Wilhelm Reich.
Wilhelm Reich, fue un médico y psiquiatra de origen judío. Nació en Austria en 1897 y emigró a Estados Unidos en 1.939, donde murió en 1.957 por una crisis cardiaca. Desde el principio demostró su interés por la sexología. Publica “La función del orgasmo” donde explica el rol del orgasmo en la maduración de la persona, y la importancia de la relación entre la neurosis y la represión sexual. Obra mal recibida por Freud, quien le niega el ser su analista. Para Reich, la energía sexual no descargada se acumula en el cuerpo constituyendo el núcleo esencial de la neurosis.
Reich escribe posteriormente sobre el carácter destructivo de las relaciones humanas en las sociedades represivas, escribiendo acerca del rol del poder. Expulsado del partido comunista tras publicar “Psicología de masas del fascismo”, es también expulsado del seno psicoanalista tras la publicación del “Análisis del carácter” por la importancia que otorga en su trabajo a lo somático, más que a lo psíquico.
Este libro es su mayor aporte a la psicología. Establece las reglas para el análisis sistemático de las resistencias propias del carácter, introduce el concepto de “coraza o armadura muscular” y de como ésta junto a la coraza caracterológica impide a la persona su libertad. Enseña en su trabajo que a través de la expresión corporal se puede construir un proceso terapéutico, enfatiza sobre la forma más que sobre el contenido.
Wilhelm Reich tras la ocupación nazi de Europa, emigra a Estados Unidos donde continúa con sus estudios de biología, física y del cuerpo humano, desarrollando el concepto de autorregulación y poniendo especial énfasis en lo preventivo. Acusado de loco y anarquista es detenido y procesado en 1.941.
Investiga sobre el Orgón, a través de los “biones”, vesículas cargadas de energía y que tienen como cualquier organismo un ritmo de contracción y expansión, y representan por tanto la base entre lo vivo y lo no vivo. Crea el “acumulador de energía orgónica” (energía cósmica primordial), causa de controversia en la cerrada sociedad americana, que le acusa de fraude. Da con sus huesos en la cárcel donde muere, con sus publicaciones requisadas y quemadas públicamente por “perniciosas y pornográficas” y sin poder continuar sus estudios sobre orgonterapia.
Legó a su muerte un legado para ser conocido 50 años después (2.007), ya que consideraba que la sociedad no estaba preparada en aquel momento para su comprensión.
Reich propone la liberación psicológica de la sociedad, y de las personas que la componen, a través de la lucha contra la represión sexual, que sujeta a ambos a estereotipadas pautas de conducta. Tanto el Estado, como las instituciones, religión o medios de comunicación marcan las pautas, y configuran los patrones represivos. Los mecanismos de control que definen salud y locura, lo que está bien, permitido, y lo que está mal y hay que prohibir que define la moralidad social burguesa. El pretende la restauración del sistema energético original.
Extractos de “Análisis del Carácter”
La curación consta de dos partes, la fase introductoria y el proceso de curación del paciente. En la terapia, todo depende de cómo se comienza, cuando un caso ha comenzado de manera errónea está por lo común perdido.
Los errores cometidos en la introducción del proceso son tanto más difíciles, cuanto más tiempo prosigue el tratamiento sin corregirlos. El objetivo terapéutico es penetrar hasta las fuentes de energía de los síntomas y del carácter neurótico, a fin de poner en movimiento el proceso.
Tarea que es obstaculizada por las resistencias del paciente, estando la mayor dificultad en los conflictos que surgen en la transferencia. Son las resistencias que deben hacerse conscientes, interpretadas y abandonadas por el paciente, para ir progresando hacia los recuerdos afectivamente importantes de la infancia.
-Hay casos que fracasan por errores de interpretación ante la abundancia de material del paciente, (no se interpreta lo inconsciente sino aparece de una forma clara, y cuando el paciente se aproxima a su visualización por sí mismo).
-Hay otros en los que se pasa por alto la transferencia negativa por estar oculta detrás de actitudes positivas manifiestas, (dejar una transferencia negativa latente distorsiona el proceso, siempre hay que sacarla de su escondite).
-Hay otros en los que no se presta la atención debida a la invalidez afectiva y no se le hace núcleo central del proceso, y hay otros que no marchan por resistencia pasiva.
Estos casos, “situaciones caóticas”, deben achacarse a los siguientes errores:
• “Interpretación demasiado temprana del significado de los síntomas, o de capas más profundas como los símbolos. El paciente describe círculos sin avanzar en el proceso, está la terapia al servicio de las resistencias.
• “Interpretación del material, presentado con claridad, en el orden en el cual se presenta. (interpretación sistemática del significado)
• “Terapia confusa porque las interpretaciones se plantean antes de trabajar sobre las resistencias fundamentales (la interpretación del significado precede a la interpretación de la resistencia)
• “Inconsecuente interpretación de las resistencias, se pasan por alto las latentes y se trabajan producciones estériles o formaciones reactivas.
Principio básico:
No debe interpretarse el significado cuando se necesita una interpretación de la resistencia. Estas no pueden ser interpretadas antes de haberse desarrollado en su plenitud y ser bien comprendidas por el analista. Toda resistencia tiene un significado histórico y un significado actual.
A base de la situación presente (observada en terapia), y a base de la forma y medios de la resistencia, se descubre el significado y propósitos actuales de la misma. Entonces es cuando se puede influir mediante la interpretación, en forma suficiente para que aparezca el material infantil, solo con ayuda de este material puede resolverse plenamente.
No hay reglas estrictas para trabajarlas, se trata de una cuestión de intuición, del duende terapéutico y del oficio del terapeuta. Cuanto más sutiles y secretas son las resistencias, cuanto más engaña el paciente, mas es necesaria la intuición del terapeuta, quien además de su don, debe de estar libre de prejuicios e inhibiciones.
Resistencias latentes. Son actitudes del paciente que no se manifiestan en forma directa e inmediata, como en el caso de la duda y la desconfianza (llegar tarde, faltar a la cita, la falta de asociación, el desprecio), sino en forma indirecta como en la complacencia, falta de asociación, o resistencias manifiestas. Estas son más peligrosas puesto que señalan una resistencia pasiva latente. Hay que ir a por ellas al detectarlas, puesto que el efecto de la comunicación del paciente queda mediatizado, cuando hay una resistencia sin resolver.
Cuando hemos salvado la barrera de la primera resistencia transferencial, el trabajo continua y penetra hasta la infancia, pero pronto aparecen nuevas capas de material prohibido y el proceso vuelve a comenzar.
Pero ahora el paciente reactiva la primera resistencia junto con la nueva, llegando a recaer en la anterior, por eso, hay que volver a trabajar sobre la primera e ir penetrando gradualmente en la nueva, para no perder el terreno ya recorrido.
Si partimos de la fortaleza de la primera resistencia, nunca perdemos de vista la totalidad de pasado y presente. Esto da continuidad y elaboración, el laborioso desenmarañar del nudo es el camino más corto hacia el verdadero éxito.
En fases de resistencia corresponde al terapeuta dirigir el proceso, quedando para el paciente los periodos carentes de resistencias. Guardar silencio por principio, presenta para el desarrollo del trabajo un peligro tan grande como las interpretaciones gratuitas o teóricas, esta pasividad es un serio error en determinadas formas de resistencia.
De la misma forma cuando el paciente actúa en zigzag, un vaivén de una a otra información como huida, son formaciones estériles que tratan de evitar el encuentro con el tema real, el terapeuta debe volver una y otra vez, hasta que el paciente encuentre la fuerza suficiente para poder encarar la resistencia.
• El punto de vista tópico establece que lo inconsciente debe hacerse consciente,
• El punto de vista dinámico determina la regla de que esto no puede hacerse en forma directa, sino a través del análisis de la resistencia,
• El punto de vista económico dicta la regla de que al análisis debe llevarse a cabo en cierto orden.
La dinámica del afecto no depende de los contenidos sino de las resistencias que el paciente erige contra ellos, y de la experiencia emocional sufrida al vencerlas.
La experiencia clínica ha hecho necesario distinguir entre las resistencias caracterológicas, que son el sello específico. Este sello no lo es por el contenido sino por la manera específica de obrar y reaccionar del paciente. La forma de las reacciones típicas difieren de carácter a carácter, aunque los contenidos puedan ser iguales. Están determinadas por las experiencias infantiles, tal como lo está el contenido de los síntomas o de las fantasías.
El síntoma nunca está tan racionalizado como el carácter, el síntoma aparece como carente de sentido mientras que el carácter se racionaliza en medida suficiente como para no aparecer como patológico.
Comparado con el rasgo de carácter el síntoma posee una construcción muy simple en lo referente a significado y origen. Mientras el síntoma corresponde a una sola experiencia o esfuerzo, el carácter representa el modo de ser específico de una persona, una expresión de la totalidad de su pasado.
Un síntoma puede desarrollarse de manera repentina, mientras que cada rasgo individual de carácter requiere años para su formación. El síntoma no se hubiera desarrollado repentinamente, sino hubiera habido una base caracterológica de reacción neurótica.
La totalidad de los rasgos neuróticos de carácter son un mecanismo de defensa compacto, que se opone a la terapia, “coraza caracterológica” que sirve a una finalidad económica definida.
Por una parte es protección contra los estímulos provenientes del exterior, por otra defiende de los impulsos libidinales internos”. La coraza puede desempeñar esta tarea, porque las energías libidinales y sádicas se consumen en las formaciones reactivas neuróticas, en las compensaciones y en otras actividades neuróticas.
Como el carácter ha establecido cierto equilibrio de protección a través de la coraza, la terapia representa un peligro para ese equilibrio, por eso las resistencias se originan en ese equilibrio de protección narcisista.
La resistencia del carácter no se manifiesta en el contenido del material sino en los aspectos formales del comportamiento general, en la manera de hablar, de caminar, en la expresión facial, en las actitudes típicas de altanería, sonrisa, burla, agresión, cortesía, censura, minuciosidad o provocación.
Lo específico de la resistencia caracterológica no es lo que el paciente dice sino como habla y obra, ya que el carácter desempeña en la vida corriente el mismo papel que en la terapia, es un mecanismo de protección psíquica.
En términos económicos el carácter en la vida normal, y la resistencia caracterológica en la terapia, sirven ambos para la misma función:
• ” Evitar el displacer
• ” Establecer y mantener un equilibrio psíquico
• ” Absorber energías reprimidas
Una de sus funciones cardinales es la de ligar la angustia flotante, o absorber energía contenida.
Nuestro estudio de la diferenciación de los tipos caracterológicos parte de dos hechos:
Primero.
No importa cuál sea la forma del carácter, su función básica es construir una coraza contra los estímulos del mundo exterior y contra los impulsos internos reprimidos.
Segundo.
La forma externa de esta coraza tiene dos determinantes históricos específicos. Quizá las condiciones más importantes para la diferenciación caracterológica sean, el carácter de las personas que ejercen la principal influencia educativa, y la etapa del desarrollo en la cual se producen las frustraciones decisivas. Debe existir una relación definida entre las manifestaciones externas del carácter, sus mecanismos internos y la historia específica de su desarrollo.
Todo tipo caracterológico desarrolla sus propios mecanismos. No basta con conocer las funciones básicas del carácter de una persona, se debe descubrir desde un comienzo de que manera específica sirve el carácter a esta función.
Como el carácter absorbe la mayor parte de la libido (y de la angustia), nuestra tarea es liberar de su anclaje crónico en el carácter, cantidades esenciales de la energía sexual, y ponerlas a disposición del aparato genital, y de la sublimación. El análisis del carácter nos lleva a la raíz misma de la función placentera.