Entre todos los aprendizajes hemos adquirido una capacidad: la de relacionarnos con nuestros semejantes, con el mundo y con nosotros mismos. Aprendimos a relacionarnos con nuestros padres, y vamos transfiriendo esta forma aprendida de relación allá donde llegamos , con sus virtudes y defectos. No solo aprendimos lo que nos dijeron, también el “cómo” nos lo dijeron, y la parte de nosotros que nos tocó descubrir para responder con nuestro “como”.
Perls cambió el “modelo médico por un sistema de intervención”. Un esquema jerárquico basado en la superioridad del conocimiento, derivó en un modelo humanista de acompañamiento, en que la superioridad viene reconocida por la mayor experiencia y conocimiento de sí. Una relación vertical en una relación multidimensional. Vertical / horizontal consciente. El terapeuta y su paciente son dos partes, en una relación “dual auténtica”, centrada en el paciente y en el propio terapeuta, quien no duda en compartir una parte de lo que siente con el paciente, ya que no es neutro sino que está a disposición de éste, en su papel de permitir y favorecer.
Transferencia es un desplazamiento sobre la personalidad del terapeuta de emociones amistosas, hostiles y ambivalentes que provienen de la infancia, el paciente transfiere sus memorias de experiencias significativas previas, cambiando la realidad de sus objetos, dotándolos y tratándolos como lo hizo en su pasado. La terapia Gestalt pone el acento en la responsabilidad del paciente. El terapeuta no cultiva la transferencia como no cultiva la neurosis del paciente. Desde el inicio está absolutamente alerta en devolverle sus emociones y proyecciones. No le permite que responsabilice a otro de lo que le ocurre a él, ni menos acepta ser el depositario de partes o aspectos del paciente que éste debe asumir.
La Gestalt estima que el paciente puede proyectar en el terapeuta aspectos sanos y enfermos de su enfermedad y que esto es lo que determina las características de la relación transferencial, en definitiva, se facilita la transferencia y favorece la responsabilidad del paciente en su proceso. El terapeuta no solo puede sino que es invitado a expresar sus emociones, estados de ánimo, compartir su propio mundo interno, experiencias….cuando la situación lo requiere. Esta transparencia hace que el paciente esté ante una persona y no ante un profesional-pantalla. Casi todo lo que paciente y terapeuta hacen en una sesión de terapia contiene un elemento transferencial. Pero nada es “únicamente transferencial” que pueda expresarse al paciente aritméticamente, el concepto de transferencia ha sido utilizado con frecuencia como un escudo protector detrás del que ambos, paciente y terapeuta, se esconden para evitar la muyangustiante situación de la confrontación directa.
Señala Ginger:
En el Psicoanálisis clásico, el análisis estaba abierto sobre todo a alimentar la transferencia del paciente, esforzándose en controlar al máximo su propia contratransferencia. En Gestalt, al contrario, el terapeuta se esfuerza en limitar la transferencia del paciente, estando atento a aprovechar deliberadamente su contratransferencia. Este análisis presenta un doble interés. Para el terapeuta permite un control de su implicación, conservando su equilibrio frente al estrés (agresivo y erótico) inducido por el paciente, para éste, al favorecer una toma de conciencia de sus mecanismos de huida del contacto, y resistencias.
Sugiere Ginger cinco tipos principales de dificultades existenciales del paciente que podrían provocar excesiva ansiedad en su terapeuta: La sexualidad, la agresividad, la muerte, la soledad y la duda, cinco ejes básicos de formación del profesional.
Hay un sexto conflicto que engloba todos los demás como superestructura: La visión personal del mundo, una filosofía / teología de vida que de sentido a valores, actitudes, comportamientos.
El uso del presente como técnica enfatizando lo real, junto con el uso del sí mismo, del terapeuta como instrumento en la terapia y el entendimiento de la relación yo-tu, hace que la Gestalt se centre en lo que fluye o se evita. El lugar de la transferencia, de la asociación o el lugar de la interpretación, es ocupado por la invitación al propio paciente a que haga consciente y exprese su vivencia, lo que importa es la localización presente de los componentes del encuentro, haciendo una “presentación” de pasado o futuro, pero considerando por encima de todo la experiencia del momento, y primando esta experiencia como situación correctora.
La transparencia del terapeuta, es decir, su capacidad para mostrarse ante su paciente tal cual es, dejar traslucir sus vivencias, sus emociones, compartirlas, permite a la otra persona referirse y verse con alguien que es o procura ser “auténtico”, siendo importante que el terapeuta sea muy consciente y atento a sus propias vivencias, que esté centrado en su propio estar, siendo buen conocedor de sus mecanismos, ya que como afirmaba Guillermo Borja “la neurosis del terapeuta es la posibilidad de salvación del paciente”.
Transferencia
Desde el análisis, transferencia es un fenómeno general, universal y espontáneo, que consiste en unir el pasado con el presente mediante un enlace falso que superpone el objeto originario con el actual. Esta superposición del pasado y del presente está vinculada a objetos y deseos pretéritos que no son conscientes para la persona y que le dan a la conducta un sello irracional, donde el afecto no aparece ajustado ni en cantidad ni en calidad a la situación real, actual.
La transferencia es lo irracional, lo inconsciente, lo infantil de la conducta que coexiste con lo racional, consciente y adulto como complemento. “No todo es transferencia pero en todo hay transferencia”. Para Freud la transferencia es una reedición de impulsos y fantasías del pasado que han de ser conscientes en el transcurso del análisis. Estas reediciones tienen la singularidad de sustituir una persona del pasado por la del terapeuta. Algunas de estas transferencias son simples repeticiones del pasado, sin ningún cambio, otras son mas complejas y su contenido se ha modificado, se ha sublimado. La transferencia es un factor imprescindible y necesario en la técnica analítica.
Ferenci: El quantum de transferencia es el quantum de enfermedad, de neurosis. La transferencia es en si misma la enfermedad, cuanto mas transferimos del pasado al presente, mas equivocamos presente por pasado y mas enfermos estamos y mas perturbado está nuestro principio de realidad, se transfiere en dos formas (Echegoyen):
En función del recuerdo (se transfiere para no recordar), y en función del deseo. Necesidad de la repetición contra repetición de la necesidad.
En función del recuerdo: Cuando una necesidad queda inconclusa tiene tendencia a repetirse, se repite por necesidad en función del principio del placer, siendo esta necesidad contrarrestada por el Yo, principio de realidad.
Según Racker la transferencia es la resistencia y lo resistido, el analizado repite defensas infantiles (resistencias), para no hacer conscientes situaciones infantiles de angustia y dolor que están por revivir en la transferencia (resistido).
El analizado tiende a repetir inconscientemente ciertos impulsos en lugar de hacerlos consciente, lo importante es que sea un verdadero hacer consciente, sea como impulso reprimido o como
recuerdo infantil para comprender la transferencia interesa no solo lo que dice, sino por que lo dice y como lo dice.
Según Wilhem Reich existen tres tipos de transferencia:
1.- Positiva-Reactiva:
El paciente hace una reacción, compensa un odio transferido al análisis, mediante una aparente manifestación de amor.
2.- Transferencia negativa latente:
Sometimiento al analista. El paciente transfiere un sentimiento de culpa o masoquismo. Por detrás estaría el odio reprimido y compensado por la culpa.
3.- De Deseos Narcisistas:
El paciente se muestra amoroso con la esperanza narcisista) de que el analista le amará o le admirará.
Para Reich se trata de que el paciente haga conscientes las actitudes negativas, críticas o despreciativas hacia el analista, al trabajar con la disolución del narcisismo como defensa parecen las transferencias negativas latentes. Freud señala que el enamoramiento surgido en la transferencia es una resistencia, no procura nada favorable al proceso. Se ha de lograr un punto de neutralidad que procure un punto de vencimiento de la transferencia recíproca. La satisfacción de las pretensiones amorosas del paciente como su represión es fatal para el análisis. El fin del trabajo analítico es el descubrimiento de la elección infantil del objeto y de las fantasías enlazadas.
Transferencia (Un apunte)
Formación en terapia Gestalt
Instituto Ananda (Septiembre, 2003)