Satisfacción de las necesidades

Descartes: Dios no hace lo que hace porque ello sea necesario, pero lo que hace crea las condiciones para que haya necesariamente lo que necesariamente hay.
En otros autores, Dios y “necesidad” son diversos aspectos de la misma realidad. Para Spinoza, “si algo es necesario es porque no hay ninguna razón que le impida existir”. Kant: ; la necesidad se opone entonces a la contingencia y es “aquello en que la conformidad con lo real está determinada según las condiciones generales de la experiencia”
Necesidad. Diccionario:
Impulso que hace que las cosas obren infaliblemente en cierto sentido.
Todo aquello a lo cual es imposible faltar, sustraerse o resistir.
Falta de las cosas que son menester para la conservación de la vida.
Riesgo o peligro que requiere auxilio inmediato.
Evacuación corporal.
Hay numerosos términos: Necesidades, deseos, impulsos, móviles, instinto, etc., para describir la misma idea. Sus significados no son iguales, pero se refieren a un fenómeno que emerge en la persona, a una fuerza interna, que moviliza a la persona y que origina un comportamiento cuyo objeto está determinado por la búsqueda de la satisfacción.
La Carencia
Diccionario: Falta o privación de alguna cosa. La carencia podemos definirla como una deficiencia fisiológica no sentida por el sistema sensorial, que si no se satisface a través de la toma de conciencia, acción y contacto, origina un desequilibrio en la autorregulación del organismo, y en su deficiencia continuada puede incluso hacer peligrar la vida de la persona. En muchas ocasiones confundimos carencia con necesidad, y esto nos conduce a muchos errores. Lo que en algunas sociedades puede parecer una necesidad básica, en otras sociedades no será aceptado así, puesto que no se considera que afecte a la supervivencia.
La carencia afecta al nivel más básico de la vida del individuo, está ligada a la parte instintiva. Podemos distinguir varios tipos de carencia, clasificadas en un orden que, depende de las distintas situaciones.
Movimiento–Alimentos–Líquidos–Aire puro—Evacuación y Descanso
Las necesidades
Cuando se llega a un determinado nivel de carencia, es decir, cuando ésta se hace muy intensa, se transforma en necesidad. Por lo tanto, podemos definir la necesidad:
Como una carencia sentida que se impone en el continuo de conciencia.
Una sensación que es transformada en conciencia, y que para ser satisfecha necesita de la energía y acción corporal suficiente para poder establecer contacto, a fin de satisfacerse y poder completar todo el ciclo, y de esta forma, pasar a vivir otra nueva necesidad en libertad y sin condicionamientos anteriores.
La carencia se transformará en necesidad dependiendo de la resistencia de cada persona y de sus experiencias respecto a la satisfacción de la propia necesidad. Las necesidades existen en la persona, independientes del bien destinado a satisfacerlas, pueden ser modificadas por la cultura, pero no creadas ni anuladas. Las necesidades teniendo una raíz biológica son condicionadas por el medio social.

Clasificación de las necesidades:

De todas las clasificaciones realizadas sobre las necesidades, la más clara y conocida es la que realizó Abraham Maslow. Intentó explicar que hay determinadas necesidades que impulsan al ser humano en un momento concreto. Para ello estableció una jerarquía de necesidades del ser humano. Las necesidades, según la pirámide de Maslow, van apareciendo de forma sucesiva, comenzando por las más básicas o elementales, de tipo fisiológico, de forma en que se van satisfaciendo en un determinado grado, aparecen otras de rango superior, de orden más psicológico. El acceso a estas necesidades de nivel superior depende del nivel de bienestar de la persona. Todos tenemos necesidades básicas, pero esto no quiere decir que podamos llegar a tener necesidades de autorrealización.
El orden de Maslow no es totalmente riguroso, ya que puede haber personas que prefieran sacrificar la satisfacción de necesidades básicas por otras de orden superior. La pirámide de necesidades de Maslow está muy relacionada con la escala de valores de Hartmann y Max Scheler. Escala de valores humanos donde se parte de los valores materiales, (valores de respeto a la vida, naturaleza, humanidad y especie), se continua con los valores éticos y/o morales, valores estéticos y se culmina la escala con los valores espirituales, siendo estos los mas elevados.
En esta escala de valor si está claro que el vivir un valor mas elevado (estético o espiritual), no exime del compromiso humano con la vivencia de los valores mas bajos en la escala, valores de respeto y paz, de justicia, equidad y solidaridad, y valores de autodominio.

Maslow distingue, en total cinco tipos de necesidades:

Necesidades fisiológicas:

Se trata de las necesidades básicas para mantener la vida humana, alimento, agua, calor, abrigo y sueño. Maslow adoptó la posición de que, mientras no se satisfagan estas necesidades en un grado necesario para mantener la vida, no habrá otras que motiven a las personas. Son las primeras necesidades que aparecen en el ser humano. Su satisfacción es fundamental para la supervivencia de la persona. Muchas de ellas son ignoradas por ser tan cotidianas, sin embargo, son la base de muchas actividades económicas, y si no pueden satisfacerse, ponen en peligro la vida de la persona. Se corresponden con las carencias, y son:
1.- Necesidad de movimiento:
Son básicas para la vida, tanto en su dimensión inconsciente (procesos de funcionamiento de los órganos y sistemas corporales), como en su dimensión consiente (extremidades).
2.- Necesidad de aire puro:
Satisfacción básica la necesidad de respirar que la realizamos de forma inconsciente, Rudhiger Dhalke la asocia con nuestro espíritu, y cualquier anomalía o trastorno en su función está íntimamente ligada con desarreglos psicológicos.
3.- Necesidad de alimentación:
Es una de las necesidades más evidentes, y se desdobla en la necesidad de nutrientes tanto sólidos como líquidos.
4.- Necesidad de evacuación:
De una dimensión menos social, mas bien ocultada en lo social, y su función es la eliminación de desechos de la nutrición y de toxinas.
5.- Necesidad de temperatura adecuada:
Necesidad de abrigo para zonas más frías, o de ventilación para otras zonas más cálidas.
6.- Necesidad de descanso:
Esta función permite al organismo recuperar las energías que ha gastado durante el día y descansar tanto física como mentalmente.
7.- Necesidad de sexo:
Aunque en apariencia es una necesidad que, de no satisfacerse no pone en peligro a la persona, su no satisfacción conlleva un desequilibrio a nivel instintivo y psicológico, y a nivel social determina la supervivencia de la especie.

Necesidades de seguridad:

Son las necesidades de estar libre de daños físicos y el temor de la pérdida de empleo, propiedad, alimento o abrigo, aparecen una vez de estar relativamente satisfechas las fisiológicas. No buscan tanto su satisfacción inmediata, sino que actúan en función de su satisfacción en el futuro. El no satisfacer estas necesidades conlleva un sentimiento de inseguridad que dificulta, de alguna manera, el satisfacer las necesidades siguientes, sea por la sensación de no aceptación o desarraigo, o bien por la incapacidad de logro y estima. Están profundamente ligadas a la sensación de angustia como una brecha profunda entre el ahora y la inseguridad que produce el después (futuro). Estas necesidades están relacionadas con la personalidad esquizoide. Personas que no desean ni disfrutan de relaciones cercanas, incluso con miembros de la familia, evitan las actividades sociales que involucren contactos interpersonales significativos, y se manifiestan distantes y desconectadas. Se caracterizan por su frialdad emocional, incapacidad de simpatía, de ternura y de ira, por sus relaciones sexuales escasas y actividades solitarias, actitudes de reserva, introspección y dificultad con las normas sociales. Necesidades relacionadas con el instinto de conservación.

Necesidades de afiliación o aceptación – Pertenencia y amor:

Satisfechas las necesidades fisiológicas y de seguridad, surgen las necesidades de asociación, de amor, de afecto y de participación. La falta de un lugar en el grupo aparece entonces como algo mas apremiante que la sensación de hambre o peligro. La frustración de las necesidades de amor y de afecto conducen a la falta de adaptación social. Las personas somos seres sociales con necesidad de pertenencia, de aceptación, estas necesidades nos llevan a relacionarnos con los demás miembros de la sociedad, a buscar su afecto y asociarnos con otros en los diferentes roles que representamos en el mundo.
Las personas con una alta necesidad de afiliación generalmente obtienen satisfacción al sentirse amados y tienden a evitar el dolor de ser rechazados por el grupo. Es probable que se preocupen por mantener buenas relaciones sociales, por gozar de un sentimiento de intimidad y entendimiento, por ayudar a los que tienen problemas y por disfrutar la relación amistosa con los demás. La persona que prioriza estas necesidades piensa con frecuencia en la calidad de sus relaciones personales. Valora positivamente los momentos agradables con otras personas y se preocupa por las carencias en sus relaciones. Procura proyectar una imagen favorable y de fácil aceptación por el entorno, ayudan y suavizan las tensiones en sus entrevistas. Las necesidades de dar y de recibir afecto son importantes fuerzas motivadoras del comportamiento humano.

Necesidades de estima:

Según Maslow, una vez que la persona satisface su necesidad de pertenencia, desea la estima tanto de sí misma como de otros. Esta necesidad produce satisfacciones como son poder, prestigio, estatus y seguridad en sí mismo. Todos tenemos necesidad o deseo de una adecuada evaluación de nuestra personalidad, todos necesitamos del respeto y del aprecio de los demas. Las necesidades de estima conllevan un deseo propio de realización y suficiencia, de dominio y competencia, de confianza y libertad. Y, a nivel social también deseamos prestigio y reconocimiento, una buena reputación, y un buen lugar social, ser apreciados por el entorno.
La satisfacción de estas necesidades lleva a sentimientos de autoconfianza, de ser necesario, pero su frustración produce sentimientos de inferioridad, debilidad, o impotencia, sentimientos de inferioridad o debilidad y desamparo que pueden llevar al vacio y al desánimo, originando reacciones emocionales desmesuradas o inapropiadas, y que a su vez, originan estados de ánimo depresivos y/o ansiosos y conllevan neurosis de carácter.
La necesidad de estima está relacionada con el carácter narcisista. Quien tiene una gran necesidad de sentirse aprobado y admirado por los demás, los que, tienen que saber lo maravillosos que son. Se consideran merecedores de una gran admiración y respeto por parte de los demás, de quienes esperan que deseen satisfacer todos sus deseos dándoles un tratamiento especial. Viven para ser el centro de atención y conversación. En función de esto no son capaces de ver al otro en realidad, hacen una proyección de su propio deseo y no pueden ponerse en el lugar del otro y compartir sus sentimientos. Son básicamente insensibles y desconfían de los motivos de los demás, incluida su pareja, ya que piensan que deben sentirse queridos sin necesidad de correspondencia.
Quieren ser el centro de la vida de su pareja, quien está a su disposición para satisfacer todas sus necesidades. Niegan quienes realmente son y adoran a la imagen sobrevalorada que tienen de sí mismos. No reconocen sus sentimientos de depresión y envidian a los demás creyendo que los otros son envidiosos también. Se siente ofendidos con facilidad, reaccionando con rabia ante la critica. Son manipuladores e irradian una supuesta gran seguridad en si mismos, exagerando sus éxitos y atribuyendo sus fracasos a otros, o otras causas que no tienen que ver con ellos. El instinto asociado con estas necesidades es el social.

Necesidad de autorrealización:

Maslow la considera como la necesidad más elevada en su jerarquía. Es el deseo de convertirse en lo que se es capaz de ser; de desarrollar al máximo nuestro potencial, para estar en paz con uno mismo, tanto en los aspectos de desarrollo físico, como psicológico o social. Hablamos de aceptación, de la integración del ser completo, del conocimiento de sus propios valores y de la puesta al servicio de su propio ser y de los demás seres de sus propios mecanismos de defensa y evitación.
Hablamos de amor para con todos los seres, de generosidad y entrega en el servicio, de humildad, templanza y sobriedad, de aceptar las cosas de la vida como lo que son y de poner la atención en cada acto a fin de convertirlo en un fin en si mismo. Son necesidades difíciles de describir, ya que varían en cada ser humano, incluyen la satisfacción de la naturaleza individual en todos los aspectos, y la aceptación de que cada actitud, cada acto, es él en si mismo.
Es el poder salir del observador y de lo observado y quedarse en la observación de que cada cosa, cada experiencia es en si como es, independiente de nosotros mismos. Las personas autorrealizadas necesitan libertad para ser ellas mismas. Libertad en el desarrollo del propio potencial, de hacer aquello para lo cual tienen mejores aptitudes y la necesidad de desarrollar y ampliar los metamotivos (descubrir la verdad, crear belleza, producir orden y fomentar la justicia).
Maslow cita 16 características para la autorrealización:
1.- Punto de vista realista ante la vida.
2.- Aceptación de ellos mismos, de los demás y del mundo que les rodea.
3.- Espontaneidad.
4.- Preocupación por resolver los problemas más que pensar en ellos.
5.- Necesidad de intimidad y un cierto grado de distanciamiento.
6.- Independencia y capacidad para funcionar por su cuenta.
7.- Visión no estereotipada de la gente, de las cosas y de las ideas.
8.- Historia de experiencias cumbre profundamente espirituales.
9.- Identificación con la raza humana.
10.- Relaciones profundamente amorosas e íntimas con unas pocas personas.
11.- Valores democráticos.
12.- Habilidad de separar los medios de los fines.
13.- Sentido del humor vivo y no cruel.
14.- Creatividad.
15.- Inconformismo.
16.- Habilidad para alzarse por encima del ambiente más que ajustarse a él.
La necesidad de trascendencia es el final de la autorrealización y se refiere al sentido de servicio a la comunidad y a la necesidad de contribuir a la humanidad, e incluyen las necesidades asociadas con un sentido de obligación (servicio) hacia otros, basada en nuestros propios valores, dones y virtudes.

Motivación

Las motivaciones se asocian muchas veces a las necesidades y los deseos, sin embargo, existen diferencias sustanciales. La necesidad se convierte en un motivo cuando alcanza un nivel adecuado de intensidad. Se puede definir la motivación como la búsqueda de la satisfacción de la necesidad, que disminuye la tensión ocasionada por la misma. Aunque las motivaciones están muy ligadas a las necesidades, una misma necesidad puede dar lugar a distintas motivaciones e inversa. Por ejemplo, una necesidad fisiológica, como puede ser la de alimentarse, puede originar una motivación fisiológica, o pasar a una motivación de estima, en cuyo caso, querría satisfacer su necesidad alimenticia en un restaurante de lujo, y no en cualquier sitio. El comportamiento motivado proviene normalmente de una necesidad no satisfecha, y se obtiene a través de diversos incentivos que pueden estar representados por productos, servicios o personas.
Teoría de la Motivación
La cadena de necesidad-deseo-satisfacción:
Necesidades—->que dan lugar——>a deseos——->que provocan—————–>
tensiones——> que dan lugar——->a acciones——–>que producen——–>satisfacción
La motivación comprende una reacción en cadena, que empieza con necesidades percibidas, produce deseos o metas buscadas y da lugar a tensiones (es decir, deseos no cumplidos), que posteriormente provocan acciones para alcanzar las metas y finalmente satisfacer los deseos. Salvo por las necesidades fisiológicas, (como el hambre), las necesidades no son independientes del medio de una persona. Es posible ver, por otra parte, que muchas necesidades fisiológicas son estimuladas por factores del medio: el olor a comida puede hacernos sentir hambre, una elevada lectura del termómetro puede provocar que las personas sientan calor, o ver una bebida fría puede causar una sed abrumadora.
El medio tiene una influencia importante sobre la percepción de las necesidades. La promoción de un colega podría suscitar el deseo de una posición superior. Un problema lleno de retos podría aumentar el deseo de lograr algo mediante su solución. Un grupo social análogo quizá aumente la necesidad de afiliación y, por supuesto, estar solo más de lo que se quiere, puede despertar una firme motivación para desear estar con otras personas. En segundo lugar, la cadena de necesidad-deseo-satisfacción no siempre opera tan sencillamente como parece. Las necesidades provocan una conducta. Pero podrían surgir también del comportamiento. La satisfacción de una necesidad quizá despierte un deseo de satisfacer más necesidades. Por ejemplo, la necesidad de logro de una persona puede agudizarse por la satisfacción obtenida al cumplir con una meta deseada o podría reducirse al mínimo con el fracaso.
Por otra parte, los trabajos de los biólogos han cuestionado la naturaleza unilateral de la cadena. Revelaron que las necesidades no siempre son la causa de la conducta humana, sino que podrían ser resultado de ella. En otras palabras, la conducta con frecuencia es lo que hacemos y no por qué lo hacemos. En conclusión: podemos decir que la cadena de necesidades es una forma demasiado simplificada por que la motivación comprende una reacción en cadena y nos muestra exactamente como se realiza. La cadena empieza con necesidades percibida, producen deseos o metas buscadas y da lugar a tensiones es decir, deseo no cumplidos, que posterior mente provocan acciones para alcanzar las metas y finalmente satisfacer los deseos.

El Deseo

Aristóteles afirma que lo que explica el movimiento es siempre el deseo ya que puede mover contrariamente al razonamiento y este no puede moverse sino hay deseo que le acompañe. Así pues el deseo es motor, nos pone en marcha y moviliza. Es el reconocimiento de que algo falta, de la ausencia, y es algo de lo que carecemos y nos resulta importante por algún motivo. El deseo nos pone en situación de ansiedad. Es la experiencia de la ausencia, la carencia de algo cuya posesión se presenta como una satisfacción.
El deseo es un motor que nos lleva a salir de nosotros mismos, a establecer contacto con el/lo otro, traspasando nuestro propio límite y queriendo que esto que está fuera nos sea propio, y por tanto nos pone en contacto y nos expone a la esperanza y a la angustia. La angustia surge ante la posibilidad del fracaso, y está vinculada al deseo ya que entre el deseo y su realización hay una distancia profunda.
Toda realización del deseo nunca colma el mismo ya que este es insaciable y nunca se colma plenamente puesto que es fugaz, y además siempre hay un resto que quedó incumplido, algo que no se dijo, o no se pudo alcanzar, o no se satisfizo en plenitud. Cuando este deseo no está acorde con la necesidad vigente en el organismo es cuando no podemos llegar a la autorregulación. Vivimos pendiente, y a la espera, de algo que no está en nosotros mismos, tal vez, ideales, expectativas, objetivos, juicios, creencias, razonamientos, imposiciones morales transformadas en deseos que no son reales en nuestro momento y que nos llevan a no atender aquello que está presente.
No es necesario asumir la necesidad como deseo, ni el deseo como necesidad, tal vez en el ámbito moral podamos suponer como propio aquello que esta establecido desde la institución, o por el propio aprendizaje, introyectos asumidos como cosa propia, o la adaptación en la confluencia, confundiendo nuestra propia vida con la necesidad del otro, o de lo que “es recomendable” ante la situación. Si necesidad y deseo van acordes no hay tensión, logramos plasmar esta tensión en su realización, y esto produce la satisfacción del ciclo concluso que origina el reposo ante una nueva actividad.
Asimismo el deseo es el lugar de la libertad, el lugar de la construcción de la persona como ser libre. Nietzche se quejaba de que el discurso institucional es contrario a la vida, a la
autonomía de la persona. En Lacan, a través de su triada simbólico, real e imaginario, “el sujeto” no es algo que se refiere exclusivamente al sí mismo, puesto que está en contacto con otra cosa que no es él mismo, es a través de la percepción que la persona toma contacto con lo real. Y en la percepción es donde se produce el fenómeno de que lo que está fuera se transforma dentro del organismo, hacemos capacidad sensitiva aquello que está fuera nuestra.
Percepción no solo sensible y objetos no solo materiales, y es a través de lo simbólico que la persona estructura su contacto con el mundo, y en este simbolismo la persona le otorga un lugar a su deseo. El deseo nos pone en relación necesaria con el otro, sin el cual no nos podríamos constituir como personas, sino hay observador no hay objeto observable, por esto el otro no es solo mi límite sino mas alla de esto la posibilidad de constituirme como “sujeto”.
Lacan se ha dedicado a centrar de nuevo los descubrimientos freudianos en torno a la noción de deseo y a volver a colocar este concepto en el primer plano de la teoría analítica. Dentro de esta perspectiva, se ha visto inducido a diferenciarlo de conceptos tales como el de necesidad y el de demanda, con los que a menudo se confunde. La necesidad se dirige a un objeto específico, con el cual se satisface. La demanda es formulada y se dirige a otro; aunque todavía se refiere a un objeto, esto no es para ella esencial por cuanto la demanda articulada es, en el fondo, demanda de amor.
El deseo nace de la separación entre necesidad y demanda; es irreductible a la necesidad, puesto que en su origen no es relación con un objeto real, independiente del sujeto, sino con la fantasía; es irreductible a la demanda, por cuanto intenta imponerse sin tener en cuenta el lenguaje y el inconsciente del otro, y exige ser reconocido absolutamente por él.
La necesidad es un instinto puramente biológico, un apetito que surge de los requerimientos del organismo, y que se elimina por completo (aunque sólo temporariamente) cuando es satisfecho. El sujeto humano que nace en un estado de desamparo, es incapaz de satisfacer sus propias necesidades, y por lo tanto depende del otro para que lo ayude a hacerlo. A fin de lograr la ayuda del Otro, el niño tiene que expresar sus necesidades vocalmente: la necesidad tiene que articularse como demanda.
Las demandas primitivas del niño sirven para llevar al otro a atender sus necesidades. Sin embargo, la presencia del otro pronto adquiere importancia por si misma, una importancia que va más allá de la satisfacción de la necesidad, puesto que esa presencia simboliza el amor del otro. De modo que la demanda asume pronto una doble función: sirve como articulación de la necesidad y como demanda de amor. Pero, si bien el Otro puede proporcionar los objetos que el niño requiere para satisfacer sus necesidades, no puede proporcionar ese amor incondicional que le demanda.
Por tanto, incluso después de satisfechas las necesidades articuladas en la demanda, el otro aspecto de la demanda, el anhelo de amor, subsiste insatisfecho, y este resto es el deseo.
“El deseo no es el apetito de satisfacción, ni la demanda de amor, sino la diferencia que resulta de sustraer el primero de la segunda”.
De modo que el deseo es el excedente producido por la articulación de la necesidad en la demanda: “El deseo comienza a tomar forma en el margen en el cual la demanda se separa de la necesidad”. A diferencia de una necesidad, que puede ser satisfecha y deja de motivar al sujeto hasta que surge otra necesidad, el deseo no puede ser satisfecho, es constante en su presión y es eterno. La realización del deseo no consiste en “satisfacerlo” sino en perpetuarlo como deseo de amor.

El Afecto

Afecto:
– De la persona destinada a prestar servicios en determinadas dependencias.
– Inclinado a una persona o cosa.
– Pasiones del ánimo, como amor, cariño…
Amor (diccionario):
Sentimiento que mueve a desear que la realidad amada, otra persona, un grupo humano, u otra cosa, alcance lo que se juzga su bien, a procurar que ese deseo se cumpla y a gozar como bien propio el hecho de saberlo cumplido.
En la pirámide de Maslow nos encontramos como necesidades básicas las suficientes para asegurar la subsistencia y la continuidad de la especie, no se cita en las mismas el afecto, cariño o amor como tal, aunque el afecto sea necesidad básica dado que es imprescindible para la subsistencia del ser humano, ya que sin él enferma y muere.
Un niño en su indefensión necesita de la protección y cuidado suficiente para poder desarrollar las habilidades y conocimientos para poder subsistir, y estas son transmitidas bajo el cuidado y la protección necesaria, ya que todos los actos en los que una persona “ayuda” a otra, de la forma que sea transmite afecto. El afecto, a la par que hecho espiritual, es un hecho material, físico y real, y es todo comportamiento de ayuda a la supervivencia de otro ser vivo.
Los seres humanos somos incapaces por nosotros mismos de sobrevivir, necesitamos de la humanidad, de la que cada vez mas somos mas y mas dependientes dado que en aras de la sociedad actual cada vez disponemos de menos habilidades de supervivencia como individuos, desarrollamos mecanismos de ayuda mutua, para higiene, defensa, seguridad… y, a medida que nuestro sistema social se desarrolla vamos perdiendo mayor autonomía individual.
Lo que en lo cotidiano del vivir llamamos afecto, es en realidad la ayuda necesaria para la subsistencia, las dos palabras “afecto” y “ayuda” vienen a relatar hechos similares, ambas son fenómenos materiales, tangibles y cuantificables. Ayudar siempre significa un esfuerzo en beneficio de otro, o lo que es lo mismo un trasvase energético de una persona a la otra. Cuando ayudamos consumimos una parte importante de nuestra propia energía que se traduce en beneficio del otro.
Cuando damos afecto de la misma forma, disminuimos nuestra energía, hacemos un trasvase energético a la persona que lo recibe, quien aumenta su posibilidad de supervivencia a través de la adecuada regulación organísmica que le supone la nueva situación. Si el afecto fuera solamente espiritual no habría excesivo problema para su transmisión, sería un acto de consciencia y presencia, sería el servicio de una persona autorrealizada, pero, el afecto también es material y tangible, y es un bien bastante escaso en las relaciones humanas, ya que su transmisión está supeditada a las leyes de la naturaleza, y hay muchas personas carentes de afecto, que ni siquiera cubren su propia necesidad.
No cabe duda de que calor, alimento, oxígeno, evacuación, movimiento, son necesidades básicas, consideramos el sexo, ya que mas allá de la propia necesidad instintiva existe, por encima de todo, la supervivencia de la especie. ¿Y el afecto?. ¿Podría un ser humano atravesar las etapas de su crecimiento sino tuviera afecto, amor, cariño, a su disposición?. Un recién nacido al que le dotamos de las necesidades básicas moriría sin remisión sino recibe la ayuda, el afecto necesario para su subsistencia. Podemos ir cubriendo nuestras necesidades de seguridad, afiliación y estima, pero esto solo será posible en la medida en que hayamos cubierto , en alguna manera, nuestras necesidades afectivas, a través de la ayuda de otros seres humanos.
Puede parecer una obviedad el mencionar el afecto como base de necesidad ya que es algo intrínseco en el ser humano, mas en este límite tan poco preciso entre salud y enfermedad es bueno considerarlo. Unos padres con gran necesidad de ayuda, en poco ayudarán a sus hijos, y fomentarán aun sin quererlo, un desequilibrio organísmico en sus hijos, que a la postre se traducirá en algún tipo de trastorno físico o psicológico. Lo mismo, aunque en otra medida ocurre en la relación familiar en su conjunto, y especialmente en la pareja.
En momentos de vacío existencial, de carencias afectivas, de estrés… en fin, de necesidad de ayuda, nuestro impulso de supervivencia nos lleva a desarrollar estrategias para que los demás nos presten la ayuda que necesitamos, sin contemplar las consecuencias que nuestra petición pueda acarrear en el / los otros.

Satisfacción de las necesidades
Formación en terapia Gestalt
Instituto Ananda (Agosto, 2004)