Abhidhrma.
Chogÿam Trungpa.
El Abhidhrma tiene por tema los cinco skandhas. Los skandhas representan por un lado la estructura constante de la psicología humana, y por otro la dinámica de su evolución y de la evolución del mundo. Se relacionan también con bloqueos de todo tipo: espirituales, materiales, emocionales. Cuando entendemos los cinco skandhas, nos damos cuenta de que al conectarnos con el corazón mismo de la egoidad podemos convertirlo todo (cualquier experiencia, cualquier inspiración), en un bloqueo mas o en una ocasión para liberarnos. El abhidharma es una manera muy precisa de examinar la mente. Podemos observar con gran agudeza la más mínima tendencia de la mente hasta su manifestación más sutil… Los cinco skandhas son: Forma, sensación, percepción, intelecto y conciencia.
La Forma.
Podríamos empezar por hablar del origen de todos los problemas psicológicos, el origen de la mente neurótica. Se trata de una tendencia a identificarse con deseos y conflictos relacionados con un mundo que sería externo. Inmediatamente surge la duda ¿estos conflictos tienen verdaderamente una existencia externa o son más bien internos? Esta incertidumbre refuerza nuestra sensación de que si existe un problema. ¿Qué es real, qué no es real? Este es siempre nuestro mayor problema. Es el problema del ego, del yo.
La temática del abhidharma es la insustancialidad del yo, y no nos referimos solamente a la ausencia del yo, sino también a la ausencia de las proyecciones del yo. El estado de no yo es, en cierta forma, un subproducto que se da cuando nos percatamos de la naturaleza efímera y transparente del mundo externo, cuando examinamos las proyecciones del yo, y vemos su naturaleza efímera, al yo no le queda ningún punto de referencia, ya no tiene con qué relacionarse. De hacho las nociones de interno y externo son interdependientes, en cuanto empieza el yo, empiezan las proyecciones. El yo consigue apuntalar su identidad por medio de sus proyecciones. En la medida en que logramos ver estas proyecciones como algo insustancial, el yo también se vuelve transparente.
Según Abhidharma la forma del yo contiene ocho tipos de conciencia: Las conciencias de los seis sentidos (la mente como facultad pensante se considera como el sexto sentido). Luego hay una séptima conciencia, que tiene la naturaleza del desconocimiento, de la nebulosidad y de la confusión. Esta es la mente turbia que recorre la conciencia de los seis sentidos. Cada conciencia sensorial se enlaza con esta zona borrosa en que uno no sabe exactamente que está haciendo. La séptima conciencia es una falta de precisión es muy ciega. La octava conciencia es la base inconsciente de las anteriores. Es el fundamento que permite que funcionen las otras siete conciencias, la octava conciencia es un nivel básico secundario en el cual ya existe la confusión, y esta confusión es la que crea las condiciones para que puedan actuar las otras siete conciencias.
Estos ocho tipos de conciencia corresponden al primero de los cinco skandhas: la forma. Son la forma del yo, su aspecto tangible. Constituyen el cimiento más fundamental del yo.
El Intelecto.
Si adoptamos una visión de conjunto de nuestra psicología a medida que vamos estudiando más a fondo la estructura completa de los Skandhas, nos damos cuenta de que esta estructura entraña una dualidad cada vez más pronunciada. En el primer instante del desarrollo del yo, esta generalmente no sabe muy bien cómo proceder para vincularse con el mundo, su identidad o individualidad. Sin embargo, a medida que va aumentando su certeza encuentra medios para evolucionar: se vuelve cada vez más valiente y audaz, volcándose hacia fuera y explorando nuevos territorios que adueñarse o nuevas maneras de interpretar el mundo al que tiene acceso, de apropiarse del mundo que le rodea.
Es un tipo de valentia pertinaz que va urdiendo tramas cada vez más complicadas. El cuarto skandha, el samskara, es una prolongación de esa tendencia. Al samskara se le podría llamar intelecto, puesto que es la inteligencia que le permite ir abarcando al yo cada vez mas territorio, aumentando su sustancia, acumulando más cosas.
No creo que sea posible encontrar una buena traducción textual para la palabra samskara, ni tampoco algún término equivalente. En su acepción literal se refiere a la idea de juntar o acumular cosas, y específicamente a la tendencia a coleccionar estados mentales como territorio (estados mentales que son también físicos, puesto que son psicofísicos). El samskara contiene por tanto toda una gama de tendencias mentales de distintos tipos…
…Al estudiar el cuarto skandha, el samskara, nos damos cuenta de que todos los fenómenos de la psicología humana, cada uno de los procesos mentales que ocurren, pueden tener cualidades buenas, malas e indiferentes. Realmente no es posible decir que una forma de pensamiento sea la única buena, puesto que la agresión absoluta, la pasión absoluta y el desconocimiento absoluto no existen. Cada una de estas tendencias tiene un poco de las otras. No es factible condenar sin más ni más un tipo de proceso, ni aceptar totalmente otro; por más que ciertos procesos mentales sean espirituales o virtuosos, no dejan de ser discutibles, como todos los demás pensamientos. Este es un punto sobremanera importante: no podemos condenar nada realmente ni tampoco aceptar nada realmente.
Si adoptamos una perspectiva más global, podríamos decir que la estructura de conjunto de los cinco skandhas también es neutra; no pertenece particularmente al samsara ni tampoco al nirvana. Tan solo hay una cosa que si es constante en los cinco skandha, que si podemos afirmar con certeza: cada instante los skandhas van produciendo reacciones kármicas. Esto sucede siempre, es algo ineluctable. La concatenación de las reacciones kármicas no puede existir por sí sola, obviamente, puesto que el karma no es una entidad, no tiene existencia independiente.
El karma es un proceso creativo que produce resultados, que a su vez van sembrando las semillas de resultado futuros. Es como un eco: si gritamos, nuestra voz nos es devuelta, al mismo tiempo que es transmitida al siguiente, y así sucesivamente. También se podría decir que los skandhas son el caballo del karma. La rapidez del karma depende de los cinco skandhas. La dinámica inherente del karma (la química del karma, por así decirlo), es el enlace de causa y efecto., pero el impulso que este proceso de causa y efecto necesita para funcionar proviene de los skandhas.
Abhidharma.
Chögyam Trungpa.
Editorial Kairos 1989.