento. La madre es la encargada de investir de poder afectivo al padre, para que pueda ser percibido por la niña como un receptor seguro y adecuado a sus intereses de expansión, sin poner por ello en peligro el amor de la madre. Así pues, se mueve espontáneamente hacia el padre como figura de protección social, debiendo ser este movimiento permitido y apoyado por la madre. La madre debe soltarle y el padre recibirle.
En la fase genital es el momento en el que se afianza el carácter rígido. Es en esta fase genital cuando comienza a madurar el sistema de unidad individual e identidad relacional frente a los demás individuos y también el sentimiento básico de seguridad. Esto tiene que ver con la estructuración del carácter: el sentimiento básico de seguridad en la capacidad y libertad para la entrega amorosa tierna, erótica y placentera.
Es en este momento cuando se produce la maduración de una serie de elementos corporales. Así, todo su organismo queda erotizado. Incrementa el placer sensorial debido a la relevante presencia que toma el erotismo, así como la necesidad y el deseo de obtener dicho placer. Si no se le da satisfacción a este erotismo, a esta nueva experiencia, esto va a determinar un estasis energético, que se experimentará como displacer intenso y por tanto, como intensa angustia. Una de las características de los caracteres rígidos es la escasa vivencia de la angustia. El sistema muscular cumple una función defensiva, evitando la necesidad de recurrir a profundos bloqueos, ahorrando energía pero ificultando el contacto y la entrega amorosa profunda.
Cuando la niña, identifica en su mundo estas vivencias eróticas y afectivas intenta dirigirse a su progenitor del otro sexo. Y por ello es castigada. Siente esta reprimenda como una traición a sus sentimientos. Aprende a no manifestar aquello que está sintiendo, siendo este su patrón de conducta en el futuro.
Para Freud, la etapa fálico-genital, de los tres a los cinco años, revela el complejo de Edipo o de Electra, que consistiría en un inevitable deseo sexual por el progenitor del sexo opuesto, acompañado de hostilidad hacia el progenitor del mismo sexo. Es recurrente la fantasía incestuosa de expulsar y sustituir al progenitor rival, el padre para el niño y la madre para la niña, pero esas ideas suscitan intensa culpa y temor al castigo.
Los caracteres rígidos, tienden a evitar las sensaciones tiernas y las sexuales profundas, que se pueden percibir como movilizadoras de angustia, al evocarles la situación traumática original en la que se sintieron frustrados en sus deseos de entrega tierna y erótica. Este carácter, presenta dificultades para el contacto emocional profundo y por tanto para la entrega amorosa hacia sí mismos y hacía los demás.

Coraza Corporal

La coraza corporal está caracterizada por una rigidez sistemática y general de toda la superficie del cuerpo, sin bloqueos musculares profundos. Esta coraza muscular hace las veces de armadura. Se dispone de dos maneras, en malla y en tubo o viga. En malla, hace referencia a que existe un importante componente oral en estos caracteres. Hay otro elemento que hace referencia a la estructura corporal, en relación a fijaciones orales. En general, el conjunto del cuerpo de los caracteres rígidos es armónico y expresivo, de movimientos agraciados y elegantes, mirada abierta y decidida. Suelen ser personas con atractivo sexual y social y que no suelen tener demasiados problemas para situarse en la vida social y laboral. Emprendedores, creativos y decididos. A su vez, están condicionados y limitados por su importante narcisismo, que les hace poco tolerantes a las frustraciones y dependientes de su hedonismo.

Dinámica Emocional

En cuanto a la dinámica emocional de los caracteres rígidos, esta se basa en la evitación del compromiso en el contacto erótico genital placentero y tierno, por temor al vacío afectivo que les evoca este contacto. La manera de distanciarse de este temor es a través de una disociación entre la entrega amorosa y la entrega al placer, las cuales se excluyen entre si: si hay entrega amorosa tierna, se dificulta la entrega en el placer y al contrario. Por encima de todo está la función de preservar su ideal de libertad.
Como ya se ha señalado, cuando la niña se acerca, siempre llevada por su deseo de contacto, por su impulso erótico y no se siente suficientemente acogida y reconocida, experimenta la vivencia de ser rechazada en su totalidad. Así pues, siguiendo el principio de evitación del displacer, la niña tenderá a inhibir estas experiencias placenteras nuevas para ella, que siente como suyas pero que le conectan con la angustia del rechazo. Todo esto, la distorsión en la percepción emocional que acompaña al contacto, se manifestará como una dificultad para el compromiso emocional, ya que no ha experimentado la posibilidad de una entrega libre, espontánea y completa.
Para compensar este rechazo, se controlan los sentimientos a base de contenerlos. La rendición es algo que atemoriza a esta persona, porque implica tanto como liberar de nuevo todos esos sentimientos. Por tanto, no tratará de alcanzar directamente lo que necesita, sino que recurrirá a manipulaciones para obtener lo que desea.
El orgullo está asociado con los sentimientos amorosos. El rechazo del amor sexual hiere su orgullo. Desde el punto de vista psicodinámico, la persona rígida reprime sus sentimientos y acciones para no parecer tonta. Con muchísima ambición y agresividad competitiva. Dice: “Soy superior; lo sé todo”. En su interior siente un profundo terror a ser traicionada. Tiene que evitar la vulnerabilidad a toda costa. Le aterra que le hagan daño. Está en guarda contra la condición de ser utilizada y que se aprovechen de ella. Mantiene orgullosamente la cabeza alta y la espina dorsal recta. Muestra un alto grado de control exterior y una fuerte identificación con la realidad física. Utiliza esta fuerte posición del ego como excusa para evitar el descontrol. Al retener sus sentimientos lo único que logra es crear más orgullo. Exige amor y sentimientos sexuales de los demás, pero cuando interactúa con ellos recurre seductoramente a modelos comparativos para
no comprometerse. Esto conduce a la competición, no al amor. Entonces se siente herida y se hace más competitiva. Desea rendirse a ellos, pero cree que lo único que logrará será que le hagan daño, por lo que su propósito negativo se expresa así: “No me rendiré”. Elige el sexo antes que el amor, pero eso no le satisface. Busca tensiones para demostrarse como puede contrarrestarlas, ya que si se dan por vencidos, esto supondría aceptar su fracaso, debilidad y derrota y esto su orgullo no lo puede tolerar.

Carácter Histérico

El carácter histérico está relacionado con el conflicto genital que surge como consecuencia de un complejo de Edipo o Electra no resuelto. Esto supone, para el carácter histérico, afrontar la sexualidad con una actitud inconsciente de ambivalencia hacia el objeto sexual, correspondiente a la actitud de la niña hacia el padre. El primer objeto genital de la niña es su padre. Esta idea se deriva de aceptar la existencia del complejo de Edipo como un hecho propio en nuestra cultura. Es importante señalar que en el complejo de Edipo las cosas dependen en gran medida del papel desempeñado por el padre en la infancia y juventud de la su hija. La niña considera a su madre como rival en la pugna por conseguir el afecto del padre.
Existe una actitud ambivalente hacia el padre, hacia el varón: -El deseo está bloqueado por un temor que tiene su origen en el rechazo de la sexualidad infantil por parte del padre. -La ira está inhibida por el deseo reprimido.
La represión de estos impulsos, que son contrarios, es lo que constituye la armadura rígida. El deseo reprimido impide el acceso directo al varón.
Existe un conflicto entre un intenso temor a la sexualidad y un intenso, aunque reprimido, deseo sexual. Teme enamorarse, “caer en amor”. “Es un pez que desea ser atrapado y al mismo tiempo lo teme”. Teme el compromiso emocional profundo. La liberación de la agresividad de su función defensiva es lo que transforma el carácter histérico.
Detecta el riesgo al compromiso y a la entrega emocional y se retira inmediatamente cuando así ocurre. Se retrae emocionalmente implicando problemas en el establecimiento de relaciones emocionales arraigadas por la dificultad en el contacto y la entrega y por su miedo a comprometerse emocionalmente.
Según Lowen, son personas que muestran un claro comportamiento sexual, en combinación con un tipo específico de agilidad corporal, dotada de un definido matiz sexual, inclinadas a sexualizar todas las relaciones no sexuales, sugestionables, propensas a los estallidos emocionales irracionales, a la dramatización y al comportamiento caótico e histriónico, incluso a la pseudología fantástica.
Hay orgullo en la rigidez del cuello e inflexibilidad en la mandíbula. Inconscientemente, la mujer busca la sumisión a través de inconscientes gestos sexuales, de los ojos, las caderas. La sumisión sirve para descargar en el hombre la responsabilidad del acto sexual. Esta sumisión es aparente ya que encierra una actitud agresiva que conduce a la descarga sexual. Hay una persecución por parte del hombre que sirve para reparar la afrenta
narcisista sufrida por el rechazo paterno. Así pues, la sumisión sexual oculta una actitud agresiva.
La niña ha podido pasar por la fase oral sin fijaciones que determinen que se estructure un carácter oral. Esto ha podido ser porque el progenitor del sexo opuesto ha ejercido su función desde una actitud tierna aunque seductora. Compensará así la falta de genuina gratificación oral por parte de la función materna. Así, la niña quedará atrapada en la necesidad de seducir activa y sexualmente al progenitor de distinto sexo con el fin de obtener el poder necesario para afirmarse. Frente a la angustia de la ligazón incestuosa le produce, tendrá necesariamente que disociarse de la correspondiente emoción tierna.
Desvalorizar, descalificar y desencantarse de las personas una vez seducidas es un rasgo de este carácter. De este modo evitará la evocación de la angustia genital originada por la fantasía del incesto deseado. Es la manera de resolver el conflicto edípico y de obtener su posición su posición de poder para ubicarse. El precio a pagar será la dificultad para
establecer relaciones en las que haya entrega amorosa y entrega sexual y establecer compromiso en ellas.
La niña se siente rechazada independientemente de cuales sean las razones
para el rechazo. Puede ser el miedo del padre a su propia excitación erótica, en el miedo a contenerse o a prejuicios morales. La niña vive esta situación como un rechazo a su necesidad de entrega amorosa, diferenciando entre el contacto que antes si era posible y el que ahora no lo es. Desde su percepción identifica que la diferencia es la excitación placentera erótica. Así para mantener el contacto afectivo bloqueará la energía de la carga erótica entrando en contacto con la angustia, relacionando placer erótico
con angustia cuando en realidad solo hay deseo de contacto tierno y lúdico.
Este carácter utiliza la represión como mecanismo de defensa. Hay una disociación en la que el intento de satisfacer su deseo de contacto tierno y erótico con el progenitor de distinto sexo queda desconectada de su componente emocional. Con este mecanismo queda relegado al inconsciente el componente emocional de las experiencias que podrían movilizar angustia. Así, puede haber contacto tierno si no existe excitación sexual o contacto sexual si no hay riesgo de contacto tierno. La entrega nunca es completa, solo provisional ya que si así fuera, evocaría la angustia genital asociada a la fantasía de incesto.
Según Lowen, al llegar en terapia al corazón de este carácter nos encontramos con orgullo y resistencia. “Este orgullo tiene que ver con la sensación de haber sido dañada, sensación inconsciente tan profunda que determina su comportamiento y le hace pretender no volver a ser dañada nuevamente”. La frustración del impulso sexual de la niña no es experimentada como una negación de la genitalidad sino como un rechazo de amor, de ahí la sensación profunda de daño.

Patricia Rios Elvas
Pamplona, febrero del 2015